_
_
_
_

Guía para sobrevivir sin bancos

La primera semana de corralito obliga a los chipriotas a hacer cambios profundos en su vida diaria

Luis Doncel
Una nota manuscrita recordaba el límite de retirada de efectivo de 260 euros.
Una nota manuscrita recordaba el límite de retirada de efectivo de 260 euros.David Simon (Bloomberg)

Pagar todo lo posible con tarjeta. Reducir los gastos imprescindibles y eliminar los superfluos. Buscar cajeros que acaben de ser recargados y sacar todo el dinero posible. Son algunas de las lecciones que han aprendido a marchas forzadas los chipriotas en esta semana de corralito. Pero lo vivido hasta ahora en la isla no será nada comparado con lo que podría ocurrir si el Gobierno no llega a un acuerdo con Europa. “Antes tenía miedo a perder el 10% de mis ahorros, pero la situación ahora es peor. Si quiebra el banco Laiki (nacionalizado y al borde de la quiebra) puedo quedarme sin nada”, dice Natalia, ciudadana rusa que lleva en la isla 15 años.

La pesadilla comenzó el sábado 16, cuando los ahorradores se enteraron de que los líderes europeos habían decidido unas horas antes que los ciudadanos normales iban a contribuir con sus cuentas corrientes a sufragar parte del rescate. Las colas en los bancos —una imagen que el euro se juró que nunca mostraría— ya habían comenzado. A partir de entonces, el ambiente se ha ido enrareciendo día a día.

El lunes y el martes —antes de que el Parlamento rechazara de forma abrumadora el acuerdo— predominaba la indignación con Europa y la sensación de orgullo herido. Pero a finales de semana ya había muchos chipriotas que se preguntaban en voz baja si no se habrían equivocado al plantarse ante la troika y rechazar sus exigencias. Como los centenares de trabajadores de Laiki que se manifestaban el jueves a la puerta de la Cámara de Representantes. Hombres y mujeres de mediana edad que llevan varias décadas detrás de la ventanilla de la segunda entidad del país se veían rodeados por las vallas que había puesto la policía para proteger a los diputados.

Empleados como Andreas Milordos, que criticaba a los parlamentarios por no haber aceptado una quita inferior al 10% y estar ahora discutiendo si se iban a quedar con su pensión, para la que ha cotizado tantos años. Ante la presión alemana, Nicosia se preparaba el viernes para descartar esta opción y retomar la quita sobre los depósitos, pero en esta ocasión solo sobre aquellos de más de 100.000 euros.

El gobierno teme una fuga de depósitos cuando se vuelvan a abrir las oficinas bancarias

Chipre ha ido posponiendo la apertura de las oficinas bancarias ante el temor de una fuga de depósitos que el gobernador del banco central, Panicos Demetriades, estimó que los primeros días rondaría el 10% de los 70.000 millones de depósitos. Otros analistas temían una cantidad mucho mayor si no se imponía algún tipo de control de capitales. “Por supuesto que voy a sacar mi dinero en cuanto pueda. ¿Tú no saldrías de tu casa si ves que está ardiendo?”, comentaba un hombre en el centro de Nicosia. “No sé qué hacer. Si todos actuamos así el país no tiene salvación”, respondía un taxista. El plan B que el Parlamento debatía el viernes daría poderes al ministro de Finanzas para ejercer ese control. Pese a contradecir el principio europeo de libre circulación de capitales, esta medida parece la única que podría evitar una estampida bancaria.

Chipre ha pospuesto todas las decisiones difíciles, pero ya no le quedan muchas opciones y deberá cumplir su anuncio de que los bancos, tras una semana de parón, reinicien la actividad el próximo martes. Los síntomas de que algo raro pasa son evidentes. Gasolineras y otras tiendas solo aceptan efectivo. ¿Se puede pagar con tarjeta? “Hoy sí, pero mañana ya no”, respondía el jueves la dueña de un restaurante.

La incertidumbre se reflejaba ese mismo día en un Zara, prácticamente vacío pese a estar en una de las arterias comerciales de Nicosia. Algunos comerciantes se quejan de que, con los bancos cerrados, no pueden pagar a los proveedores, por lo que empiezan a escasear productos. Las radios y televisiones escupen continuamente las palabras “Merkel”, “Eurogrupo”, “Lagarde”, “troika” o “Schäuble” en informativos que se alargan durante horas. “Hoy hemos empezado a las 9.30 un programa que suele comenzar a las 12.00. No sé hasta qué hora estaremos”, comentaba en un descanso para un café Panicos Hadjipanayis, uno de los presentadores estrella de la televisión pública RIK.

Los cajeros del banco Laiki, que hasta el miércoles funcionaron sin sobresaltos, empezaron a llenarse de colas el jueves. La entidad anunció ese día que limitaba a 260 euros la retirada de efectivo. Algunos chipriotas comenzaron entonces un peregrinaje de cajero a cajero en busca de billetes. Tenían por delante un largo fin de semana con la banca electrónica también congelada. ¿Y a partir de entonces? Todas las dudas del mundo. “Solo sé que nuestras vidas van a cambiar. Siento como si estuviera ante un abismo”, comenta Ana mientras retira dinero. Unos metros más allá, la dueña de un negocio se lo toma con optimismo: “Bueno. A partir de ahora funcionaremos de otra forma. Habrá que compartir más, intercambiar las cosas… No sé”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_