La crisis de las "subprime" sigue dando coletazos en EE.UU. cinco años después
"Esta crisis persiste, los bancos estadounidenses todavía no han asumido la totalidad de las pérdidas, todavía vemos ejecuciones hipotecarias, pérdidas por préstamos hipotecarios...", dijo hoy a Efe el analista macroeconómico de GC Group Capital, Jean Ergas, sobre los efectos de aquella crisis.
El 9 de agosto de 2007, el Dow Jones de Industriales, el principal índice de la bolsa de Nueva York, bajó un 2,8 % y se situó en 13.270,68 unidades, su caída más pronunciada en más de cuatro años, arrastrado por el temor a una crisis de crédito que obligó ese día a los bancos centrales de EEUU y Europa a inyectar liquidez.
El desencadenante fue el banco francés BNP Paribas, que suspendió los giros de capital desde tres fondos debido a que cerca de un tercio de sus posiciones eran en bonos respaldados por hipotecas basura, cuyo valor dijo que ya no podía calcular de manera confiable debido a las turbulencias en el mercado estadounidense.
La noticia llevó a que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera poner en marcha una medida inédita al adjudicar en una subasta de financiación rápida, llamada de "ajuste fino", 94.841 millones de euros, y a que la Reserva Federal (Fed) inyectase otros 24.000 millones de dólares.
Pese a esos esfuerzos iniciales, el efecto dominó terminó llevándose por delante a hipotecarias como Fannie Mae y Freddie Mac, y a bancos de inversión como Bear Sterns y principalmente el gigante de Wall Street Lehman Brothers.
Esa crisis afectó a otros bancos como Goldman Sachs, que acaba de apuntarse una victoria después de que la Comisión del Mercado de Valores determinase hoy que no incurrió en ninguna ilegalidad al vender a un grupo de inversores un paquete de bonos respaldados por hipotecas basura por 1.300 millones de dólares en 2006.
Ahora, cuando se cumplen cinco años de aquel día, el Dow Jones ronda hoy los 13.100 puntos, apuntalado por lo que Ergas califica como una "economía artificial en EEUU por unos tipos de interés artificialmente bajos" debido a las intervenciones de la Fed, que cree que pronto podrían tener que subir si se dispara la inflación.
Y es que la recuperación de la mayor economía del mundo durante estos cinco años se ha visto golpeada desde múltiples lados, entre ellos por el impacto de la crisis de deuda europea, y sólo ahora se están empezando a ver pequeñas señales de mejoría en el mercado inmobiliario.
Si bien el precio de las viviendas en las mayores ciudades de EEUU subió el 2,2 % en mayo respecto a abril y acumuló dos meses consecutivos de avances, según los datos recopilados por Standard & Poor's, su nivel se encuentra todavía un 33 % por debajo de los máximos que marcó en el verano de 2006.
"El gran riesgo ahora es que cuando veamos una pequeña recuperación en el mercado inmobiliario haya una enorme cantidad de ventas de propiedades de forma repentina, y esto podría volver a presionar los precios a la baja muy rápidamente", advierte el analista.
Desde su punto de vista, los bancos todavía están "sentados" sobre una gran cantidad de propiedades, pero el crecimiento económico no es lo suficientemente sólido como para incrementar de forma significativa los salarios de los estadounidenses y fomentar una verdadera recuperación del mercado de la vivienda.
"Ahora estamos viendo el segundo acto de este drama, de esta ópera", dice el analista en relación a la crisis de deuda soberana europea que amenaza el euro y que, a su juicio, ha sustituido a la crisis de las hipotecas "subprime" cinco años después.
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