Pescanova adelanta su consejo de administración tras el informe de KPMG

No se esperan sorpresas, pero con el presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, nunca se puede dar nada por seguro. Sousa ha decidido adelantar a este miércoles la reunión del consejo de administración que estaba prevista para el 31 de julio. La reunión, que ha comenzado hacia el mediodía, estaba planeada para finales de mes, para comentar el resultado de la investigación contable llevada a cabo por la auditora KPMG. Sin embargo, tras ser entregado el informe la semana pasada, el administrador concursal de la empresa, Deloitte, ya celebró un encuentro en el que se habló de las pesquisas. Lejos de anular la nueva reunión, Sousa pidió adelantarla.

En el consejo está previsto que se traten los mismos temas que estaban ya en el orden del día para finales de mes. Entre ellos, el nombramiento de un nuevo consejero, que debe ocupar el asiento de la empresa GICSA, controlada por Sousa. En este sitio se sentaba el hombre de confianza del presidente, Jesús García (imputado por la Audiencia Nacional junto a buena parte del consejo), que dimitió tras conocerse algunos detalles sobre la gestión de Sousa y su venta a escondidas acciones por valor de casi 32 millones de euros.

Pescanova informó este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de que GICSA "ha designado a Don José María Pérez–Carasa Gonzalez–Estrada como su nuevo representante en el consejo, tras la renuncia de Don Jesús Carlos García García".

La reunión, que se llevará a cabo en la sede de la compañía en Chapela (Pontevedra) se presume tensa. Siete de los 12 miembros del consejo que se reúne este miércoles están imputados por la Audiencia Nacional. De entre los que no lo están, Luxempart, se ha querellado contra el presidente Sousa, porque el fondo luxemburgués considera que ha perdido cerca de 52 millones de euros porque la cúpula le ocultó información. Y según se reveló en el informe de KPMG, la dirección es sospechosa de haber ejecutado durante años un plan para retocar la contabilidad de Pescanova, a través de empresas fantasma y testaferros que cobraban en negro, así como prácticas contables irregulares. La investigación cuantifica que la deuda financiera a 31 de diciembre de 2012 era de 3.281 millones de euros, con un patrimonio neto negativo de 927 millones de euros.

Durante el consejo se espera, además, que se debatan los pasos a seguir ahora. En principio, y una vez ha sido realizada la investigación preliminar de KPMG, está pendiente la formulación oficial de cuentas del 2012. Además, Luxempart y Damm (tercer y segundos mayores accionistas de la compañía y que encabeza el bando crítico con Sousa) han solicitado la elaboración de una junta extraordinaria de accionistas. pretenden, entre otras cosas, que se someta a votación la renovación del presidente y forzar así su salida, ya que su cargo está caducado desde abril.