El turismo español cae en verano menos de lo esperado gracias a las ofertas

Esta estrategia ha logrado mantener un nivel de afluencia aceptable, aunque no ha evitado una disminución del gasto por turista, han señalado a EFE en la Unión Empresarial de Agencias de Viajes (Unav).

Antes del inicio de la temporada las agencias de viaje preveían un descenso de hasta un 10 % de las ventas, pero finalmente se ha producido un retroceso medio interanual de entre un 3 % y un 5 %, por lo que se trata de unas pérdidas "bastante asumibles" y hacen que el sector "ya no sea tan derrotista como al principio del verano", afirman las fuentes consultadas.

Los viajes al extranjero, tanto de larga como de media distancia, han descendido en mayor proporción, al caer las ventas entre un 5 % y un 8 %, y su duración ha sufrido un importante recorte, pasando de unos 8-9 días en 2011 a una estancia de entre 4 y 6 este año.

Además, el fenómeno de última hora se ha acentuado y se ha producido un mayor retraso en las reservas, especialmente en la compra de destinos nacionales, lo que explica la débil venta al inicio de la temporada.

La disminución del poder adquisitivo de las familias españolas ha hecho que su decisión de viajar dependa de las ofertas de última hora, que este verano se han promocionado con descuentos de hasta un 20 %, frente a un 10 % de rebaja media ofrecido el año pasado.

En el ámbito de viajes de media distancia, Europa se ha vendido bien, especialmente algunos destinos novedosos como los países bálticos y, fuera del continente, Uzbequistán o Armenia, mientras que Turquía se ha mantenido en un nivel de ventas similar a otros años.

También ha habido muchos desplazamientos a Londres, con motivo de los Juegos Olímpicos, pero con estancias muy cortas.

Los viajes de larga distancia más demandados este verano han sido Tailandia e Indonesia (más concretamente Bali), en el extremo oriente, así como algunos del sudeste asiático, con parte de India a la cabeza, además de Japón, que ha subido mucho, lo que se debe, no obstante, a que el año pasado prácticamente había desaparecido como destino turístico, tras el terremoto, apuntan desde Unav.

Respecto a los destinos nacionales, la merma en el presupuesto destinado a las vacaciones ha hecho que los españoles se hayan decantado por la costa peninsular en detrimento de los archipiélagos balear y canario.

El turismo de familias ha optado, además, por alojarse en apartamentos, pese a las ofertas lanzadas por los hoteleros que, en cambio, sí han animado la demanda en general, permitiendo a algunos establecimientos superar la ocupación del verano anterior, aunque a costa de los ingresos, que se han resentido entre un 3 % y un 4 % de media.

En su esfuerzo por controlar mejor el gasto, los españoles se han inclinado, asimismo, por el régimen todo incluido, que permite contar con un precio cerrado antes de viajar.

En las zonas del interior y en las ciudades (a excepción de Barcelona), los hoteles, especialmente los de gama alta, han ofrecido precios entre un 30 % y un 40 % por debajo del oficial, porque, aunque los españoles se han movido mucho, se trata de un turismo prácticamente sin estancias y con un gasto muy bajo.

Como consecuencia, en estos momentos en toda Europa no hay precios tan bajos como en Madrid, donde una habitación en un hotel de cuatro estrellas puede salir por 70 euros, indican desde Unav.