El director de El Confidencial dice que "en España hay un exceso de tertulitis"
El director de El Confidencial, Nacho Cardera, defiende que los periodistas no se posicionen políticamente aunque considera que el problema en España radica en que se confunden información y opinión con demasiada facilidad y en que hay "un exceso de tertulitis".
Cardera, en una entrevista con EFE, califica de "época dulce" los dos años y medio que lleva al frente de este medio, un tiempo en el que se ha consolidado como diario digital de referencia, lo que responde a la demanda de sus lectores, que encuentran en él lo que no hay en el resto de medios.
PREGUNTA: Antes de El Confidencial usted ha trabajado en El Mundo y La Clave. ¿Qué diferencias existen a la hora de ejercer en un medio digital o uno tradicional? ¿Cómo se trabaja en cada uno?
RESPUESTA: El periodismo es periodismo sea en digital o papel. Creo que se trata de un debate estéril. Lógicamente, un medio online está en permanente tensión las veinticuatro horas al día, en tanto en cuanto se publica la noticia en cuanto se consigue, sin esperar a la edición del día siguiente. Con todo, El Confidencial no juega tanto la batalla de la inmediatez como el de la calidad. Preferimos dar la noticia dos minutos tarde pero analizada y contextualizada, que darla rápido y mal.
P: ¿En cuál se reciben más presiones?
R: Actualmente, los dos por igual. Los medios digitales comienzan a ser prescriptores y a marcar agenda, es decir, empiezan a ser tan influyentes como los del papel, lo que hace que las presiones lleguen por igual a uno u otro soporte.
P: Llegó a la dirección de El Confidencial en 2011 en sustitución de Jesús Cacho, ¿qué balance hace de este tiempo?
R: En estos dos años y medio, El Confidencial ha vivido una época dulce. Nos hemos consolidado como diario online de referencia. Es como si hubiéramos descorchado una botella sacando a la luz todo el talento que nuestros periodistas llevaban dentro, con nuevos proyectos e información de calidad, rigor y solvencia. Así nos lo reconocen nuestros lectores. En este período, hemos pasado de 3,9 millones de usuarios únicos mensuales a 8,6 millones.
P: ¿Qué opina de que la Casa del Rey haya pedido por primera vez amparo a la FAPE para quejarse por una información publicada por ustedes?
R: Nos da una relevancia que no nos merecemos. También nos extraña, pues en otros medios se han publicado asuntos más dolosos para Zarzuela sin que se haya tomado una iniciativa similar. Dicho lo cual, El Confidencial se reafirma en lo publicado y se ampara en el desarrollo de su función informativa dentro del derecho a la libertad de expresión e información recogido en el artículo 20 de la Constitución.
P: ¿Cree que va a prosperar la solicitud de la Casa del Rey?
R: Lo ignoro. Es un proceso del que El Confidencial no participa porque no está adherido a la Comisión que ha recibido y tramita la denuncia de la Casa del Rey.
P: ¿Qué puede encontrar el lector en El Confidencial que no encuentre en otro periódico digital?
R: Me gusta decir que El Confidencial es la "vaca púrpura" del periodismo digital. El hecho de mostrarse como una vaca púrpura implica ser único, indispensable y digno de tener en cuenta. Nadie se para en la carretera a ver una vaca blanca con manchas negras. Pero una vaca púrpura, ¿quién no se pararía? Ese es El Confidencial. Los lectores leen en nuestro periódico lo que no pueden encontrar en el resto de medios.
P: ¿De qué exclusiva de las publicadas por El Confidencial se siente más orgulloso?
R: Todos los días damos alguna. En los dos últimos años, varias de nuestras grandes exclusivas fueron la nacionalización de Bankia, la trama suiza de Fassana (el tesorero de la trama Gürtel), la reciente alianza de El Corte Inglés con Banco Santander, etc, etc.
P: ¿Cuál le gustaría publicar?
R: España vuelve a crear empleo neto.
P: ¿Cómo describe la situación actual del periodismo? ¿Hacia dónde van los medios?
R: El periodismo en España vive una depresión total, causa de una tormenta perfecta devenida de las millonarias compras de medios realizadas en su día, de la crisis, de la irrupción de lo digital, de los errores de los editores, de la crisis informativa producto de una mayor dependencia ideológica y económica... Creo que, después de que se hayan perdido 10.000 puestos de trabajo en el sector, se ha tocado suelo. Soy optimista respecto al futuro. Tengo la obligación de serlo. Creo que en toda crisis hay una oportunidad y vamos a dar con ella.
P: ¿Cómo afecta la crisis a un medio digital que se supone que tiene menos gastos que uno tradicional?
R: La crisis afecta de una u otra forma a todos los medios. Lógicamente, a los digitales menos que a los de papel por sus menores costes. Y eso que, en el caso de El Confidencial, somos muchos: 80 trabajadores en plantilla y 120 con colaboradores. Aun así, el presupuesto de este diario equivale a lo que gana el consejero delegado de algún gran grupo mediático en un solo año.
P: ¿Cree que los medios escritos no terminan de pegar el salto a lo digital? ¿Peligran los medios en papel?
R: No se trata de una lucha entre soportes rivales, entre el papel y la pantalla. Más bien, se trata de sobrevivir, de que se pueda realizar periodismo de calidad con independencia política y económica. Es decir, se buscan nuevos modelos de negocio que combinen la rentabilidad con el periodismo de calidad. Y sinceramente creo que, a día de hoy, nadie lo está consiguiendo o está errando en el diagnóstico. El problema es que lo nuevo -lo digital- ha estado al servicio de lo viejo -el papel- para intentar que éste sobreviviera. En vez de derruir lo antiguo y construir el edificio de cero, lo que se ha hecho es poner parche sobre parche.
P: ¿La gente acogería bien que los medios cobrasen por sus contenidos digitales?
R: Depende de qué contenidos y de qué medios. Al Financial Times, por ejemplo, le está funcionando.
P: ¿Se plantea esta opción El Confidencial?
R: El Confidencial ni establecerá muros de pago ni nada similar. Mientras los demás cierran, nosotros seremos más abiertos que nunca. No cerraremos nuestros contenidos. Otra cosa es que busquemos vías alternativas de ingresos.
P: ¿Cree que los periodistas se deben posicionar políticamente?
R: No. Creo sinceramente que en España se confunden información y opinión con demasiada facilidad. En España hay un exceso de "tertulitis".
P: ¿Por qué los ciudadanos no ven con buenos ojos a los periodistas?
R: Porque el ciudadano tiene la idea de que los periodistas no son libres e independientes, de que con la crisis se han vuelto dependientes del poder político y económico.
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