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Mikael Ohlsson/Presidente y consejero delegado de Ikea

“Iríamos más rápido en España si no fuera por la lentitud de las licencias”

La multinacional sueca Ikea cerró el último ejercicio con un beneficio de 3.200 millones

Lluís Pellicer
Mikael Ohlsson Presidente y Consejero Delegado del Grupo IKEA.
Mikael Ohlsson Presidente y Consejero Delegado del Grupo IKEA. Isabel Marques

Después de 34 años en la empresa y 18 años en la cúpula de una de las mayores multinacionales europeas, Mikael Ohlsson (Helsingborg, Suecia, 1957) deja este año su cargo al frente de Ikea. Su sucesor asumirá para 2020 los retos de seguir creciendo en los mercados en los que la compañía ya está implantada y en nuevos países, seguir desarrollando las ventas por comercio electrónico y continuar bajando los precios de venta. La multinacional cerró el último ejercicio con un beneficio de 3.200 millones, lo que supuso una mejora del 8% respecto al año anterior. El 70% de las ventas se concentraron en Europa.

Pregunta. ¿Se beneficia la compañía de que la gente tiene menos presupuesto para comprar muebles?

Respuesta. Tratamos de combinar la calidad y el diseño con una forma de trabajar que se traduce en precios bajos. Y en el contexto económico actual, la gente es más consciente del valor de las cosas. Los resultados son una continuación de nuestro trabajo.

P. ¿Pero la recesión de la zona euro les beneficia o perjudica?

R. Aunque tenemos más visitantes y clientes en todas partes, la marcha de la economía afecta a todos. Tratamos de estar al lado de la gente, y seguimos recortando costes para rebajar precios. Pero la situación no es la misma en todos los mercados. El año pasado, por ejemplo, tuvimos el mayor crecimiento en China y Rusia, pero también en Alemania y Estados Unidos.

“Nos vimos en un gran escándalo del sector alimentario europeo”

P. ¿Qué mercados son prioritarios para crecer?

R. Nuestro plan consiste en seguir desarrollándonos en los mercados en los que ya estamos. Incrementamos las tiendas en China y Estados Unidos, y abrimos por fin en Croacia; el año que viene tal vez lo haremos en Eslovenia, y pronto podremos anunciar Corea del Sur. La semana pasada logramos la aprobación para abrir tiendas cien por cien nuestras en India. Es un proyecto a largo plazo, nos llevará cinco años abrir allí, pero ya hemos ido comprando y participamos en proyectos de cooperación.

P. Las ventas en España sí descendieron el año pasado. ¿Mantendrán sus planes?

R. La evolución fue fantástica teniendo en cuenta las condiciones de mercado. Seguimos bajando precios, invirtiendo en tiendas, abriendo centros... El de Valencia está en camino y estamos buscando otras ciudades, puesto que el 58% de los españoles está a más de una hora de una tienda de Ikea. Y hemos empezado a producir en la fábrica textil en Valls.

P. ¿Cómo está funcionando?

R. Aún es pronto porque es nueva, pero ha arrancado muy bien. Si producimos aquí reducimos costes de transporte. El producto va de la factoría a los almacenes de Portugal, España, Francia o Italia, y de ahí a las tiendas. Es una forma de eliminar un coste innecesario y crear 89 empleos en Valls. La instalación de placas solares en la fábrica, así como en varias tiendas, forma parte de nuestra estrategia de ser independientes energéticamente. Queremos producir tanta energía renovable como la que usamos. A la vez, construimos parques eólicos y sistemas de gestión energética de calefacción en el suelo. El problema es que en España el marco regulatorio no está claro, y eso está echando atrás inversiones. Necesitamos un marco más claro.

“Seguimos bajando precios, invirtiendo y abriendo tiendas en España”

P. ¿Por qué no lo es?

R. No hay claridad en cuanto a la producción para autoabastecerse. Queremos avanzar en todas las tiendas de España, pero el proceso es muy lento debido a ese marco. Esperamos que el Gobierno lo clarifique.

