Enagás y REE rehacen sus estrategias
Moderan objetivos de beneficio e inversiones e intensifican su internacionalización
Enagás y Red Eléctrica (REE), gestores técnicos y transportistas, respectivamente, de los sistemas y de las redes troncales de gas y electricidad en España, siguen haciendo honor, pese a los continuos cambios en la regulación del mercado energético y a la crudeza de la crisis, a su fama de valores refugio para el inversor. Y no solo porque tengan como accionista relevante al Estado, a través de la SEPI, o porque una parte importante de su actividad y de sus ingresos estén sometidos a regulación específica. Tampoco porque las acciones de Enagás se hayan revalorizado en 2012 un 13% y en 2013, hasta el 15 de marzo, un 16,2%, y las de REE, un 16,5% y un 10,6% para los mismos periodos.
En el último lustro, en el tiempo transcurrido desde la caída de Lehman Brothers, el grupo gasista y el eléctrico han incrementado, respectivamente, su beneficio en un 46% y en un 71%; sus ingresos, en un 39% y en un 56%, y su resultado bruto de explotación (Ebitda), en un 47% y en un 68%.
Los resultados de 2012 en ambas compañías, que han estado en línea o han superado las estimaciones del grueso de los analistas que siguen estos valores, y sus expectativas para este y para próximos ejercicios muestran, sin embargo, que aun yéndoles bien no son inmunes a la crisis.
La gasista, por ejemplo, obtuvo un beneficio neto de 379,5 millones de euros, un 4,1% más que en 2011 y que está por encima de su objetivo anual de crecimiento plano. Sigue creciendo, es cierto, pero lo hace a menor ritmo que en los dos ejercicios precedentes.
Enagás, que presume de cumplir o superar sus previsiones por sexto año consecutivo, matiza que en sus últimos resultados han influido la incorporación del almacenamiento subterráneo de gas Gaviota y la consolidación de sus participaciones internacionales en las plantas regasificadoras de Altamira (México) y GNL Quintero (Chile). Estas cuentas, agregan en Enagás, son fruto también de un riguroso control de los costes operativos, que se han reducido un 1,8% en el ejercicio.
REE, por su parte, ha obtenido en 2012 un beneficio neto de 492,3 millones, un 6,9% más que el año anterior, y eso que según señalan fuentes del grupo los estados financieros “se han visto marcados por los cambios regulatorios producidos en este ejercicio”, que han introducido modificaciones en materia fiscal y de regulación del sector eléctrico.
El reto de Medgaz
Tras la renuncia a optar a una red francesa de gasoductos, decisión que sorprendió a los analistas, Enagás, a través de su presidente, Antonio Llardén, asegura que su grupo “siempre está atento a posibles inversiones que sean interesantes”, pero no puede decir “nada en estos momentos” acerca de su posible interés por el gasoducto internacional Medgaz entre España y Argelia. Recordó, en una reciente conferencia con los analistas, que Medgaz es “una de las prioridades” de los planes energéticos del Gobierno y que la propia Enagás “está involucrada” en la infraestructura “desde el primer momento”, ya que realizó las inversiones necesarias para conectar el gasoducto a la red peninsular. Se especula, tras las salidas de Iberdrola y Endesa del capital de Medgaz, con la posibilidad de que Enagás compre un 12% del gasoducto citado a GDF Suez.
Las inversiones de REE en el pasado ejercicio alcanzaron los 706 millones de euros (de ellos, 762 se destinaron al desarrollo de la red de transporte nacional). Su cifra de negocio se elevó a 1.755,3 millones, un 7,2% más que el año anterior debido, sobre todo, a ingresos asociados a la puesta en servicio de infraestructuras en 2011 y a pesar de una reducción de 45 millones por impacto de los cambios regulatorios y por la eliminación de la boliviana TdE del perímetro de consolidación del grupo tras su expropiación.
