González pide al PSOE pensar en la sociedad antes que en problemas orgánicos

El expresidente del Gobierno Felipe González ha pedido hoy a los partidos políticos, especialmente al PSOE, que piensen primero en las necesidades de la sociedad antes que en sus problemas orgánicos, porque los cimientos de la sociedad del bienestar están en "peligro".

González se ha expresado en estos términos en la presentación del libro "La socialdemocracia maniatada", del que fuera sociólogo de cabecera del PSOE durante décadas Ludolfo Paramio.

Aunque no se ha referido a la situación interna del PSOE de forma directa, sí ha animado a los socialistas a actuar "a la ofensiva", ofreciendo una propuesta leal, coherente y solidaria a los ciudadanos, identificando sus problemas.

"Tenemos que espabilar", ha proclamado, antes de apuntar: "Lo que pido a los partidos políticos en general, y a los más próximos a mí en particular, es que piensen en la respuesta a la sociedad y después en los problemas orgánicos, no al revés".

Durante su intervención, ha recordado que, hasta ahora, todos los gobiernos europeos que han gestionado la crisis la han pagado en unas elecciones y ha señalado que "ojalá" esa "trituradora" llegue hasta la canciller alemana, Angela Merkel, el próximo año.

También ha advertido de que están en peligro los cimientos de la cohesión social que es la base de la socialdemocracia y que si se pierden serán "muy difíciles" de recuperar.

De ahí, a su juicio, que exista "un temor compartido, una incertidumbre ante el futuro" que se plasma en mezcolanza de asistentes a las manifestaciones.

Se ha remontado en su alocución a los orígenes de la socialdemocracia y se ha preguntado cuándo se ha quebrado y por qué ese "modelo exitoso" basado en crecer y redistribuir consiguiendo pleno empleo y servicios sociales de cohesión.

A punto de cumplirse 30 años de su llegada al Gobierno en diciembre de 1982, tras el arrollador triunfo del PSOE en las elecciones de octubre, González ha explicado que en España estaba casi todo por hacer en aquel momento en cuanto a construcción de la sociedad del bienestar.

Treinta años después hay "peligro" de perder lo conseguido, ha avisado.

Un riesgo que perciben tanto las personas mayores como sus nietos, los trabajadores o los estudiantes, ha dicho, y por eso "la mezcla interesantísima" de las personas que asisten a las manifestaciones en los últimos tiempos.

Ha señalado además que ante ese peligro hay "una incapacidad de respuesta" por parte de "la tribu socialdemócrata", a la que ha acusado de actuar erróneamente "a la defensiva" y no "a la ofensiva".

Según su criterio, una de las causas de la crisis actual se encuentra en la globalización del funcionamiento de los actores del sistema financiero, ya que desde hace décadas los movimientos de capital han crecido al 60 o 70 por ciento anual acumulativo cuando la media de crecimiento económico mundial era del 2 o 3 por ciento.

"La implosión de esa inmensa burbuja financiera no debería sorprenderle a nadie", ha indicado, si bien ha precisado que el problema ha sido que en esa implosión "ha aplastado a toda la economía productiva".

Entre tanto, Europa ha envejecido desde el punto de vista poblacional, cada vez es más difícil la sostenibilidad del modelo, que convive con un rechazo cada vez mayor a los flujos migratorios y con un descrédito de los servicios públicos universales, de acuerdo con su opinión.

La globalización, que coincide con "un renacer de los nacionalismos insolidarios", ha producido también "un extraordinario endeudamiento público y privado" en los últimos 25 años en los países occidentales y un desplazamiento del centro de producción y de la economía productiva hacia el mundo emergente.

"Ya están emergidos y nosotros en proceso de inmersión", ha avisado González, para quien las empresas en España "se están muriendo" por falta de liquidez, lo que está destruyendo el aparato productivo.

Tras alertar de que España no va a poder cumplir los objetivos de déficit, ha criticado la actuación de Alemania en esta crisis y la elevada prima de riesgo que conlleva. "No lo podemos resistir", se ha quejado.

En España, ha agregado, hay también una crisis institucional y éste sería el momento de pensar en "una segunda transición" si su sucesor en la Moncloa, José María Aznar, "no hubiera arruinado" ese concepto.