La UE planea una cumbre extraordinaria en noviembre dedicada al Presupuesto

La Unión Europea tiene por delante una tarea titánica para sacar adelante todas las reformas institucionales que lleva en la agenda. A las prisas ya conocidas para impulsar la unión bancaria, política y fiscal, se añaden ahora las restricciones presupuestarias que, según fuentes diplomáticas consultadas por France Presse, llevarían a convocar una reunión extraordinaria el próximo mes de noviembre. Fuentes comunitarias señalan que, se celebre o no esta cumbre, lo más importante es que el Consejo y el Parlamento Europeo lleguen a un acuerdo sobre las líneas generales de presupuesto plurianual a finales de año para definir a lo largo de 2013 cuándo dinero se destinará a las políticas regionales durante el periodo 2014-2020.

“Hay un 90% de posibilidades de que los líderes europeos se reúnan en una cumbre el próximo mes de noviembre en Bruselas”, asegura una fuente diplomática citada por la agencia francesa. “La cuestión es saber cuándo”, añade otra persona conocedora de las negociaciones. El objetivo de este encuentro sería analizar el dinero con el que contará la UE en los próximos siete años en los que la austeridad marcará las políticas.

Los comisarios han tenido hoy su primera reunión del curso político. Dos temas han centrado la agenda: la propuesta para el presupuesto plurianual y los pasos para avanzar hacia la unión bancaria. Bruselas quiere convertir el presupuesto en un “paquete anticrisis” que fomente la creación de empleos y el crecimiento, centrado en infraestructuras, ciencia, investigación y educación, según ha señalado una portavoz comunitaria. Pero estos objetivos chocan con las limitaciones obligadas por la crisis y las políticas de austeridad.

La Comisión propone un techo para los compromisos de 1,033 billones de euros

El objetivo de la UE es llegar a un acuerdo a finales de año, pero el profundo enfrentamiento entre varios Estados miembros pueden retrasar su aprobación. En la reunión ministerial que se celebrará mañana jueves en Nicosia (Chipre), se empezarán a discutir las cantidades concretas para cada partida que manejan los Gobiernos. Es la primera vez en este proceso negociador que se pondrán cifras sobre la mesa. Los ministros han preferido dejar para el principio las conversaciones menos comprometidas. A partir de ahora, en las negociaciones saltarán los cuchillos.

La Comisión propone un techo para los compromisos de 1,033 billones de euros, mientras que los pagos ascenderían a un máximo de 988.000 millones, lo que supone un 1,03% de la renta nacional bruta. Estas cantidades son máximos que nunca pueden sobrepasarse. En los últimos años el presupuesto comunitario se ha quedado en torno a un 10% por debajo de estos techos.

Los socios que aportan más de lo que reciben, como Alemania o Reino Unido, quieren limitar el techo al 1% de la renta nacional bruta. En el otro extremo, los países del sur y del este reclaman más fondos para las políticas de cohesión.

Pero las discrepancias no surgen solo en torno a las cantidades. Las prioridades de la UE para los próximos siete años también están en discusión. Francia, el mayor beneficiario de la Política Agraria Común (que absorbe cerca del 40% del presupuesto europeo), quiere seguir apostando por las ayudas a sus agricultores, en contra del criterio de socios como Reino Unido.