Además, dicen en REE, que los resultados se han visto afectados por una valoración conservadora de varios activos auxiliares en el segundo trimestre y por el menor valor atribuido a la participación financiera en la portuguesa REN. El aumento de la cifra de negocio y la evolución de los costes operativos han permitido a la eléctrica, por otra parte, apuntarse un Ebitda de 1.299,2 millones, con un crecimiento del 6,9% respecto a 2011.
En 2013 los dos grupos han realizado varias operaciones corporativas y financieras, y han presentado actualizaciones de sus planes estratégicos plurianuales.
Enagás, que acaba de cerrar la adquisición por 245 millones del 90% de Naturgas Energía Transporte (que incluye 450 kilómetros de gasoductos de alta presión y la conexión internacional de Irún), va a invertir 2.100 millones hasta 2015 y prevé elevar un 5,5% el beneficio neto y un 13% el dividendo en este ejercicio.
La gestora y transportista de gas asegura que va a proseguir con la internacionalización que inició en 2011 y señala tres grandes ejes estratégicos en su plan trienal: aprovechamiento de su experiencia como TSO (Transmission System Operator) para tomar posiciones en la integración del mercado de gas europeo, a través de alianzas y participaciones minoritarias; consolidación de su posición como especialista global en regasificación de GNL, poniendo en valor el conocimiento y la experiencia de la compañía, y, finalmente, desarrollo de infraestructuras de gas natural en mercados en crecimiento y con estabilidad regulatoria, como México y Chile, donde ya está.
Su estrategia para los próximos años, no obstante, mantendrá como prioridad el negocio de activos regulados en España, donde asegura que “aún hay un margen para invertir en infraestructuras”, como las plantas de regasificación de Canarias. La compañía que preside Antonio Llardén estima que en 2013 la demanda convencional de gas natural crecerá en torno al 1%, tras batir un récord histórico en 2012. Con este marco de consumo, Enagás estima mantener un crecimiento medio del beneficio de en torno al 4% y del dividendo de un 6% hasta 2015.
Enagás, que en enero renunció, arguyendo falta de encaje estratégico, a presentar una oferta para hacerse con TIGF, empresa propietaria de la red de transporte de gas y almacenamientos subterráneos del sur de Francia, pone condiciones a su expansión exterior. Invertirá en nuevos proyectos siempre y cuando encajen con su core business y permitan mantener un nivel de riesgo y rentabilidad similar al del negocio actual. Además, los proyectos deberán proporcionar flujos de caja estables y predecibles, manteniendo el endeudamiento en los límites fijados en el plan estratégico.
REE, según resaltan los analistas de Renta 4, ha confirmado en la presentación de su estrategia 2013-2017 la “esperada” desaceleración del ritmo de sus inversiones —que tienden a una media anual de 550/600 millones de euros (frente a 800 millones del plan 2011-2015)— y la moderación del crecimiento medio anual del beneficio neto —entre un 6% y un 8% frente a un 12% del plan anterior—. El grupo mantiene el pay-out en el 65%, a pesar de las expectativas de mejora ante el menor ritmo inversor y un balance saneado (DN/Ebitda 2012 de 3,8 veces con objetivo de progresiva reducción a 3,5 veces en 2017).
El presidente de la eléctrica, José Folgado, en una reciente conferencia con analistas, señaló que los ingresos de los próximos años dependerán del modelo retributivo que adopte el Gobierno para sus activos y del contenido del plan nacional de infraestructuras energéticas 2014-2020.
Con respecto a Transportadora de Electricidad (TdE), la filial expropiada por Bolivia, Folgado confía en contar con una valoración de activos “en las próximas semanas”. Pero no descarta acudir a un arbitraje internacional en caso de que las autoridades bolivianas reconozcan un valor a los activos expropiados muy por debajo del real. REE calcula que el valor actual de TdE es de unos 91 millones de euros, tras haberla adquirido en su día por 164 millones de dólares deuda incluida.
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