P. ¿La legislación comercial española, sobre todo la autonómica, es un problema para Ikea?

R. Estamos aquí a largo plazo y creemos en el futuro de España. Sin embargo, los procesos sí podrían ir más rápido. Podríamos ir con mayor celeridad en España.

P. ¿Todo se reduce a la regulación?

R. Hay tres cosas que deberían mejorar en España. La primera, las licencias, para que el proceso de abrir sea más rápido. Le segunda es este entorno regulatorio para las placas fotovoltaicas. Y lo tercero es algo que me sorprende. En Italia, por ejemplo, tenemos una gran cantidad de proveedores para todo el mundo. De hecho, compramos a nuestros proveedores más de lo que vendemos en Italia. En España, y también en Francia, es al revés. Eso tiene que ver con la competitividad de los proveedores españoles, desde un punto de vista del mercado mundial y no doméstico. Nos gustaría entrar en contacto con futuros proveedores de carácter estratégico.

P. ¿Por qué no hay proveedores ahora?

“Nos gustaría entrar en contacto con futuros proveedores locales”

R. En parte, el mercado ha sido muy proteccionista en lugar de explorar oportunidades en el mundo.

P. ¿Cuál ha sido el impacto de episodios como las crisis alimentarias en las que también se han visto envueltos o las informaciones que señalan que en los años setenta utilizó a presos de Alemania del Este como mano de obra?

R. Con el tiempo, Ikea se ha convertido, y así se nos reconoce, en una compañía honesta y responsable. Estamos entre las cinco mejores empresas para trabajar en muchos países. En España éramos los terceros. Tenemos cerca de 1.200 proveedores que emplean a unos 600.000 trabajadores. Medio millón de personas están en programas de salud, educación, ingresos sostenibles para la familia a través del emprendimiento y la vivienda. Cuando hechos como el de la República Democrática Alemana ocurren, lo único que puedes hacer es investigar los hechos. Si eso ocurrió, es terrible. No tiene nada que ver lo que pasó hace 30 años con nuestros códigos y nuestra ética.

P. ¿La respuesta debe ser rápida?

R. Por supuesto. En cuanto a la crisis de la comida: es uno de los mayores escándalos para la industria alimentaria europea. Somos una parte muy pequeña de ello, por un proveedor, pero tuvimos que salir con un mensaje. Vamos a fortalecer más el control sobre todo lo que se come y compra en Ikea. Estamos muy comprometidos y estamos haciendo más pruebas de las que se puede imaginar, más allá de la legislación, siempre tomando la ley más restrictiva como norma. Sentimos mucho cuando estas cosas ocurren. Ofrecemos productos y alimentos sanos y seguros, y eso fue totalmente inesperado y un escándalo para la industria alimentaria. Terrible. Nos afectó porque los medios lo siguieron, pero hemos sido transparentes, honestos y abiertos, y ganamos confianza.

P. ¿España ha sido un país fácil para Ikea?

R. Hubo un buen ajuste entre los valores de España y los de Ikea. Y, claro, hubo el desarrollo español, con nuevas casas y apartamentos, en los que estuvimos presentes. Nos convertimos en la opción natural de la gente.

P. ¿Ese ajuste fue tan fácil?

R. Las raíces de la empresa son suecas, pero tratamos de tener el acento de cada país. Nos basamos en el entusiasmo, la fuerza de voluntad, la humildad y la sencillez. Esos valores están en personas de todo el mundo.

P. Vive en Holanda, pero tiene casa en Sitges. ¿Cómo vive el debate entre la austeridad y el crecimiento?

R. Es tiempo de estimular a través de la cooperación y las inversiones para que se mueva el consumo y la producción. Eso crea empleos, y la gente puede volver a creer en el futuro.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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