"Ahora Seseña es ideal"
La banca trata de modificar la imagen de El Quiñón para vender 2.000 pisos
Ahora resulta que El Quiñón, en Seseña, ese barrio en medio del campo, defenestrado por muchos, se ha convertido de la noche a la mañana en un lugar ideal para residir, con todos los servicios y equipamientos, a tiro de piedra de la capital y con unos precios de la vivienda nueva de lo más competitivos. Y todo por un simple cambio de propiedad en los cerca de 2.000 pisos que restan por vender de los 5.000 edificados cuando estaba previsto levantar 13.000.
El recelo existente hasta hace dos años, cuando Francisco Hernando, El Pocero, era el promotor, se ha tornado en parabienes por ser media docena de bancos y cajas de ahorros los que ahora necesitan imperiosamente vender, con las menores pérdidas posibles, los pisos que se quedaron en dación de pago entre 2007 y 2008 a cambio de buena parte de los 800 millones de euros de deuda financiera que El Pocero tenía contraída con el conjunto de las entidades.
Seguramente no era tan mal sitio entonces, ni tan bueno como lo pintan ahora, de forma interesada, los comerciales de las inmobiliarias bancarias. Ha habido cambios, pero no tantos como para que algunos, como los responsables de Altamira Santander -presionados por la necesidad de vender casi 600 pisos-, lleguen a equiparar El Quiñón con barrios del norte de Madrid como Sanchinarro o Valdebebas.
Es verdad que, poco a poco, han ido llegando al residencial Francisco Hernando nuevos vecinos, que ocupan ya cerca de 3.000 viviendas; se han abierto pequeños comercios de barrio y que, con el cambio en la alcaldía de Seseña (de IU al PP), los operarios municipales de limpieza y jardinería han aparecido por la zona una vez recepcionada la urbanización por parte del Consistorio. Pero también lo es que el acceso desde la autovía A-4 sigue sin acometerse, que solo hay un colegio, que carece de centro de salud y que la frecuencia de paso de los autobuses interurbanos sigue siendo muy escasa para una afluencia de pasajeros cada vez mayor.
En esa estrategia por vender cuanto antes los pisos que promovió El Pocero, cada entidad opta por la que estima más conveniente para sus intereses. Mientras que Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) -la entidad alicantina recién adquirida por el Sabadell- o el Santander se decantan por desequilibrar el mercado con descuentos agresivos, incluso en casos puntuales superiores al 60%, el resto -Popular, CajaEspaña-Caja Duero o Novacaixagalicia- aplican rebajas menores, de entre el 20% y el 40%, aun a sabiendas de que no resultan competitivos.
La razón de este anacronismo comercial obedece al mayor o menor volumen de activos que cada uno atesora. Unos necesitan soltar lastre cuanto antes y, caso del Santander, quizá tengan mayor margen para asumir pérdidas, y otros, antes de reconocer minusvalías superiores a las ya provisionadas, prefieren esperar a que la situación del mercado mejore.
"De esos ya no disponemos de ninguno. Teníamos muy pocos y se vendieron enseguida", respondía una de las comerciales cuando un cliente se interesaba el pasado jueves por la oferta especial que figura en la página web de la empresa Mediterranean, la inmobiliaria de la CAM (http://www.oportunidadescam.es/), relativa a la venta hasta el próximo 31 de diciembre de un piso de 73 metros cuadrados, con dos dormitorios, dos baños, garaje y trastero, por 76.500 euros, si el pago se realiza al contado o existe financiación externa a la CAM.
"Ahora lo más barato que tenemos por un piso similar está en 89.910 euros si se paga al contado", apuntaba la misma comercial, quien, ante la insistencia del cliente sobre la posibilidad de negociar un descuento adicional por la compra al contado de un par de viviendas para sus nietos, comentaba que se trataba de un precio cerrado sin posibilidad de negociar "porque ya estaba muy rebajado".
Son precios que asumen rebajas superiores al 60% sobre la tasación realizada cuando El Pocero traspasó estos pisos en 2008. En ese ejercicio, el último en que Onde 2000, depositó las cuentas en el Registro Mercantil, la promotora de Hernando en Seseña facturó 607 millones de euros por la venta de casi 2.600 viviendas, el 80% a las entidades financieras, lo que le permitió reducir en tan solo un año un 75% la deuda financiera, de 526 a 83 millones de euros.
Fue, por tanto, una media superior a los 200.000 euros la valoración que bancos y cajas dieron a estos pisos, permitiendo a El Pocero liquidar prácticamente una deuda notable y, pasado el tiempo, anotarse un negocio redondo.
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