El BPI considera que las autoridades deben acelerar las reformas para desbloquear el crecimiento
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) considera que las prioridad política es acelerar las reformas de los mercados de trabajo y de productos para desbloquear el crecimiento.
"Nuestro llamamiento es actuar ahora con responsabilidad para reforzar el crecimiento y evitar así un ajuste más costoso en el futuro", dijo hoy el director gerente del BPI, Jaime Caruana, en la asamblea general anual celebrada en Basilea (Suiza)
"Es un llamamiento a reconocer que el retorno a la estabilidad y a la prosperidad es una responsabilidad compartida", después de que la política monetaria haya hecho su parte, añadió Caruana.
"La prioridad de política actual es retornar al crecimiento fuerte y sostenible" una vez pasado el punto álgido de la crisis, dice el BPI en su informe anual, publicado hoy.
"Nuestro mensaje es sencillo: las autoridades deben acelerar las reformas de los mercados de trabajo y de productos para estimular la productividad y desbloquear el crecimiento", apostilló el BPI
Caruana dijo en la asamblea general que "la reforma de los mercados de trabajo y de productos ha avanzado con lentitud".
Asimismo el sector privado debe reducir su endeudamiento y el sector público garantizar la sostenibilidad fiscal.
Se deben gestionar los riesgos en el sector financiero y la expectativa de que la política monetaria pueda resolver estos problemas está abocada al fracaso.
El BPI añade que "los hogares y las empresas tienen que terminar de sanear sus balances".
"Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos para garantizar la sostenibilidad de sus finanzas", afirma el BPI.
Asimismo "los reguladores deben adaptar las normas a un sistema financiero cada vez más interconectado y complejo, además de garantizar que los bancos mantengan capital suficiente para cubrir los riesgos asociados".
Con las políticas monetarias todavía muy expansivas en todo el mundo, los bancos centrales siguen ganando tiempo para que otros actúen, pero inexorablemente el balance entre sus costes y beneficios resulta cada vez menos favorable, según el Banco.
Asimismo, el retraso de la inevitable estrategia de salida plantea crecientes retos a los bancos centrales, que deben reenfatizar su marco de política monetaria orientado hacia la estabilidad, pero teniendo más en cuenta tanto la estabilidad financiera como las repercusiones de las políticas a nivel mundial
Los bancos centrales no pueden remediar la situación financiera de los hogares, ni sanear los balances de las instituciones financieras, ni garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas.
"Y, sobre todo, no pueden introducir las reformas estructurales necesarias en materia económica y financiera para que las economías retomen la senda del crecimiento real que las autoridades y los ciudadanos esperan y desean", apostilló la entidad internacional.
Una posible subida de las tasas de interés a largo plazo desde sus actuales niveles extremadamente bajos supone un riesgo para las finanzas públicas de distintos países.
Endeudarse más no es la solución a los problemas ya que cuando la deuda del sector público supera el 80% del PIB comienza a ser una rémora para el crecimiento.
Lo que ha logrado la expansión monetaria introducida por los bancos centrales durante la fase de recuperación es dar más tiempo: para reparar los balances, para la consolidación fiscal, para introducir reformas con las que recuperar el crecimiento de la productividad.
Sin embargo, no se ha hecho buen uso de ese tiempo, ya que las tasas de interés persistentemente bajas y las medidas no convencionales han favorecido que el sector privado no haya disminuido su endeudamiento, que el sector público financie sus déficit y que las autoridades retrasen las necesarias reformas en la economía real y el sistema financiero, observa el Banco de Pagos Internacional.
Por Arantxa Iñiguez
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