Pekín estudia imponer a los vehículos una tarifa de circulación por el centro
El gobierno municipal de Pekín estudia imponer a los vehículos una tarifa para circular por el centro de la capital china, como parte de una serie de medidas para luchar contra la congestión de tráfico y la contaminación.
Según los cálculos de las autoridades, las emisiones de los vehículos representan cerca de un tercio del total de partículas contaminantes PM 2.5, las inferiores a 2,5 micras en diámetro y consideradas las más peligrosas para la salud, que se liberan en la atmósfera pequinesa.
En la actualidad circulan por las calles de Pekín en torno a 5,3 millones de automóviles.
La tarifa, según publica hoy el diario "China Daily", se impondría principalmente a los vehículos que circulen por el área central de Pekín y los encargados de acordarla serán la Oficina Municipal para la Protección Medioambiental y la Comisión de Transportes de Pekín.
La iniciativa, que prevé también prohibir la circulación de vehículos privados en ciertas áreas y en ciertos momentos, se enmarca dentro del plan quinquenal 2013-2017 de lucha contra la contaminación que Pekín divulgó el lunes.
La capital china ya prohíbe la circulación de vehículos privados un día a la semana, según la cifra de terminación de su matrícula.
Entre otras medidas, el plan quinquenal obligará a 1.200 empresas contaminantes a mejorar su equipamiento para reducir sus emisiones o, de lo contrario, cerrar sus instalaciones total o parcialmente. Asimismo, vetará los nuevos proyectos de empresas que incumplan los objetivos de reducción de emisiones.
Pekín se ha comprometido a reducir en un 25 % para 2017 las emisiones de partículas PM 2.5.
Pekín aumentará las tarifas para la emisión de dióxido de sulfuro y dióxido de nitrógeno este año, y establecerá una tarifa para la emisión de componentes orgánicos volátiles el año próximo.
Asimismo, en 2014 lanzará un plan piloto de compraventa de emisiones para las grandes empresas contaminadoras.
Se prohibirá también que las empresas que violen las leyes medioambientales puedan beneficiarse de créditos bancarios y de desgravaciones en el impuesto sobre el valor añadido o puedan recaudar fondos mediante la oferta pública de acciones.
El Gobierno de Pekín busca con ello hacer frente a una contaminación que batió récords a comienzos de este año y que, entre otras consecuencias, ha hecho descender el turismo a la capital china en un 14 % en el primer semestre del año.
El Gobierno central anunció en julio una inversión sin precedentes de 277.000 millones de dólares para combatir la contaminación, cerca de la mitad del dinero que destinó al plan de estímulo de la economía entre 2009 y 2010 para hacer frente a la crisis financiera mundial.
El daño al medioambiente es una de las grandes preocupaciones de la población china, donde en 2012 un 76,1 % de las principales ciudades registraron niveles de contaminación atmosférica por encima de lo que se considera seguro según los estándares chinos.
Ya en 2010, la contaminación ambiental produjo en China pérdidas económicas por valor de 1,1 billones de yuanes (176.000 millones de dólares), el equivalente al 2,5 % de su producto interior bruto (PIB), según un estudio estatal.
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