Andrew Brimmer, pionero en la Reserva Federal
Primer negro que presidió el organismo estadounidense
En plena crisis económica, con los Gobiernos luchando por reducir el déficit, sus dirigentes seguro que habrían agradecido los consejos de Andrew F. Brimmer, economista y primer afroamericano en formar parte de la junta de gobierno de la Reserva Federal. Brimmer falleció en el Hospital Universitario George Washington de la capital de Estados Unidos el 9 de octubre a los 86 años, tras sufrir una larga enfermedad, según confirmó su hija Esther Brimmer.
Escritor, defensor de los derechos civiles de los afroamericanos y adalid de la inclusión por parte de la Administración de cláusulas de discriminación positiva a favor de aquellos, Brimmer se consideró, ante todo, un economista. Durante su etapa en la presidencia de la Reserva Federal —cargo que juró en 1966 ante el presidente de EE UU Lyndon B. Johnson—, promovió una política monetaria dirigida a aliviar el desempleo y a reducir el déficit público apostando por una rebaja de los tipos de interés para reducir la inflación.
En plena lucha por los derechos civiles, la designación de Brimmer por Johnson para formar parte del Gobierno de la máxima autoridad monetaria de EE UU no fue bien recibida y varios medios de comunicación la interpretaron como una concesión a los negros, según recordó The New York Times. Brimmer, sin embargo, ya había demostrado su competencia en materia económica durante su etapa como asesor de Política Económica del secretario de Comercio, primero, y como asesor del Secretario de Asuntos Económicos, después, durante el mandato de John F. Kennedy. Entre 1955 y 1956, como miembro del Banco de la Reserva Federal en Nueva York, el economista fue enviado a Sudán para ayudar al país a constituir su propio Banco Central.
Brimmer daría cuenta, de nuevo, de su capacidad gestora en 1995, cuando Bill Clinton lo nombró presidente de la Junta de Control Financiero del Distrito de Columbia —la circunscripción que engloba la capital federal de EE UU—, al borde de la bancarrota, para dirigir la recuperación económica de una de las peores crisis desde que al territorio se le concediera la autonomía en 1974. “Su astucia a la hora de liderar la Junta y su determinación para ejecutar decisiones que otros evitaron tomar fueron decisivas para el renacimiento de la ciudad”, explicó The Washington Post.
Andrew F. Brimmer nació en 1926 en Newellton, una pequeña ciudad de Luisiana atenaza por la segregación, en la que pasó los primeros 10 años de su vida. Hijo de un arrendatario, en 1944 se trasladó a Bremmerton (Washington) donde se enroló en el Ejército. Tras luchar dos años en la II Guerra Mundial, regresó a Washington para graduarse en Ciencias Económicas en 1950. Dos años después se desplazó hasta Bombay en cuya universidad estudió un año. Después ingresó en el MIT de Massachusetts y en la Universidad de Harvard, donde en 1957 obtuvo su doctorado en Economía y en cuyas aulas impartió clase entre 1974 y 1976, cuando abrió su propia firma de consultoría.
Sus publicaciones reflejan su preocupación por la desigualdad y la situación social de los afroamericanos en EE UU. Sus libros evidencian su frustración ante la discriminación racial en materia educativa —él mismo asistió a una escuela segregacionista— a la que siempre responsabilizó, fiel a su deformación de economista, de ser una de las causantes de la diferencia de ingresos salariales entre blancos y negros.
A Brimmer le sobrevive su mujer Doris Scott y su hija Esther, asesora de Asuntos relacionados con las Organizaciones Internacionales del Departamento de Estado.
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