Clegg condicionará los recortes a más impuestos para los ricos
Clegg dirigió un mensaje a sus correligionarios con motivo del congreso anual del Partido Liberal Demócrata, que se inaugura a las 13.20 GMT en Brighton (sur de Inglaterra) y se desarrollará hasta el miércoles bajo el lema "Impuestos más justos en tiempos difíciles".
Los "lib-dem" celebran su congreso entre malos datos en las encuestas y un creciente descontento interno por el coste de su participación en la coalición de Gobierno con el Partido Conservador de David Cameron.
En su mensaje, el líder liberaldemócrata y viceprimer ministro insistió en que, pese a todo, está dispuesto a luchar y a seguir al frente del partido más allá de las elecciones generales previstas para 2015.
El Gobierno liderado por los "tories" ha propuesto para este año un ajuste de 10.000 millones de libras (12.500 millones de euros) pero Nick Clegg indicó que no pueden afectar solo a las prestaciones sociales, las clases medias o los más necesitados.
En varias entrevistas publicadas hoy, Clegg admitió que parte de los recortes recaerán en las prestaciones sociales, pues suponen un tercio del presupuesto, pero también deberán gravarse las grandes fortunas con medidas como impuestos a las propiedades valoradas en más de dos millones de libras (2,5 millones de euros).
"Parece que los conservadores están diciendo que quieren que todo recaiga en la red de bienestar pero eso es totalmente inaceptable para mí", apuntó el viceprimer ministro en declaraciones al periódico "The Independent".
"No permitiré que todo el ajuste recaiga en las prestaciones sociales", insistió Clegg.
En el congreso de su partido se presentará un vídeo, ya adelantado esta semana, en el que el político pide perdón por haber roto su promesa electoral de 2010 de que no apoyaría un incremento de las matrículas universitarias en el Reino Unido.
El Partido Liberal Demócrata, socio minoritario en el Gobierno de coalición con los conservadores, incluyó en su programa electoral de mayo de 2010 la promesa de que no votaría en el Parlamento a favor de encarecer el acceso a la educación superior, pero finalmente lo hizo al respaldar una medida de los "tories".
Ese apoyo, que hizo que las matrículas universitarias se triplicaran, fue visto como una traición por parte de los votantes liberales y provocó una caída de popularidad del partido y su líder, con cuyo papel en la coalición de Gobierno el 66 por ciento de los británicos aseguran estar en desacuerdo según los sondeos.
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