El Gobierno y el PSOE defienden su pacto europeo pero recelan de otros acuerdos

El Gobierno y el PSOE defienden el pacto al que han llegado en torno a la posición de España en el próximo Consejo Europeo, pero recelan de la posibilidad de llegar a acuerdos en otras materias y achacan a la otra parte los obstáculos para que sean posibles nuevos consensos.

Fuentes del Ejecutivo y de los socialistas consultadas por Efe aseguran no arrepentirse del pacto europeo ni de la forma en que se ha gestionado, niegan que hayan pretendido "ningunear" al resto de partidos y apelan a la responsabilidad de fuerzas como CiU o PNV para que secunden un acuerdo que consideran bueno para España.

Después de que finalmente no fuera posible esta semana que el consenso al que llegaron el Ejecutivo y el PP con los socialistas contara con mas respaldos por entender el resto de partidos que no se contó con ellos desde el principio, el Gobierno y el PSOE justifican su actuación porque consideran que se ha enmarcado "en los cauces de la normalidad".

"¿No es lógico que antes de sentarse a negociar con todos haya unas líneas generales en torno a las que gire el debate en vez de tener sobre la mesa un folio en blanco?", se pregunta un alto cargo del Gobierno que aclara que eso no implica que no se pudieran incorporar después todas las aportaciones que se consideraran oportunas.

Esa misma idea es expuesta por fuentes del PSOE, que insisten en que nadie puede negar seriamente que las peticiones recogidas en el texto de la proposición no de ley que plasma el acuerdo, tendrían una repercusión muy positiva en la economía española.

Las fuentes del Gobierno subrayan que el pacto con el PSOE en torno al próximo Consejo Europeo podría ser un buen precedente ante otras medidas que sería conveniente que contaran también con el respaldo del principal partido de la oposición.

Es el caso de la ley de Transparencia, la reforma de las administraciones, la reforma local o el debate sobre el factor de sostenibilidad de las pensiones.

Hay optimismo para que pueda lograrse ante la primera iniciativa, pero el Gobierno observa en algunas declaraciones de dirigentes del PSOE que "se están poniendo la venda antes de la herida" y pueden tener la tentación de no apoyar las modificaciones pertinentes en el resto de iniciativas.

En el PSOE se sigue apostando por un pacto global, pero ante la premisa de que su objetivo es que el Gobierno rectifique la política económica que ha venido poniendo en marcha, parece que esa intención parece estar abocada al fracaso porque el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha venido reiterando que no va modificar el rumbo de sus reformas.

Además, los socialistas insisten en que no apoyarán una reforma de las pensiones que suponga una reducción generalizada y en que en este asunto irán de la mano de los sindicatos.

Ante el hecho de que sea posible un pacto en materia europea pero no en otras cuestiones, la fuentes del PSOE se remiten a unas palabras de su vicesecretaria general, Elena Valenciano, en las que ha hecho un símil futbolístico.

"El Real Madrid y el Barcelona pugnan en las competiciones nacionales, pero sus jugadores conforman el grueso de la selección y trabajan juntos para conseguir lo mejor para el país en competiciones internacionales. Lo que pretende el PSOE -explican- es dar todo su apoyo para que Rajoy logre lo mejor para España".

Para el Gobierno y los socialistas, poner en marcha en Europa medidas en favor del empleo juvenil, impulsar la unión bancaria y facilitar el crédito a las pequeñas y medianas empresas no puede ser rechazado por nadie.

"Y a partir de ahí, se puede incluir todo lo que se considere oportuno. Pero eso es esencial", se señala desde el PSOE, que siguiendo el argumento expuesto por su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, recalca que son medidas que hasta hace poco parecía impensable que fueran apoyadas por los partidos de derecha europeos.

Aunque las fuentes consultadas por Efe no ven justificadas las críticas de CiU y PNV prefieren no "hacer sangre" con esa actitud en aras del consenso y porque están convencidos de que ambas fuerzas políticas "serán consecuentes" con lo que han venido defendiendo.

Es decir, que, "sin dar nada por sentado", apuestan por el respaldo final de los diputados de ambos grupos parlamentarios cuando el 25 de junio se debata en el pleno del Congreso la proposición no de ley presentada por socialistas y populares.

Y para lograr ese apoyo hay una total predisposición a debatir las enmiendas que Convergencia i Unio y el Partido Nacionalista Vasco puedan presentar a esa proposición porque existe el convencimiento de que tendrán los mismos objetivos plasmados ya en el acuerdo.