Condenan a Bankia a devolver 36.000 euros en preferentes por firmar sin leer
Un juzgado de Madrid ha condenado a Bankia a devolver 36.062 euros en preferentes a una ama de casa que las compró en 2009 a Caja Madrid, pese a que la propia clienta admitió que había firmado el contrato sin leerlo antes.
En una sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, el juzgado de primera instancia número 33 de Madrid acuerda estimar la demanda presentada por la clienta de Bankia y anula sendos contratos de participaciones preferentes y obligaciones subordinadas que la mujer suscribió en los años 2009 y 2011.
En su declaración, la mujer, ama de casa y con un nivel de estudios básicos, explicó que recibió una llamada telefónica de Caja Madrid para ofrecerle preferentes, por lo que acudió a la sucursal más cercana donde fue atendida por la misma comercial de siempre.
Tras recomendarle "personalmente" el producto, según el relato de la perjudicada, la comercial le dio a firmar un test que ya estaba rellenado y documentación sobre las preferentes, que la clienta no leyó porque pensó que de esa forma faltaba a la confianza de su interlocutora y porque ello le exigiría emplear toda la mañana.
La mujer, representada por el bufete barcelonés Navas & Cusí Abogados, insistió en que siempre firmaba todos los documentos que se le presentaban y que cuando adquirió las preferentes no pretendía poner en riesgo sus ahorros, dado que eran "los de toda la vida".
Según concluye la juez en su sentencia, cuando suscribió el producto financiero, la mujer "no era realmente conocedora de la verdadera naturaleza de lo que estaba contratando, esencialmente en lo que se refiere al carácter perpetuo de la inversión de capital y de los riesgos de pérdida del capital invertido".
Para la juez, la voluntad de la demandante está basada en un "error esencial", dado que fue asesorada sobre la suscripción de un producto que le daría una alta rentabilidad, pero se le "ocultó información relevante sobre la naturaleza y los riesgos" del mismo.
Por ese motivo, el juez condena a Bankia a devolver a la mujer los 36.062 euros que había invertido, más intereses, y la obliga a pagar las costas procesales.
Según el bufete Navas & Cusí, la juez adoptó una insólita decisión cuando llamó a declarar a la perjudicada como diligencia final, para esclarecer cómo se llevó a cabo la comercialización.
La juez decidió, de oficio, interrogar a la clienta, pese a que su declaración no había sido propuesta por las partes, después de que la empleada que vendió las preferentes negara haber ofrecido ese producto financiero a la demandante.
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