Bélgica se niega a ser el chivo expiatorio por el caso de Gérard Depardieu
El ministro belga de Exteriores, Didier Reynders, se quejó de que el Gobierno francés quiera hacer de su país el "chivo expiatorio" en la polémica por el exilio fiscal del actor Gérard Depardieu, que ha trasladado su domicilio a un pueblo del sur de Bélgica.
Reynders, en una entrevista publicada hoy por el diario conservador francés "Le Figaro", dijo que si hay otros franceses que se quieren instalar en Bélgica serán bienvenidos, pero puntualizó que "es totalmente mentira" que desde hace años se esfuercen para atraerlos.
Lo que ocurre, a su juicio es que "Francia ha elegido libremente un sistema fiscal que tiene consecuencias y lleva a algunos franceses a irse".
Una alusión a la política impositiva del presidente francés, el socialista François Hollande, que ha hecho del aumento de la presión fiscal a los ricos, y en particular de un impuesto del 75 % para los ingresos que superan el millón de euros anuales, uno de los centros de su estrategia política.
Preguntado por la voluntad manifestada por Hollande de una armonización de la política fiscal en la Unión Europea para impedir que los ciudadanos de un país se instalen en otro con el objetivo de evitar impuestos, el ministro belga criticó la maniobra.
"No estoy seguro de que haya una mayoría de gobiernos europeos que se planteen seguir el modelo francés", dijo con respecto a esa posible armonización fiscal.
Reynders anticipó que una tasa del 75 % de los ingresos como la que se va a aplicar en Francia desde el año próximo "no tiene mucho apoyo democrático fuera de Francia. Y en todo caso no en Bélgica".
En términos generales, el jefe de la diplomacia belga dijo que acepta las decisiones tomadas en París y que está dispuesto a examinar sus demandas de un cambio de la convención fiscal bilateral, pero "a condición de que se respete el principio superior de la libre circulación de personas, bienes y servicios en la UE".
Y a ese mismo respecto, advirtió que no aceptará que París intente obligarles a que personas residentes en Bélgica paguen sus impuestos en Francia.
"Todos los países europeos deberían aceptar que sus ciudadanos decidan establecerse en otra parte", sentenció.
Depardieu, enfadado con las críticas recibidas por su exilio fiscal del Gobierno francés -y en particular del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que habló de un comportamiento "despreciable"-, ha manifestado su intención de pedir la nacionalidad belga y renunciar a la francesa.
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