Una casta a prueba de crisis
La brecha salarial entre los directivos de las empresas y sus empleados se amplía Los principales ejecutivos cobran 90 veces más que sus empleados Los altos sueldos no se justifican desde el punto de vista del valor generado
Adam Smith, el teórico de cabecera del liberalismo económico, trató de responder hace más de 200 años a la pregunta de cuándo se puede considerar rica a una persona. En su opinión, un individuo era rico o pobre de acuerdo con la cantidad de mano de obra que podía contratar. Si se sigue al pie de la letra la definición del autor de La riqueza de las naciones, muchos de los directivos de las grandes compañías españolas son auténticas pymes en potencia, puesto que con su retribución se podrían pagar decenas, si no cientos, de sueldos anuales de trabajadores de su misma empresa.
En un país próximo a los seis millones de desempleados el sufrimiento va por barrios. Hay una casta privilegiada que permanece inmune a las dificultades. La crisis ha agrandado la brecha salarial entre los directivos y los empleados. El ejercicio 2007 fue el último de bonanza económica. Ese año, los consejeros ejecutivos y los miembros de la alta dirección de las empresas del Ibex 35 que hoy en día permanecen en el índice cobraban de media 873.666 euros, mientras que el gasto medio por empleado era de 37.122 euros. Es decir, había una brecha salarial de 23,53 veces. En 2011, la desigualdad se amplió hasta las 24,68 veces: la élite directiva de esas mismas compañías —534 personas— recibió una compensación media de 1,07 millones de euros, y el gasto medio por trabajador fue de 43.353 euros.
En esos cuatro años, por tanto, el crecimiento de la brecha salarial fue del 4,8%. Hay quien pueda pensar que es un aumento modesto. Sin embargo, la comparativa queda distorsionada por las indemnizaciones multimillonarias que cobraron algunos directivos en 2007 (Manuel Pizarro, Victoriano Muñoz, Peter Erskine, Antonio González-Adalid o Xavier de Irala, entre otros) y que en total sumaron más de 37 millones de euros.
El incremento en la desproporción de las nóminas no ha sido algo concentrado en un puñado de compañías; se trata de una tendencia generalizada entre los grandes conglomerados empresariales del país. En 23 grupos del Ibex se ha incrementado la brecha salarial entre la alta dirección y la plantilla. En el caso de los consejeros, el hueco retributivo ha aumentado en 16 empresas. Las compañías donde más ha aumentado la brecha salarial entre su elite directiva y el resto de empleados son Ferrovial, Inditex, Abengoa, Repsol y OHL. Solo en seis casos —ACS, Bankinter, Caixabank, Endesa, Mediaset y Red Eléctrica— la desigualdad salarial disminuyó, tanto en directivos como en consejeros.
El aumento de los salarios de los administradores no se justifica por la creación de valor lograda para sus accionistas. En el periodo analizado (2007-2011) solo 11 empresas del Ibex fueron rentables para sus dueños, sumando a la evolución en Bolsa de los títulos los dividendos distribuidos. Inditex fue, de largo, la compañía cuyo equipo gestor más enriqueció a sus accionistas, con una rentabilidad total en esos cinco años del 76,9%. Tras el grupo textil se situaron Grifols (45,3%) y Gas Natural (36,9%). Tras descontar dividendos, el Ibex registró unas minusvalías del 23,17% en este periodo. El peor valor del selectivo fue Sacyr (-89%), seguido de Gamesa (-68,8%) y Mediaset (68,1%). Los dos grandes bancos del país, Banco Santander y BBVA, con dos de las cúpulas directivas mejor remuneradas de toda la Bolsa, fueron responsables de pérdidas para sus accionistas del 41,5% y el 53,4%, respectivamente.
