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ALEMANIA ECONOMÍA

Nubarrones en el horizonte de la saneada economía alemana

Vista general de la mayor feria de maquinaria, vehículos y equipamiento de construcción y minería, Bauma 2013, en Múnich. EFE/Archivo
Vista general de la mayor feria de maquinaria, vehículos y equipamiento de construcción y minería, Bauma 2013, en Múnich. EFE/ArchivoEFE

Las cifras de Alemania invitan a primera vista al optimismo, pero los expertos advierten de que su economía tiene todos los ingredientes para incubar una burbuja inmobiliaria, además de una estructura demográfica desequilibrada y envejecida.

Frente al naufragio de muchos de sus socios continentales, la locomotora económica de Europa sigue creciendo, disfruta de una tasa de desempleo en mínimos históricos, de un porcentaje récord de ocupación y prevé cerrar este año sus cuentas públicas, al igual que el pasado, con "déficit cero".

La buena forma actual de la cuarta mayor economía del mundo la certifican agencias como Moody's esta misma semana y los inversores, que siguen apostando por sus bonos como valor refugio frente a las turbulencias en los mercados: Alemania colocó el miércoles títulos a diez años a un tipo de interés medio mínimo récord del 1,28 %.

La situación macroeconómica alemana parece envidiable, al menos desde el punto de vista de los países del sur de la eurozona, desbordados por un desbocado déficit público y un desempleo creciente, pero varios economistas han llamado la atención esta semana sobre los riesgos del país a largo plazo.

Joachim Scheide, responsable del departamento de Previsiones del Instituto de la Economía Mundial (IfW), ha advertido de que los tipos de interés en la eurozona -situados en mínimos históricos por el Banco Central Europeo (BCE) para sacar al bloque de la recesión- no convienen a Alemania.

Los actuales tipos de interés, en el 0,75 % desde julio, son "extremadamente bajos" para lo que Alemania "precisaría" teniendo en cuenta sus fundamentos de la economía, argumentó Scheide, que prevé que "durante los próximos años" permanezcan por debajo de lo que sería conveniente para el país.

Un dinero barato facilita la reactivación de coyunturas débiles, pero puede recalentar economías más dinámicas, generando burbujas en sectores como el inmobiliario, como sucedió en España en la primera década de este siglo.

Scheide no considera que ya se esté gestando una burbuja inmobiliaria en Alemania -pese al rápido repunte de los precios de la vivienda en ciudades como Berlín y Múnich-, pero estima que el riesgo de que se pueda generar una en los próximos años es "muy alto".

El problema tiene difícil solución ya que Alemania, como el resto de países de la eurozona, cedió su política monetaria al BCE y éste está en la actualidad más centrado en apagar los fuegos de las economías periféricas que en los posibles problemas a largo plazo del norte.

Así lo indica el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, en una entrevista difundida hoy por el semanario económico "Wirtschaftswoche", en la que señala que preferiría una política monetaria más restrictiva, aunque entiende que "muchos países europeos se encuentran aún en una situación de crecimiento precaria" y precisan estímulos.

A esta cuestión se añade otra de carácter estructural y sin solución sencilla: la población alemana está envejeciendo rápidamente debido a la bajísima tasa de natalidad del país, lo que en un horizonte no muy lejano provocará tensiones fiscales, a juicio de Kai Carstensen, jefe del departamento de Análisis de Ciclo Económico y Encuestas del instituto Ifo.

Según afirmó Carstensen esta semana, la evolución demográfica obligará a Berlín a reformar el sistema de pensiones y seguramente la legislación sobre el mercado laboral, para preservar la sostenibilidad de las cuentas públicas en línea con el pacto fiscal.

El economista recalcó que las reformas implementadas por Alemania en los últimos años, como la prolongación de la edad de jubilación hasta los 67 años y la introducción de los polémicos "minijob", "no es suficiente" para garantizar el equilibrio de las finanzas públicas.

Alemania cuenta con el menor número de jóvenes de menos de quince años de Europa y sus ciudadanos son, de media, los de más edad del continente y los segundos de todo el mundo, por detrás tan sólo de Japón.

El Gobierno de la canciller Angela Merkel, que ya ha convocado sendas cumbres demográficas en los últimos dos años para abordar este problema, está intentando atraer a titulados y profesionales cualificados del extranjero.

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