Sousa asegura que "no hay agujero; mi información privilegiada era que Pescanova iba mejor"

El presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, afirma que si tenía alguna información privilegiada era que la empresa iba mejor y que, si no hubiera creído en ella, habría vendido todas sus acciones, al tiempo que niega que haya un agujero de 3.000 millones porque la firma "vale más".

Así lo ha asegurado hoy Fernández de Sousa en una entrevista concedida a la Cadena Ser en la que ha afirmado que, de haber sabido la crisis financiera que se avecinaba, la compañía no se hubiera endeudado tanto.

"Si hubiéramos sabido estimar la crisis financiera -pasamos de ver crédito en abundancia a no tener financiación-, evidentemente la situación hubiera sido distinta y la compañía no habría invertido tanto", ha apuntado.

De Sousa considera que estos tres meses en los que ha permanecido en silencio no ha sido su mejor aliado, "no ha sido un acierto".

En estos tres meses "se han dicho mucho y muchas cosas, se ha conformado una opinión que no es buena para Pescanova ni para mí; creo que hay que contar las cosas".

De Sousa se pronuncia así después de que la pasada semana la Fiscalía Anticorrupción pidiera a la Audiencia Nacional que admita cuatro querellas contra De Sousa y tres accionistas más por presunto uso de información privilegiada y relevante de la que se sirvieron para vender acciones de Pescanova, obtener un beneficio y evitar pérdidas.

De Sousa, presidente de Pescanova, se encuentra apartado de la gestión, que en estos momentos ha sido asumida por una administración concursal nombrada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la auditora Deloitte.

De Sousa ha querido valorar que, mientras la compañía entraba en situación de preconcurso, "hemos seguido pagando nuestras nóminas, la empresa sigue entera y funcionando en todos los sitios",

Ha subrayado que, en su opinión, no es frecuente el hecho de que en un concurso voluntario como el de Pescanova, el juez nombre administradores en lugar de interventores, una figura que supone no apartar de la gestión a la dirección de la compañía.

Ha matizado que el consejo y él, como presidente de Pescanova, sigue con sus funciones, pero apartados de la gestión.

En cuanto a la decisión de no presentar las cuentas en tiempo, ha asegurado que a final de marzo tenían desinversiones anunciadas y previstas de la granjas de salmón en Chile y que estaban "en nuestro plan estratégico".

Pero también ha apuntado que "teníamos un problema de tesorería", ya que Pescanova en los últimos años emprendió un plan de inversiones con crecimiento en acuicultura, con "el mayor proyecto del mundo".

"Como casi todas las empresas españolas, nuestro crecimiento se ha abordado con crédito", ha apuntado, al tiempo que ha añadido que en estos 37 años han crecido con muy poco capital y han pasado de unas ventas de 24 millones de euros a 1.700 millones.

Según De Sousa, "cuando uno tiene conocimiento de un déficit de tesorería debe presentar una renegociación de deuda en preconcurso de acreedores y, en ese caso, las cuentas deben formularse de forma distinta".

Por ello, asegura, el 27 febrero se decidió posponer las cuentas hasta que se vendieran las granjas de salmón o se renegociara la deuda en el preconcurso de acreedores.

En relación a la venta de acciones, De Sousa asegura que vendió una parte, y no porque no creyera en la compañía ya que, en caso contrario, "las hubiera vendido todas y no hubiera metido casi 10 millones euros que me piden en la empresa".

"Destiné el resto de lo obtenido a los compromisos que tenía de créditos a los que estaba obligado", agrega.

En relación con el presunto uso de información privilegiada, ha aseverado que, si tenía alguna información privilegiada, "era que iba mejor", ya que los proyectos de acuicultura iban bien, con subidas de 30 y 35 % en los precios del rodaballo y el langostino.

Sobre el agujero patrimonial, ha afirmado que "por supuesto, no hay un agujero de 3.000 millones ni nada por el estilo" y, más bien al contrario, "lo que hemos creado es valor para la empresa".

"Todo lo que he hecho ha sido en beneficio de la empresa, incluido el retraso en la comunicación de las ventas que he hecho yo, y así lo acreditaré que lo hice en beneficio de la empresa", ha declarado.

Ha admitido que la crisis de las cajas gallegas les ha afectado, pero más la reestructuración de la banca en España.

En su opinión, con las inversiones realizadas en Pescanova "podemos en los próximos diez años triplicar la facturación con las inversiones realizadas".

Ha puntualizado que, desde que dejó sus funciones ejecutivas, acude todos los días a su despacho y que ahora se limita a "estar a disposición de lo que los administradores concursales necesitan".

"Moralmente me siento tranquilo, por lo que no debería temer a la justicia, porque lo que he hecho lo he hecho lo mejor que he sabido, he sacrificado mi vida, mi familia y mi patrimonio por Pescanova", ha destacado, aunque ha matizado a continuación que "a nadie le gusta pasar por la justicia".

Ha mostrado su disposición en "luchar para que no se liquiden activos de Pescanova", y ha ofrecido su apoyo y dedicación en la medida en la que se le necesite.

Además ha comentado que uno en los aciertos suele estar muy acompañado y en los desaciertos un poco más solo, al ser preguntado por si se ha equivocado en algo, y ha abundado en que fue un error su decisión de haber permanecido callado hasta ahora y no negar informaciones relativas a cifras o aquellas en las que se mencionaba que estaba desaparecido, "cuando siempre he estado al pie del cañón".