TransCanada empieza a utilizar parte del controvertido oleoducto Keystone
TransCanada inició hoy el transporte de petróleo por el oleoducto denominado Gulf Coast Project, la porción más meridional del controvertido Keystone, cuya construcción está causando fricciones entre Ottawa y Washington.
Según anunció la compañía canadiense, el segmento Gulf Coast Project, con una longitud de 783 kilómetros, entró en funcionamiento a las 16.45 GMT, proporcionando crudo a refinerías en Texas.
"Este es un hito muy importante para TransCanada, para nuestros consignatarios y para las refinerías de la costa del Golfo (de México) que han estado esperando que un oleoducto les suministre petróleo directamente desde Cushing", afirmó a través de un comunicado Russ Girling, presidente de TransCanada.
La localidad de Cushing, en Oklahoma, es el centro de distribución utilizado por TransCanada para transportar petróleo por oleoducto a distintos puntos de Estados Unidos.
Gulf Coast Project tiene capacidad para transportar inicialmente 700.000 barriles de petróleo al día, aunque la cifra puede aumentar a 830.000 barriles.
Girling añadió que la compañía sigue esperando la aprobación del oleoducto Keystone XL, que conectaría la región petrolera de Alberta, en Canadá, con las refinerías del Golfo de México.
"Estamos esperando la aprobación (por parte del gobierno estadounidense) de Keystone XL para que podamos emplear más de 9.000 estadounidenses que están esperando aprovechar sus capacidades y experiencia", dijo Girling.
Grupos ecologistas y otras organizaciones se oponen a Keystone XL por que el oleoducto, que transportará el crudo pesado de Alberta, atravesaría zonas de alto valor medioambiental.
Además, el oleoducto potenciará el desarrollo de las arenas bituminosas de Alberta, consideradas entre las mayores reservas de petróleo del mundo, lo que aumentará el impacto medioambiental de un proyecto considerado altamente contaminante y destructivo.
La organización Sierra Club señaló hoy que el inicio del funcionamiento de Gulf Coast Project es "un doloroso ejemplo del plan del presidente (Barack) Obama: aire y agua contaminadas, contaminación de carbono y el cada vez más real envenenamiento del agua para millones de familias de Texas y Oklahoma".
El Gobierno canadiense del primer ministro Stephen Harper considera que Keystone XL y el desarrollo de las arenas bituminosas tiene un valor "estratégico" para el futuro económico del país y está ejerciendo continuas presiones sobre Washington en conjunción con las compañías petrolíferas.
Pero el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha declarado que Washington no va a ceder ante las presiones canadienses y que mantendrá estudiando el proyecto.
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