El Santander cambia el paso
La absorción de Banesto supone un giro en la estrategia del banco en España
Banesto siempre ha sido el comodín del Banco Santander. Su participación mayoritaria en el capital le otorgaba plena flexibilidad en la estrategia a seguir. En el mercado se venía especulando desde hace años sobre el futuro de esta entidad, adquirida por el banco cántabro en 1994 mediante subasta tras la intervención del Banco de España. El presidente del Santander, Emilio Botín, había defendido en numerosas ocasiones el plan de mantener a Banesto como marca independiente. Pero nada es eterno. El lunes pasado se anunció la absorción de Banesto. El Santander, para hacerse con el 10,2% del capital que todavía no controla, ofrece acciones de autocartera a los minoritarios de su participada.
La entidad justifica esta operación por su sentido estratégico en un contexto marcado por la crisis económica y la profunda reestructuración del sistema financiero español, donde el número de actores se ha reducido sensiblemente. Además, los gestores del Santander aseguran que la integración —que incluye también Banif, el negocio de banca privada en España— les permitirá reforzar su posición en el mercado doméstico y les ayudará a lograr unas sinergias de 520 millones en tres años. El Santander calcula que se generará un ahorro de costes de 420 millones (cerrará 700 oficinas en todo el grupo) y otros 100 millones extras en ingresos.
Los analistas creen que la operación puede tener sentido estratégico, amén de que apenas supone desembolso para el Santander. Sin embargo, dudan de que la absorción haya sido la primera opción de Botín y subrayan que supone un cambio de calado en la política del banco en relación con el mercado español.
“La operación tiene sentido, sobre todo para Banesto. Sus ratios de capital tampoco es que sean muy boyantes por lo que, antes de tener que acudir al mercado para pedir dinero, el Santander absorbe la entidad y se quita un problema de encima”, sostiene Gonzalo Lardiés, gestor de Banco Madrid. “Quizás la primera intención del Santander no fuese integrar Banesto sino venderlo, pero la valoración que hacía del banco era mayor al precio que estaban dispuestos a desembolsar los posibles interesados”, añade Lardiés.
La integración, según los expertos, era la segunda opción tras la venta
En los últimos años las operaciones vinculadas entre ambas entidades habían aumentado. Banesto traspasó al Santander parte de sus gestoras de fondos y de pensiones, así como su negocio de Seguros. Además, esta semana la entidad cántabra ha anunciado que aprovechará al opa de exclusión de Metrovacesa para hacerse con el paquete de Banesto en la inmobiliaria (pagándole una prima del 175% sobre el precio de mercado de los títulos).
“¿Por qué se hace ahora la absorción?”, se pregunta un veterano analista del sector financiero en una nota distribuida entre clientes. “Se puede entender que la crisis se ha traducido en un fligh to quality [trasvase de clientes hacia aquellos bancos percibidos como más solventes] entre las principales entidades españolas y que, la marca Banesto, podría empezar a ser un lastre frente a los competidores locales del Banco Santander. Este giro, implica un cambio de estrategia sobre lo que venía preconizando la dirección del banco hasta la fecha, pero las circunstancias económicas parece que han impuesto un cambio”, argumenta este experto.
La rentabilidad del negocio doméstico del Santander se había resentido en los últimos años. La entidad cree que la absorción de Banesto y el cambio de modelo que esta operación lleva aparejado le permitirán ganar cuota de mercado y elevar su rentabilidad sobre recursos propios y tangibles (ROTE) entre el 12% y el 15% en los próximos años. La nueva red unificada del Santander tendrá tres tipos de oficinas: las sucursales universales (la mayoría), las especializadas en pymes y aquellas centradas en altos patrimonios.
“El objetivo de sinergias que se ha marcado el Santander me parece más factible de lograr por el lado del ahorro de costes que por el de los ingresos. Las entidades han saneado sus balances, pero lo más complicado será volver a crecer o incrementar la rentabilidad de los activos. La banca española es fundamentalmente minorista y está muy ligada al ciclo económico”, señala Fernando Hernández, analista de Inversis Banco. La integración de Banesto, según este experto, tiene sentido ahora porque el Santander ha hecho ya la mayor parte de las provisiones y porque adquiere un banco con un valor en libros muy bajo, “pero hace un año lo más lógico hubiera sido buscar un comprador”.
Las operaciones vinculadas entre ambas entidades habían aumentado
Las agencias de calificación crediticia han reaccionado con frialdad ante la operación. S&P, por ejemplo, ha dejado sin cambios los ratings de ambas entidades. “La absorción no afectará de forma significativa ni al negocio del grupo ni a su perfil financiero (...) Se trata de un movimiento consecuente con la estrategia del banco y que presenta un riesgo de ejecución bajo (...) Mejorará la rentabilidad pero no hasta el punto de hacer cambiar nuestra previsión de resultados”, explica la agencia en su nota.
El Santander prevé cerrar la integración de Banesto el próximo mes de mayo. Este calendario coincide con el periodo de subastas que se ha marcado el Banco de España para vender varias de las entidades nacionalizadas. El nombre del Santander había sonado con fuerza en el mercado para pujar por Catalunya Banc. La operación Banesto, sin embargo, es interpretada por diferentes analistas como un posible freno a esas intenciones, ya que adquirir la antigua caja catalana elevaría aún más la exposición a España del grupo capitaneado por Botín, algo que sigue sin ser bien visto por los inversores internacionales. “Nuestra posición respecto a estas operaciones no cambia. Estudiaremos todas las oportunidades y participaremos en las que nos parezcan más atractivas”, aclaró el pasado lunes José Antonio Álvarez, director general financiero del Santander.
La ecuación de canje propuesta por el Santander consiste en 0,63 de sus títulos por cada acción de Banesto. La operación ha vuelto a demostrar la asimetría de información que hay en la Bolsa española: la semana antes del anuncio la cotización de Banesto subió con fuerza y el volumen de negociación de las acciones fue anormalmente alto. “Los accionistas de Banesto son los grandes ganadores de este proceso. Además de recibir una prima de entorno al 25%, van a pasar a ser accionistas de una compañía con un potencial muy superior, altamente internacionalizada, con un dividendo seguro y más liquida. Se trata de un nuevo paso en la reestructuración del sistema bancario español, que deja a Bankinter como único banco cotizado que no ha sufrido ningún proceso corporativo, y sobre el que se centran ahora las miradas”, dice Daniel Pingarrón, de IG Markets.
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