Agricultores galos toman la Bastilla con la venta solidaria de frutas y verduras
Agricultores de la región francesa de Lot-et-Garonne, en el sur del país, tomaron hoy la plaza parisina de la Bastilla con una "venta solidaria" de cincuenta toneladas de frutas y verduras, lanzada para denunciar los "abusivos" precios fijados por la gran distribución.
Un kilo de tomates a 1,70 euros, frente a los 3 euros del supermercado; dos kilos de nectarinas a 4,5 euros en lugar de los 8 euros de la gran distribución, o cinco kilos de patatas a 4,5 euros en vez de los siete euros habituales fueron algunas de las armas de batalla del sindicato agrícola Modef y el Partido Comunista Francés (PCF).
Los promotores de esta iniciativa exigen una alimentación que "responda a las necesidades humanas y no especulativas", y consiguieron formar colas de hasta dos horas de espera en sus puestos.
"La locura que ha desatado esta venta solidaria es un espejo de una Francia en crisis, en la que sus ciudadanos deben afrontar verdaderos problemas de poder adquisitivo debido a los bajos sueldos y el incremento constante de los precios de los productos de primera necesidad", declaró a Efe el portavoz del PCF, Olivier Dartigolles.
Los más de cincuenta productores concentrados en la Bastilla no cesaron de recordar que es aconsejable comer cinco frutas y verduras diarias, mientras los clientes les rebatían que alcanzar esa cifra es "inviable" si pretenden llegar a fin de mes.
Ingerir esa media en Francia, según un estudio realizado por el Modef, supone un coste aproximado de 145 euros mensuales por persona.
"Las grandes superficies hacen dinero fácil con sus precios abusivos, mientras los agricultores están infrapagados y los ciudadanos no se nutren según las indicaciones sanitarias", añadió a EFE el responsable de Agricultura y Pesca del PCF, Xavier Compain.
Este "drama nacional", en palabras del secretario general del Modef, Raymond Girardi, afecta particularmente a los trabajadores del sector agrícola: "En veinte años han desaparecido más de dos tercios de los agricultores franceses y la mitad de los que siguen están en dificultades o en grandes dificultades".
Una de las reivindicaciones del sindicato agrícola es, precisamente, "una remuneración justa del trabajo rural y de sus salarios", así como un incremento de 300 euros en el Salario Mínimo Interprofesional, hasta los 1.700 euros.
Hace dos décadas, en Francia se producía la totalidad de las necesidades en frutas y verduras de sus ciudadanos, mientras que en 2013, según cifras sindicales, ese porcentaje se redujo al 60 %.
"Debemos permitir a los ciudadanos tener acceso a una alimentación sana, fresca y localizada en Francia", matizó Compain, que aprovechó la ocasión para sugerir al primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que "reencuentre el color de la izquierda" y abandone el "gobierno de derechas" que dirige.
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