Rajoy se apoya en Monti y Hollande para lograr medidas de apoyo urgentes

Rajoy llegó a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea demandando "alguna decisión" para rebajar la presión de los mercados sobre España, en un día en el que la prima de riesgo cerró en 542 puntos y el bono a diez años cerca del 7 %, acercándose al considerado umbral del rescate.

El presidente del Gobierno ya avisó antes del encuentro de que cualquier medida que se discutiese no serviría "para nada si no nos podemos financiar", alertando sobre el hecho de que "muchas instituciones públicas españolas" tienen cerrado el acceso a los mercados.

Así, España e Italia decidieron frenar la firma del pacto para el crecimiento negociado por los Veintisiete mientras no se dé una solución a corto plazo a sus demandas.

Tanto Madrid como Roma apoyan el contenido de ese pacto -que incluye un plan de 120.000 millones para impulsar la actividad y el empleo-, pero insisten en que para que la respuesta europea a la crisis funcione debe ser "completa" y solucionar sus problemas de financiación.

Según fuentes de La Moncloa, para "que alguien se crea realmente que puede haber crecimiento, hay que arreglar un problema que hay ahora mismo tremendo, que es el de la sostenibilidad de la deuda".

En esa lucha, España encontró en la primera jornada de la cumbre un fuerte aliado en el gobierno socialista francés, que defendió el uso de los mecanismos existentes para los países hoy vulnerables "sin que se les imponga un programa de ajuste".

Esos países "ya han hecho esfuerzos, ya han aplicado políticas de reducción de su déficit, no deberían tener tipos de intereses elevados en su deuda soberana, pero eso es lo que constatan", dijo Hollande en una rueda de prensa a última hora de la noche del jueves.

En el caso español, según el presidente galo, la vía que se busca es permitir que los fondos europeos de rescate puedan recapitalizar directamente a los bancos que necesitan fondos, sin pasar por el Estado.

Según fuentes diplomáticas, Alemania habría abierto la puerta bajo ciertas condiciones a esa opción -que no está prevista en las normas de los fondos de rescate, pero que ha sido defendida entre otros por la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

La eurozona discute además la opción de eliminar la condición de acreedor preferente del fondo de rescate permanente (MEDE) para que si el préstamo para la banca se hace a través del Estado, ese estatus no ahuyente a los inversores privados a la hora de comprar deuda española.

Para España la vía no es tan importante como encontrar una solución a la actual situación, según insistieron fuentes de La Moncloa.

Así, otra de las opciones sobre la mesa es que los fondos de rescate europeos compren deuda de los países en problemas, algo que a lo que aspira específicamente Italia.

Esta vía, que sí está prevista en las normas actuales de los fondos, supondría sin embargo unas condiciones muy estrictas, cercanas a las de un rescate completo, que ni Roma ni Madrid aceptarían.

La intención española es que en la tarde de este viernes los líderes de la zona euro -que se reunieron durante la madrugada al término de la cumbre de los Veintisiete- puedan cerrar un compromiso.

A priori, todas las fórmulas para aliviar a corto plazo la presión en los mercados contaban con la oposición de un grupo de países liderado por Alemania y en el que también están otros como Finlandia y Holanda, que han venido defendiendo que se mantenga la prioridad en la consolidación fiscal y los ajustes.