Rehn aboga por la reunificación de Chipre, que daría un impulso a su economía
El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, abogó hoy por la reunificación de Chipre, al considerar que ésta daría un "gran impulso" a su desarrollo económico y social.
"Merece la pena recordar que la reunificación de la isla daría un gran impulso al desarrollo económico y social en Chipre", afirmó Rehn durante una comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo (PE).
El vicepresidente de la CE recordó que durante sus cinco años al frente de las políticas de Ampliación de esta institución (de finales de 2004 a principios 2010) trabajó "muy duro" para facilitar la reunificación del país.
Chipre está dividida desde 1974, tras la invasión del Ejército turco en respuesta a un golpe de Estado grecochipriota que buscaba la anexión del territorio a Grecia.
Rehn lamentó que en los últimos años "no haya habido progresos decisivos" en este sentido y consideró que "ya es hora de revitalizar este proceso que lleve a la reunificación de Chipre".
La República de Chipre, de mayoría griega, cuenta con el reconocimiento de la comunidad internacional y desde 2004 es miembro de la Unión Europea (UE), mientras que la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre (RTNC) sólo es aceptada por Turquía.
Las conversaciones entre las comunidades grecochipriota y turcochipriota se mantienen prácticamente paradas desde que ambas partes decidieron iniciar una nueva ronda de negociaciones en 2008, tras el fracaso del plan de paz para la reunificación propuesto por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan en 2004.
Rehn hizo esta petición en un debate parlamentario sobre el rescate financiero de hasta 10.000 millones de euros a Chipre, en el que aseguró que el primer desembolso de la ayuda llegará a mediados de mayo, en "pocos días".
Reiteró que los problemas de Chipre se han generado durante muchos años y parten de un sector bancario sobredimensionado, que prosperó y creció atrayendo depositantes extranjeros con condiciones muy favorables, de una gestión pobre de los riesgos, una falta de supervisión y una gran exposición de riesgos.
Lamentó, que, pese a las advertencias de la CE en una fase temprana y su recomendación en noviembre de 2011 para que Chipre pida un rescate, Nicosia necesitó más de "un año y medio para aceptar la gravedad y insostenibilidad de su modelo de negocio y para llegar a un acuerdo con el Eurogrupo".
La "indecisión" y otros obstáculos, como el agravamiento de la situación económica y el empeoramiento de la salud de los grandes bancos, era tan evidente en marzo que ya no fue posible adoptar un enfoque de ajuste más gradual y obligó a liquidar inmediatamente el segundo mayor banco, el Laiki, para evitar el completo colapso de todo el sistema financiero y la suspensión de pagos de Chipre.
Rehn reiteró asimismo que las conclusiones que se puede sacar del proceso de negociación del rescate son fundamentalmente cuatro.
La primera que "tiene que haber absoluta claridad sobre la garantía de los depósitos asegurados" tras el primer tropiezo del Eurogrupo al respecto, y la segunda que "necesitamos una unión bancaria para prevenir sectores bancarios insostenibles como los de Chipre.
"Cuando es inevitable que un país sea rescatado, es esencial que se actúe en cuanto se reconozca este hecho, porque los retrasos son muy costosos para la economía y la sociedad", señaló.
Por último, Rehn abogó por reconocer los "problemas estructurales" del proceso de toma de decisión de la eurozona, por lo que consideró que es importante que se complete la Unión Económica y Monetaria, que permitirá elevar los acuerdo inter-gubernamentales al marco comunitario y fortalecer la representación externa de los diecisiete.
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