La prima de riesgo cambia de signo y logra bajar tras la subasta del Tesoro

La prima de riesgo española ha recuperado esta martes su tendencia a la baja una vez celebrada la subasta del Tesoro, la primera desde que el Banco Central Europeo (BCE) anunció su plan de ayuda para España. La emisión, tal y como se preveía, se ha cubierto con holgura y un importante descenso de precios. Al calor de este resultado, el sobreprecio exigido a los títulos españoles frente a los alemanes se ha reducido en cuatro puntos básicos, hasta los 426. La mejora, además, ha dado algo de ánimos a los inversores en Bolsa, lo que ha llevado al Ibex a moderar sus caídas de primera hora en su batalla particular por mantener los 8.000 puntos (una espiece de barrera que evita pérdidas mayores). Al cierre se ha dejado un 1,1%.

Tras llegar a bajar de los 400 puntos la semana pasada animada por el anuncio del BCE de que está listo para garantizar la financiación de los países socios, la prima de riesgo, un indicador que está considerado como el mejor termómetro de la opinión de los inversores en las finanzas de un país, empezó la semana al alza y esta mañana, a primera hora, llegó a los 440 (4,40 puntos porcentuales). El motivo del repunte no hay que buscarlo en un regreso de la desconfianza, según opina José Luis Martínez Campuzano, analista de Citigroup, si no por los movimientos previos a las subastas de los inversores. Sin embargo, también pasó factura la incertidumbre generada sobre si España pedirá el rescate u optará por dar marcha atrás a esta posibilidad.

En este sentido, el descenso de la prima de riesgo posterior a las subastas se ha visto condicionado por el hecho de que la rentabilidad del bono alemán a 10 años también se movía a la baja, lo que ha limitado la mejora del diferencial. A media sesión, el interés que los inversores exigían para entrar en la deuda española a este plazo era del 5,9% frente al 1,6% que les bastaba para comprar los títulos de Alemania.

A estos niveles, la subasta del jueves se cerrará a los tipos más reducidos de los últimos seis meses siempre y cuando se mantenga la situación en las próximas horas, ya que las rentabilidades que se dan en el mercado secundario —donde se intercambian los bonos una vez emitidos por los Estados— se traspasan al primario —donde se realizan las emisiones del Tesoro—. En cuanto a Italia, la prima de riesgo del país transalpino se mantenía prácticamente sin cambios sobre los 342 puntos.

Con esta mejora, el mercado da algo de margen a España con vistas al nuevo examen que el Tesoro tendrá el jueves, cuando debe volver al mercado a subastar deuda. En este caso, a tres y 10 años. Esta segunda emisión es, sin embargo, la verdadera prueba de choque para evaluar las posibilidades del Estado de seguir financiándose por su cuenta con vistas al exigente calendario que le espera hasta final de año. En los próximos meses debe vender deuda por 75.000 millones para cubrir vencimientos y financiar el déficit público. Ya solo en octubre, el Tesoro debe devolver a sus acreedores 29.000 millones de euros.

Para garantizar su liquidez, el instituto emisor espera poder aprovechar la tregua que ha venido de la mano del BCE, que se ha comprometido a intervenir en los mercados para ayudar a los países en apuros con vistas a garantizar la estabilidad del euro a cambio de una serie de condiciones. Sin embargo, deben ser los propios Estados los que pidan ayuda a los fondos de rescate europeos, algo que el Gobierno de Mariano Rajoy ni confirma ni rechaza. Pese a la mejora registrada en los mercados, la incertidumbre sobre este extremo, tal y como advirtió ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, o el consejero francés del BCE, Luc Coene, es negativa, ya que aumenta el riesgo de un rápido deterioro a la mínima de cambio.

Si los mercados entienden que el Gobierno no pedirá ayuda, “los diferenciales (de la deuda) no tardarán mucho en volver a subir, y entonces España se verá obligada a echar marcha atrás en su decisión y asumir un rescate completo”, afirmó ayer Coene en una intervención en Londres recogida por Bloomberg. Además, empieza a haber signos de que los efectos beneficiosos provocados por el anuncio del presidente del BCE, Mario Draghi, empiezan a diluirse. Según justifica José Carlos Díez, analista jefe de Intermoney, las operaciones registradas con deuda española en el mercado secundario han caído con fuerza en el arranque de esta semana.

En cuanto a la renta variable, los inversores han seguido con la recogida de beneficios tras los avances registrados la semana pasada, aunque el correctivo ha sido especialmente intenso en el caso de la Bolsa española. De hecho, a primera hora, el Ibex 35 ha llegado a ceder más de un 2%, con lo que ha dicho adiós a los 8.000 puntos. El bajón ha coincidido con la publicación del dato de la morosidad en la banca, que ha alcanzado el 9,8% en julio, un nuevo récord. No obstante, ha puesto freno a las ventas tras la subasta y, al cierre, el Ibex 35 se ha dejado un 1,1% aferrado a los 8.000 enteros.

En el resto de Europa la tónica general también han sido los descensos, aunque más moderados que en el caso español con la excepción de Milán, donde el FTSE MIB se ha depreciado un 2,4%, y París, cuyo principal índice ha cedido un 1,14%. Las caídas han sido del 0,76% en Fráncfort y del 0,43% en Londres. En los mercados de divisas, el euro ha cedido posiciones levemente frente al dólar y se ha cambiado por 1,30 unidades del billete verde.

Por nombres propios, de los grandes valores solo ha subido Inditex con un repunte del 0,65%. BBVA ha caído un 2,88%; Banco Santander, un 2,24%; Repsol, el 1,21%, e Iberdrola un 1,06%. Telefónica, que ayer anunció la remodelación de su cúpula con la sustitución de julio Linares por José María Álvarez-Pallete como nuevo consejero delegado, ha perdido un 1,04%.