Las juntas que se celebran en 2012 para aprobar las cuentas de 2011 traen una novedad en materia de transparencia: es la primera vez que los consejos de administración deben desglosar de forma individualizada los sueldos de sus miembros. Hasta el momento, 31 grupos del Ibex ya han rendido cuentas de sus salarios. El ejecutivo mejor pagado de estas compañías, que suele ser su presidente y/o consejero delegado, recibió una compensación media en 2011 de 3,78 millones de euros, cantidad que supone 89,25 veces el gasto medio por empleado de esas empresas. Muchos de estos directivos son miembros del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), un lobby que se ha mostrado abiertamente a favor del abaratamiento del despido y a cuyos integrantes el rey Juan Carlos les pidió hace poco que “arrimen el hombro” para crear empleo y sacar al país de la crisis.
Activismo frente a complacencia
Puede sonar a Perogrullo, pero la última palabra sobre los sueldos de los directivos de una empresa cotizada la tienen sus accionistas. En Reino Unido y Estados Unidos se ha propagado la mecha del activismo accionarial en las últimas semanas, con sonoros rechazos a las retribuciones de los consejeros de importantes empresas. En España, sin embargo, los propietarios de las sociedades respaldan hasta el momento de forma casi unánime los salarios de los administradores.
Esta semana el presidente de la aseguradora británica Aviva, Andrew Moss, presentaba su dimisión después de que más del 50% de los accionistas votaran en la última junta en contra del salario del consejo. También han recibido un toque de atención los directivos de Barclays: el 26,9% de accionistas del banco Barclays votaron contra el paquete salarial de sus directivos, en un voto de protesta dirigido especialmente al consejero delegado, Bob Diamond, que cobró 17,7 millones de libras (21,5 millones de euros) en 2011. Otro “no” de calado fue el que le han proporcionado los accionistas de Citigroup a la retribución de sus directivos.
En España el voto consultivo pero no vinculante del mundo anglosajón (denominado say on pay) se estrena en las juntas de 2012 después de que el Gobierno socialista fijase en la Ley de Economía Sostenible la obligación para las empresas cotizadas de incluir como punto en el orden del día de sus asambleas un informe con la retribución individualizada de sus consejeros. Las empresas tienen hasta finales de junio para celebrar sus juntas, pero en los casos en los que ya se ha votado este informe no ha habido casi oposición a las retribuciones. Ferrovial ha sido donde el voto en contra a los salarios ha tenido mayor peso (9,6% del capital presente y representado en la junta), seguido por Mediaset (9,1%), Banco Santander (8,1%), Abertis (5,7%), Red Eléctrica (5,3%), Abengoa (4,7%), Enagas (4,2%), BBVA (3,4%) y BME (2%). En el caso de Bankinter y Mapfre el respaldo a las retribuciones fue prácticamente unánime.
El ejecutivo mejor pagado de 2011 fue Pablo Isla, con 20,3 millones de euros, gracias al premio singular y no recurrente que le dio Inditex tras acceder a la presidencia del grupo. Esta retribución supone multiplicar por 1.000 el gasto medio por empleado de Inditex. Isla recibió acciones valoradas en 13,73 millones, además, cobró 127.000 euros por su asistencia al consejo, 2,45 millones de sueldo fijo y 1,72 millones de bonus. El gestor de Inditex también devengó 2,27 millones por un plan de incentivos a largo plazo sujeto a determinados objetivos.
El segundo en el escalafón fue el consejero delegado del Banco Santander. Alfredo Sáenz recibió por todos los conceptos (sueldo fijo y variable, dietas, seguros y aportación a pensiones) 12,7 millones. Esta cantidad representa 233 veces el gasto medio por empleado del banco.
El tercer puesto en esta clasificación le corresponde al presidente de Telefónica. César Alierta cobró en total 10,27 millones, es decir, 266 veces más que la media de los empleados de la operadora de telecomunicaciones.
