Las "concept stores" o cuando ir de compras es una experiencia
Ir a comprar una camisa y que este acto sea una experiencia es la oferta de las "concept stores", que tratan de hacer sentir especial al cliente a través del diseño de la propia tienda y de los productos que ofrecen.
"Son espacios que no se limitan a la transacción entrar-comprar-salir, sino que se disfrutan y consiguen que el usuario se sienta especial", explica a Efe José Vicente Parrado, publicista de ActualSales Group en Lisboa.
En Lisboa, el concepto de la tienda "a vida portuguesa" es seducir a su clientela con la "identidad" de los productos tradicionales del país.
Su creadora, Catarina Portas, se interesó por aquellas marcas portuguesas "de toda la vida" que mantuvieran o se inspiraran en embalajes antiguos y que no estuvieran a la venta en cualquier gran superficie.
Se trataba de que fueran pequeñas empresas que "contaran una historia y tuvieran experiencia", dijo a Efe Portas.
De la venta de cestas con estos productos, pasó en 2007 a buscar un espacio en el barrio del Chiado lisboeta que también representara su filosofía y lo encontró en un antiguo almacén abandonado desde los ochenta y en el que apenas ha reformado nada.
"Algunas de las principales diferencias con un centro comercial son los espacios y cómo se conservan. Mantuve la distribución y diseño antiguo e histórico, porque quería probar que es posible no tener que destruir para tener una tienda de éxito hoy", explica Porta.
A su tienda entran no solo mujeres mayores en busca de productos que han desaparecido junto a los pequeños comercios de barrio, sino también estudiantes de Bellas Artes o extranjeros.
Eso le confirma que "no se vende solo por la morriña de los que habían conocido los artículos, sino porque representan una identidad diferente".
"No es solo la moda de lo 'vintage', sino la diferencia que se encuentra entre los productos locales, un equilibrio fundamental para el mundo global en que vivimos", reflexiona la emprendedora.
A pesar de no vender conocidas marcas internacionales, Portas considera que sus productos también son de lujo.
"Hoy en día, creo que tener un bolso de lino bordado a mano es un lujo por el trabajo y la historia que le precede", opina.
Este concepto de tienda ha sido reproducido a lo largo del país, en establecimientos "gourmet" o en los de recuerdos para turistas.
Sin embargo, estas "copias" no preocupan a Porta, porque ayudan a cumplir con el objetivo de que las mantas de la región del Alentejo, las ovejas de lana elaboradas en la Sierra de Montemuro o los productos de hojalata del norte del país no desaparezcan.
Otra visión diferente siguen establecimientos como Fashion Clinic, heredera de las pioneras "concept stores" como Collete en París o 10 Corso Como en Milán, donde sus clientes acuden para adelantarse a las modas y el origen de las tendencias, entre apuestas multimarca exclusivas del arte, la gastronomía o el diseño.
La selección de sus productos, en continua renovación, se realiza para una clientela que, por su vida cosmopolita, reconoce el prestigio y exclusividad que representan sus marcas internacionales.
"Son personas muy exigentes que buscan un servicio 'premium' y que se fidelizan a nuestra tienda", porque en ella encuentran el estilo de vida y el "look" con el que se identifican, según explicó a Efe Filipa Pinto Coelho, directora de mercadotecnia y comunicación de Fashion Clinic.
También las denominadas "tiendas insignia" ("flagship store") esconden esta idea, puesto que recogen en una única ubicación lo que representan, sin tener que competir con otras firmas por la atención del cliente, como hacen las marcas de lujo, como Prada, o "low-cost", como Zara.
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