El sector lácteo denuncia su situación de "emergencia" al cobrar a bajo coste

Los máximos responsables de Unións Agrarias (UUAA), Roberto García; Xóvenes Agricultores (XXAA), Francisco Bello; y Sindicato Labrego Galego (SLG), Isabel Vilalba, explicaron en conferencia de prensa conjunta que a los productores gallegos la industria les "impone" unos precios no solo inferiores a los de otros países excedentarios, como Francia, sino inferiores al que pagan las mismas empresas en todas las otras Comunidades españolas.

García subrayó que la solución no requiere fondos económicos excepcionales, sino un "funcionamiento transparente y normal del mercado".

Bello, por su parte, resaltó que, a pesar de haber producido en los dos meses que lleva la campaña lechera (desde el primero de abril) 20 millones de litros más que en el mismo período del año anterior, la pérdida de renta estimada de los productores gallegos es superior al 40 por ciento.

En el mismo sentido se manifestó la secretaria general del SLG, quien insistió en que las medidas precisas no suponen un "gran coste económico", sino que se trata de decisiones "políticas" para evitar "la imposición unilateral (por parte de la industria) de precios ruinosos" a los productores.

"No pedimos dinero" -insistió García-, "sino poder competir con las mismas reglas de juego que el conjunto de España y la Unión Europea", y resaltó que Francia, excedentaria de leche, tiene unos precios superiores a los españoles, que tiene que importar un tercio de su consumo.

En cuanto al caso de otras Comunidades autónomas, señalaron que la misma industria que recoge en Asturias, paga en Galicia cuatro céntimos menos por litro que a los productores de la región vecina, lo que consideraron "inadmisible".

El número de explotaciones gallegas se ha reducido de 90.000 en el momento de la entrada de España en la UE a las 10.000 actuales, que producen la mitad de la leche española y suponen unos 54.000 puestos de trabajo directos e indirectos, resaltaron los sindicalistas.

Los dirigentes de los sindicatos agrarios recordaron que el precio de la leche que recibe el productor gallego fue en 2011 el mismo que en el 2000, cuando los costes de producción son ahora un 60 por ciento más caros. Hoy, pusieron como ejemplo, un kilo de pienso cuesta 2 céntimos más que un litro de leche.

La secretaria del SLG cifró en un 15 por ciento el menor precio que reciben los productores gallegos con respecto a los de las otras Comunidades autónomas.

De esta forma, los ganaderos gallegos cobran por debajo de los costes y "solo les quedan las ayudas comunitarias para subsistir", por la existencia en España de "prácticas ilegales o limitadoras de la competencia", dijo García.

Aunque en el próximo mes de octubre se implementará el denominado paquete lácteo europeo, los representantes de los ganaderos reiteraron que el sector no puede esperar ni un mes más y demandaron la toma de decisiones tanto por parte de la Xunta como del Gobierno central.

Para García, el Gobierno "no puede mirar para otro lado", porque la "pasividad" de los gobernantes, de mantenerse, pasaría a ser "culpabilidad" de la "dramática" situación de un sector "estratégico" para esta Comunidad autónoma.

También recordó que el tribunal de la competencia investiga este asunto, aunque en lo que se refiere a la imposibilidad de cambiar de industria compradora por parte de los productores, y los sindicalistas demandan que esta investigación se amplíe también a los distribuidores, que utilizan la leche como producto reclamo a precios muy bajos que, finalmente, la industria los repercute a los productores, que no pueden hacerlo.

Los representantes sindicales expresaron su disposición a sentarse en una mesa con las administraciones y la industria, aunque denuncian que ésta siempre acude para "torpedear" los acuerdos, porque, en palabras de García, "difícilmente van a renunciar al derecho de pernada de fijar los precios unilateralmente".

Las organizaciones agrarias explicaron que no descartan ningún tipo de acciones si no se toman medidas "inmediatas" para resolver una situación "agónica" del sector.