Puesta a punto de mi edificio
Las comunidades de propietarios han reducido su gasto un 4% pero siguen demandando todo tipo de servicios, desde ascensores hasta la extinción de plagas
Que la crisis está golpeando con fuerza a los casi 12 millones de comunidades de propietarios es casi una obviedad. Pero la caída no es libre, tienen paracaídas. Las comunidades se han convertido en las niñas mimadas de las Administraciones y las empresas. Subvenciones, planes Renove o IVA reducido al 8% para obras no quedan en saco roto en su asfixiado presupuesto.
El ejemplo más claro es el del ascensor. Desde que en 2009 se puso en marcha en la Comunidad de Madrid la subvención del 70%, con un límite máximo de 50.000 euros, se han solicitado e instalado 4.453 ascensores. Sobre todo en los barrios surgidos entre los años cincuenta y setenta (Vallecas, Villaverde...) y en el centro de Madrid (Lavapiés, Centro...), señala Diego Minguela, director de Helvetia Rehabilitaciones, empresa del Grupo Schindler.
Detrás de la instalación de cada ascensor siempre hay una persona mayor o con movilidad reducida que ha ganado la batalla de la incomprensión a los vecinos de los bajos. Solo en la ciudad de Madrid hay 105.651 edificios sin ascensor, explican en Kone.
Pero no todas las fincas disponen del espacio necesario. La instalación puede hacerse dentro del hueco de la escalera. “A veces hay que tirarla entera y reducir su tamaño para aprovechar el máximo hueco para el ascensor, un trabajo que puede durar entre tres y cinco meses”, dice Minguela.
En la ciudad de Madrid hay 105.651 edificios sin ascensor.
Otro problema es conseguir que el ascensor tenga parada en planta, y para ello se cambia el sentido de la escalera, evitando que el vecino tenga que subir o bajar un tramo al acceder al ascensor, señala Pedro Monroy, de la empresa Proreins Madrileña.
A falta de espacio, se puede ubicar en el exterior de la fachada del edificio o en el patio. “En estos casos se dispone de una estructura autoportante que no interfiere con el edificio”, apuntan en Kone.
El precio de un ascensor depende del espacio y la obra civil, pero “puede variar entre los 40.000 y los 70.000 euros”. Una de las últimas actuaciones de Kone ha sido en el edificio de la calle de Calatrava, 13, en Madrid. “Para las personas mayores con dificultad de movimiento, salir de casa era un problema. Se instaló un ascensor por el patio de la escalera, con una estructura de acero acristalada para mantener la iluminación natural de las viviendas”.
Hoy existen 100.000 ascensores en la Comunidad de Madrid que tienen más de 10 años de antigüedad y consumen la energía equivalente a una ciudad de 50.000 habitantes. Puede ser el momento de cambiar algunas piezas o de sustituir el viejo aparato por otro más eficiente y grande. “Los ahorros en energía son del 50%-70%”, señalan en Kone, que comercializa el modelo MaxiSpace, que además incrementa el espacio disponible en el ascensor hasta un 50%.
Aparte del ascensor, los vecinos disponen de ayudas para cambiar las calderas de carbón o colocar detectores de presencia para ahorrar en la factura de la luz, entre otras.
Ahorrar se ha convertido en la máxima de las fincas, que han reducido su gasto un 4% desde que comenzó la crisis en 2008, señalan en Afinco. Hay que tener en cuenta que una comunidad pequeño-mediana (en torno a 50 propietarios) con ascensor y conserje suele asumir un gasto anual de 70.000 euros.
El administrador de fincas es el octavo gasto más importante, y todas tratan de reducirlo.
Muchas comunidades se están decantando por el nuevo concepto de gestión de fincas. Son empresas que trabajan con economías de escala, optimización del gasto y reducción de costes para las comunidades. Cuando Afinco se encarga de la administración de una finca, consigue reducir el gasto entre 20% y un 30%, dicen. Además, se ofrece atención telefónica 24 horas al día.
Y para el administrador, IESA ofrece el tercero de confianza, una figura con la que las notificaciones enviadas a través del email o correo ordinario tienen el mismo valor que un burofax.
Aún son pocas, pero las comunidades que disponen de web propia para comunicarse ahorran tiempo, dinero y ganan en transparencia. “Es el turno de las comunidades 2.0. Cambiar el descansillo por la Red es el reto”, señalan en el Colegio de Administradores de Fincas de Madrid.
Madrid apenas tiene 3.500 comunidades de vecinos gestionadas a través de webs. Son redes diseñadas para ellas. Online Community Manager (OCM) http://urbytus.es/ocm/ es un portal interactivo y multilingüe creado por Ali Parandeh, con peso en la Costa del Sol.
Los propietarios tienen comunicación directa con el administrador de su finca; consultan convocatorias, actas y estadísticas de participación en las juntas, y pueden conocer en tiempo real si se ha roto la puerta del garaje o hay un corte de luz. Ayuda a las comunidades a ahorrar entre 3 y 10 euros por propietario al año, el 95% del gasto en fotocopias, papel y franqueo. Hay más opciones. www.todosvecinos.com, www.abcdario.com o www.redcomunidad.es.
En una comunidad no solo hay vecinos. Más de una sufre y padece los inconvenientes de una plaga de aves. Las más comunes son la paloma y el avión común, señalan en la empresa Alcebo Control de Aves.
Suciedad por excrementos y la obstrucción de canalones que provocan goteras o desprendimientos son algunos de los perjuicios que más se repiten. Las palomas, conocidas como ratas con alas, transmiten enfermedades, hasta 40, a través de sus excrementos y parásitos.
Los remedios caseros, como CD o molinillos, suelen funcionar una o dos semanas. Por eso lo mejor es proteger el edificio mediante sistemas antiposamiento o de barrera: redes, varillas, sistemas de electrorrepulsión…La instalación debe ser realizada por profesionales especializados en trabajos en altura, ya que el tratamiento se realiza desde los tejados. No son materiales ni instalaciones baratas, pero si se compara con el coste que suponen las goteras, los atascos de canalones y la limpieza del tejado, el ahorro es importante.
Sobre todo, si se tiene un seguro que cubra el control de plagas gratuito. Es el caso de Mapfre, que incluye dos visitas por anualidad. Solo el 8,43% de las comunidades están aseguradas, dicen en la compañía, que se distingue por indemnizar o reconstruir el edificio, alojando a los vecinos en otras viviendas durante la reconstrucción en caso de hundimiento. “La prima media para una póliza de nueva producción en comunidades está en 1.278 euros”, señalan en Mapfre.
Para proteger una comunidad, esta vez de los cacos, Prosegur recomienda colocar controles de acceso, lectores de matrículas, así como barreras de control físicas. Respecto a los sistemas electrónicos de intrusión, destacan las barreras de infrarrojos que, ubicadas estratégicamente, rodean los perímetros seleccionados y están en constante conexión con la central receptora de alarmas. También existen videodetectores de exterior.
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