China vuelve a aprobar nuevas salidas a bolsa tras más de un año paralizadas
La Comisión Nacional del Mercado de Valores de China (CNMV) ha vuelto a autorizar nuevas salidas a bolsa en los parqués del país (Shanghái y Shenzhen) después de 14 meses en suspenso en espera de que se estabilizara el mercado, anunciaron las primeras firmas en recibir la luz verde.
Se trata de las cinco primeras empresas, de cerca de 760 cuyos trámites se han ido acumulando desde que comenzó la suspensión en octubre de 2012, que serán autorizadas a emitir nuevas acciones en 2014, aunque la CNMV calcula que tardará todo el año en evaluar y aprobar o denegar todas esas solicitudes.
Estas firmas son Newway Valve, Guangdong Xinbao Electrical Appliances Holdings, Truking Technology, Guangdong QTone Education y Zhejiang Wolwo Bio-Pharmaceuticals, recoge el diario "China Business News", que relata la sorpresa de los empleados que tramitaron sus solicitudes ante la CNMV y recibieron de pronto el visto bueno.
Estas firmas enviaron sus solicitudes entre mayo y julio pasados, cuando ya hacía meses que se había paralizado el proceso de aprobación de nuevas salidas al mercado.
El organismo regulador no había anunciado fechas precisas para volver a autorizar nuevas salidas, aunque en noviembre reveló que probablemente medio centenar de empresas podrían emitir nuevas acciones en bolsa hacia finales de enero próximo.
El regreso de las ofertas públicas de valores (OPV) al mercado chino coincide con la declaración, en noviembre pasado, durante el plenario del Partido Comunista de China (PCCh), que Pekín dará a las fuerzas del mercado un "papel decisivo" en su distribución de recursos.
El índice general de Shanghái, el principal indicador de las bolsas chinas, cerró hoy el año como el parqué con peor rendimiento de toda Asia, con pérdidas acumuladas durante 2013 de un 7,4 por ciento, un balance en todo caso bastante mejor al de las caídas anuales en porcentajes de dos dígitos de los años 2010 y 2011.
El volátil parqué de Shanghái consiguió cerrar 2012 menos de un uno por ciento al alza, aunque hasta diciembre de ese año llegó a estar acumulando pérdidas de hasta un 21 por ciento, y todo eso después de hundirse otro 21,68 por ciento en 2011 y un 14 por ciento en 2010.
Durante 2012, último año en que se autorizaron las OPV en el país, se cerraron más de 1,2 millones de cuentas de acciones de tipo A (denominadas en yuanes, con las que cotizan las principales firmas en Shanghái y Shenzhen), y más de la mitad de los accionistas perdió dinero durante al menos los tres primeros semestres de aquel año.
Tras meses de nuevas medidas para tratar de controlar la situación, la CNMV paralizó las nuevas OPV hasta que el mercado se recuperase lo suficiente, lo que parece que Pekín estima que está ocurriendo ahora.
En 2012 la CRMV publicó normas para que las OPV se hagan con precios "razonables", y no hinchados artificialmente como solía ocurrir en China hasta entonces, lo que ahora puede ser sancionado como prácticas ilegales.
A este problema se debió en gran parte que, en años anteriores, las OPV chinas absorbiesen tanto la liquidez en el mercado que los índices bursátiles acabaran con un largo desplome entre 2010 y 2012.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.