El top ten de salarios en el Ibex 35 se completa de la siguiente forma: Antonio Brufau, presidente de Repsol, recibió una compensación total en 2011 de 10,12 millones, cantidad que representa una brecha salarial de 185 veces si se compara con la remuneración media de sus empleados; José Ignacio Sánchez-Galán, presidente y consejero delegado de Iberdrola, recibió 9,5 millones, es decir, 142 veces más de lo que gastó la eléctrica en sus trabajadores; Florentino Pérez, presidente de ACS, cobró 6 millones entre sueldo y pensión, cantidad que equivale a 157 veces el gasto por empleado de la constructora; Francisco González, presidente del BBVA, ingresó 4,9 millones, o, lo que es lo mismo, 101 veces el gasto medio que destinó el banco a su plantilla; José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, obtuvo una remuneración de 4,57 millones, 117 veces superior a la de la de sus empleados; Felipe Benjumea, presidente de Abengoa, ganó 4,48 millones, una cifra que supone 176 veces el gasto medio por empleado de la compañía andaluza, y Rafael Vilaseca, consejero delegado de Gas Natural, cuya nómina en 2011 ascendió a 3,97 millones, 79 veces más de media que la de sus subordinados.
Todavía no se han desglosado de forma individualizada los sueldos de los consejeros de IAG, Gamesa, Sacyr Vallehermoso y Técnicas Reunidas. Con los datos que se tienen hasa ahora, en las empresas del Ibex 35 solo hay seis casos en los que la retribución del primer ejecutivo en 2011 estuvo por debajo del millón de euros. El sueldo más modesto lo tuvo José Antonio Tazón (Amadeus) con 180.000 euros, solo 2,13 veces el gasto medio por empleado de la compañía. Tazón, sin embargo, fue el directivo español mejor pagado en 2010 gracias a una gratificación extraordinaria de 10 millones por la salida a Bolsa de la central de reservas.
El segundo salario de menor cuantía entre los principales espadas del Ibex fue el de Rafael Martín de Nicolás. El consejero delegado de OHL recibió una compensación total de 681.000 euros, un 22,4% más que la media de su plantilla. Los ejecutivos por debajo del umbral del millón son Ricardo Currás (Dia), con 687.000 euros (38,7 veces más que el gasto medio de sus empleados); Luis Atienza (Red Eléctrica), con 831.000 euros (11,7 veces más); Bernardo Velázquez (Acerinox), con 876.000 euros (18,5 veces más), y Víctor Grifols (Grifols), con 912.047 euros (21,3 veces más).
Los sueldos milloneuristas no son solo coto privado de los primeros ejecutivos de las empresas. Hay una segunda línea de trabajadores de siete empresas del Ibex cuyos rostros son menos conocidos, pero que también superan la barrera del millón de sueldo anual. La cúpula mejor pagada es, de largo, la del Banco Santander. Los 22 miembros de la alta dirección del banco cobraron una media de 3,69 millones en 2011, cantidad que supone una brecha salarial de 67,8 veces sobre el gasto medio por empleado de la entidad. Les siguen siete trabajadores de Telefónica que ganaron de media 2,82 millones (40,5 veces más que el resto). La alta dirección del BBVA recibió 1,88 millones por cabeza, casi 40 veces más que el gasto medio por empleado de su plantilla. Completan este selecto club los directivos top de Repsol (1,8 millones de media), Iberdrola (1,1 millones), IAG (1,05 millones) y Amadeus (1,03 millones).
El incremento de la desigualdad de los sueldos no solo se da en España, aunque, en este caso, es más especial por el elevado desempleo. En EE UU, por ejemplo, el Economic Policy Insitute ha publicado recientemente un estudio sobre este tema. La principal conclusión es que entre 1978 y 2011, el sueldo de los consejeros delegados de las 350 principales empresas de EE UU creció un 725%, “sustancialmente más que la Bolsa, y remarcablemente más que el salario medio de un trabajador normal”. El principal ejecutivo en la meca del capitalismo gana 231 veces más que su plantilla.
En la Universidad de California, The Global Price and History Group ha publicado un estudio sobre la desigualdad de la riqueza a lo largo de la historia. En el año 14 después de Cristo un senador romano ganaba 100 veces más que el romano medio. Han pasado 2.000 años y el ser humano ha sido incapaz de corregir ese desfase. Más bien todo lo contrario.
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