La cooperativa Ampo desafía a la crisis con un aumento de facturación del 40 por ciento
De esta forma, las ventas alcanzarán este ejercicio los 160 millones de euros, cuando en 2011 esta cifra se situó en los 115.
No es este el único dato económico para el optimismo en esta cooperativa vasca que, en el conjunto de sus divisiones y sus dos plantas productivas de Idiazabal (Gipuzkoa) y La India, da trabajo directo a 650 personas, ya que este año duplicará la captación de pedidos respecto a 2008 -cuando comenzó la crisis en nuestro país-, lo que le llevará a unas cifras de negocio en torno a los 200 millones de euros, batiendo su mejor marca histórica de 150 millones.
"Este año está siendo un 'boom' porque estamos teniendo un crecimiento muy fuerte, aunque cronológicamente nuestra facturación siempre va por detrás, porque los pedidos que estamos captando en 2012 se reflejarán en las facturaciones de 2013", explica a EFE el coordinador de Relaciones con Clientes de la empresa, Jon Gorrotxategi.
El joven directivo de Ampo aclara, no obstante, que estos óptimos resultados que les han llevado recientemente a ampliar su plantilla no llegan "caídos del cielo" sino que son fruto de un duro trabajo, una planificación orientada al cliente, una gran inversión en I+D+i, y una gran presencia en más de 60 países de todo el mundo a través de una tupida red comercial, agentes y opciones de futuras implantaciones que les permite exportar más del 95% de su producción.
"La importancia de la presencia internacional para llegar a cubrir nuestros objetivos y alcanzar estas cifras de exportación es clave", insiste Gorrotxategi, quien desvela que esta estrategia permite a su compañía contar entre sus clientes a las principales petroleras mundiales como Shell, Total, BP, Exxon y Chevron.
El portavoz de Ampo explica que esta circunstancia provoca una paradoja, pues mientras los principales mercados de la cooperativa se sitúan en los Estados Unidos, Europa, Japón, Corea, China, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, las complejas válvulas que fabrica son instaladas en otros lugares como Australia, Perú, Trinidad y Tobago, o el propio Oriente Medido, donde se encuentran las plantas de extracción de las materias primas: gas, petróleo y recursos mineros.
"Cerca del 40% de la fabricación de 2012 tendrá como destino final Asia y Oceanía, aunque muchas de las ventas se habrán hecho en Houston (EEUU)", revela Gorrotxategi, quien tampoco oculta la importancia para su empresa del mercado chino, al que "curiosamente todo el mundo acude con mentalidad de comprar, mientras Ampo lo hace para vender".
Se trata de un dato del que la compañía se siente tan orgullosa como de su producto estrella: las "válvulas de aplicación criogénica", unas piezas de grandísimas dimensiones y extrema seguridad, utilizadas en la canalizaciones de transporte de gas y que trabajan a temperaturas de 162 grados bajo cero, aunque llegan a funcionar a menos de 195 grados bajo cero en las pruebas a las que son sometidas en fábrica.
Estas válvulas han permitido a Ampo penetrar con fuerza en el nicho de mercado del gas natural licuado, un sector que, en palabras de Gorrotxategi, resulta "muy exigente" porque funciona a temperaturas bajísimas, pero en el que han conseguido convertirse en "líderes mundiales".
Esta posición de privilegio permitió recientemente a la cooperativa adjudicarse un contrato de 20 millones de euros para equipar con seis de estas válvulas una planta que dos empresas japonesas construyen en Papúa-Nueva Guinea para Exxon Mobile valorada en varios millones de dólares.
Pero además de sus exportaciones, la cooperativa guipuzcoana mantiene un importante "compromiso a nivel local" ya que, según desvela Gorrotxategi, la mayor parte de sus proveedores se sitúan en el País Vasco y llegan a "repercutir" en ellos volúmenes de compras de entre 20 y 30 millones de euros anuales, de los que se benefician numerosos talleres de mecanización, soldadura, tornillería y juntas, y que crean a su vez un importante número de empleos inducidos.
Por Carlos López
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