El economista Trías De Bes dice que los políticos "intentan sostener un modelo agotado"
El economista Fernando Trías de Bes, darwinista confeso, está seguro de que la sociedad asiste a una transformación profunda del mundo, la que se esconde en lo que supuestamente es una crisis financiera o inmobiliaria; y que aflorará aunque los políticos intenten sostener "un modelo agotado".
En 'El gran cambio: claves y oportunidades de una nueva era' (Temas de hoy) este escritor expone lo que entiende como la fase final de cien años de desarrollo y crecimiento, la punta del iceberg que supondrá el trasvase de poder y riqueza desde Occidente a otras partes del planeta.
"Toca pasar el testigo", cuenta en una entrevista con EFE en la promoción de su obra en Santiago, el lugar elegido para el inicio de su gira literaria, y afirma que es "el turno" de otros territorios.
El punto de inflexión lo sitúa en 2001, año en el que confluyen una serie de factores como la entrada en el euro, la irrupción de China en el comercio mundial, la banda ancha, el 11-S que genera una política "muy agresiva monetaria y financieramente"...
"Se dan una serie de elementos que son la traca final", observa.
Cuando un modelo se agota, se acaba, hay una reacción, que es "intentar perdurarlo", añade.
Al acelerarse la "superglobalización" y no poder competir con países emergentes, Occidente echó mano de la divisa, del capital, "y tuvimos capacidad de endeudamiento para pagar muchas cosas y sostener la economía. Pero había cosas en la economía real que se estaban fracturando".
La inyección de dinero lo tapaba, precisa.
"Muchos negocios estaban empezando a sufrir, pero como había dinero, parecía que se sostenían e iban bien, cuando estábamos en una fase de agotamiento de un modelo. Me di cuenta poco a poco".
En el momento actual, De Bes asegura que para hablar de lo que comúnmente se denomina final de la recesión "hay un trecho" y pone la vista en una variable, el nivel de endeudamiento: "no solo no ha bajado, sino que ha empeorado".
"Decir final de la recesión -añade- es como cuando alguien está en el hospital, en paliativos, y te cuentan, oye, la fiebre ha dejado de subir... sí, pero no se ha curado todavía".
En todo caso, De Bes opina que cualquier dato bueno que vaya aconteciendo contribuye a mejorar el ánimo colectivo puesto que "las noticias negativas todo el rato deprimen".
No obstante, hace un llamamiento a la clase política, que no quede "atrapada en la misma historia" de siempre de intentar aguantar un sistema caduco cuando lo que se requiere "es un cambio total de modelo organizativo, político y económico".
Los gobernantes "no son conscientes de lo que está pasando en la economía real", puntualiza, y de que el mundo "va en una dirección clarísima" y "nosotros seguimos enterrados en debates peregrinos".
Uno de ellos, el de la austeridad o gasto, cuando "ni austeridad ni gasto solucionan los problemas de base de esta superglobalización acelerada por las nuevas tecnologías que convierte en obsoletos muchos modelos de negocio".
Este modelo "no es sostenible" pero lo que sucede es que "a grandes borracheras, grandes resacas".
Sin embargo, el cambio se dará, los sindicatos tendrán cada vez un papel "más reducido y limitado" y las subvenciones "no serán para sostener zombies, serán con criterios de inversión y no tanto de sostenimiento".
Es el momento, reflexiona, de avanzar en el camino correcto, puesto que "esto ha de servir para que una sociedad se haga mucho más humana. No puede ser que la crisis traiga devastación, conflicto, y después violencia, que es una de las posibilidades".
En las páginas de su libro, Trías de Bes, el autor de 'El hombre que cambió su casa por un tulipán', intenta que los lectores venzan el miedo y la desidia, la inacción y el descrédito, y se impliquen para que "el gran cambio", más allá del impacto económico, sirva para vivir en una sociedad "más viva, humana y solidaria".
Ana Martínez
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