Pescanova presenta preconcurso de acreedores acosada por su alta deuda
La firma de alimentación arrastraba a cierre de septiembre un pasivo de 1.522 millones La compañía anunció a última hora del jueves que no iba a presentar sus cuentas de 2012
En las cuentas que Pescanova presentó en noviembre, con los resultados del tercer trimestre de 2012, la compañía no ofrecía ni un atisbo de duda sobre su futuro: sus ventas crecían y el beneficio neto fue de 24,9 millones de euros, un 2,2% superior al mismo periodo del año anterior. “Buenos resultados en todos los proyectos de acuicultura”, destacaba la firma. Tres meses después, sin embargo, todo parece tambalearse. Pescanova, una de las marcas más populares de los supermercados españoles y con más de 10.500 empleados, solicitó este viernes el preconcurso de acreedores. Fuentes financieras señalaron, sin embargo, que es probable que la empresa logre renegociar su deuda y evite el concurso.
Pescanova ha optado por solicitar la protección judicial muy condicionada por su deuda que, con 1.522 millones a noviembre, multiplica por ocho sus resultados de explotación anuales. En febrero de 2012 cerró una emisión de convertibles por 160 millones de euros (en la que llegó a ofrecer más de un 8% de interés) y en agosto, una ampliación de capital de 125 millones. Siempre tuvo unas enormes deudas, pero los planes de inversión de los últimos años para producir rodaballo, langostino y salmón la han puesto en una situación complicada. Sus deudas a largo plazo en noviembre eran de 766 millones de euros. A corto plazo Pescanova adeudaba otros 756 millones.
Fuentes financieras confían en la empresa evitará la quiebra gracias a la refinanciación de su deuda
Las alarmas sobre la situación de la empresa, fundada en 1960, empezaron a sonar a última hora del jueves, cuando informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que no iba a presentar sus resultados anuales. Pescanova justificaba su decisión por “la incertidumbre de poder afirmar el principio contable de gestión continuada” después de 2012. Es decir, que había recibido aviso de que la viabilidad de la empresa estaba en duda. En la nota, además, solicitaba al regulador bursátil que suspendiera su cotización.
Para superar sus problemas, Pescanova explicó que tenía dos vías: cerrar la venta de ciertos activos de la actividad de cultivo del salmón en Chile o refinanciar su deuda con los acreedores. La compañía anunció el año pasado que pretendía sacar a Bolsa el 49% de su filial chilena Acuinova. De hecho, en la autoridad bursátil chilena, la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), consta que en febrero el grupo estaban en proceso de inscripción. Sin embargo, medios especializados chilenos ya advirtieron de que era más que probable que se cancelara la salida a Bolsa, por la falta de ofertas en un momento en el que los precios del salmón han caído.
En cuanto a la segunda opción, la refinanciación, fuentes financieras aseguraron que es muy probable que Pescanova amplíe capital y logre reestructurar su deuda. De los 756 millones que la compañía debía en noviembre a corto plazo, 459 correspondían a proveedores comerciales. En cuanto a los créditos, las cajas gallegas que se fusionaron en Novagalicia financiaron a Pescanova con 357 millones en 2009. Fuentes de la entidad nacionalizada sigue siendo un importante acreedor financiero de la empresa, pero aseguraron que la respaldan y que confían en que saldrá adelante.
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