La suspensión de una reunión previa a la cumbre de la UE dispara la alarma en los mercados
Bruselas justifica la decisión en que no era posible avanzar en la recapitalización de la banca hasta tener un acuerdo entre los líderes europeos. -Una sola frase amenaza con hacer encallar el consenso sobre el fondo de rescate
El anuncio hecho a pocos minutos de las 16.00 de que se ha suspendido la reunión de ministros de Economía y Finanzas prevista para antes de la cumbre de este miércoles entre los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros, tanto de la UE como de la eurozona, ha disparado los nervios en el mercado. Además, tras unos minutos de confusión en el que los inversores han tomado la parte por el todo y han dado por hecho que lo que se cancelaba era la cumbre de alto nivel en la que los socios europeos deben anunciar importantes acuerdos para dejar atrás la crisis, la calma no ha logrado volver a las Bolsas y a los mercados de deuda. Los aspavientos -entiéndase ventas en masa- que han desatado el supuesto nuevo fracaso de la UE ha puesto de relieve lo cerca que camina la eurozona del abismo en este desfiladero por el que se mueve desde hace ya más de un año de crisis de deuda.
En las Bolsas de referencia, el anuncio de la cancelación ha aumentado las pérdidas que venían registrando la mayoría de parqués europeos y ha llevado al rojo a los que, como el Dax alemán, lograban cotizar en verde. Así, el selectivo español Ibex 35 ha pasado en apenas unos minutos a ceder un 0,60% a dejarse un 1,67%. El batacazo del Cac 40 parisino ha sido más acusado, ya que ha llegado a ceder un 2,19% ante el incremento de las dudas entre los inversores sobre la capacidad de la UE de dar una respuesta en condiciones a las dudas que se ciernen sobre Grecia y el sector financiero.
Con el paso del tiempo, aunque las pérdidas se han moderado, no han logrado volver a los niveles previos al susto. Al cierre, el Ibex ha caído un 0,87%, el Cac francés un 1,43%, el Dax alemán un 0,14% y Londres un 0,41%. En las divisas, el euro ha perdido posiciones frente al dólar aunque se ha logrado mantener sobre las 1,38 unidades del billete verde. El dólar, por cierto, ha vuelto a marcar su enésimo mínimo contra el yen. Desde la II Guerra Mundial, la divisa estadounidense no se había cambiado por 75.77 yenes. Wall Street seguía a los mercados europeos y cerraba en números rojos. El Dow Jones de Industriales, su principal indicador, cerró con un descenso del 1,74% (restó 207 puntos para terminar en 11.706,62), arrastrado también por la caída de la confianza de los consumidores en EE UU.
En cuanto a la deuda, la cancelación también ha reavivado la presión contra los periféricos del euro. Por su culpa, el sobreprecio exigido a los bonos españoles frente a los alemanes, de referencia por su estabilidad, ha vuelto a subir. Este diferencial, que sirve para establecer la prima de riesgo, avanzaba en más de cinco punto básicos tras el cierre de las Bolsas hasta los 347. La de Italia, país que hoy por hoy genera las mayores preocupaciones, repuntaba en seis hasta los 389 puntos básicos.
Según han explicado fuentes conocedoras de las negociaciones, el motivo de la cancelación de la reunión de los ministros de Economía es que el objetivo de la cita era cerrar posiciones sobre la recapitalización de la banca. No obstante, dado que esta iniciativa depende de lo que vayan a aprobar en la cumbre a Veintisiete y a Diecisiete sobre el fondo de rescate, que finalmente superará el millón de euros, impide avanzar en el refuerzo del sector financiero europeo.
La presidencia de turno de la UE, cargo que ocupa Polonia, ha asegurado a través de un comunicado remitido por correo electrónico que "los trabajos para elaborar un paquete exhaustivo de medidas para atajar la crisis de deuda soberana continuarán en el encuentro entre los jefes de Estado y de Gobierno de este miércoles". "Trabajos adicionales a nivel de los ministros de Economía seguirán en base a lo que acuerden los líderes de los países", continúa el texto antes de destacar que el objetivo es "adoptar aquellas medidas necesarias y los detalles concernientes al paquete lo más pronto posible".
La confusión generada en torno a la cancelación, noticia que ha llegado de Londres, obligó al propio presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, a confirmar la cita entre los líderes de la UE, convocados a las 18.00, hora peninsular española. Antes está previsto que se reúnen los jefes de Estado y de Gobierno de los países del euro. Van Rompuy salió al paso de las dudas asegurando que la cita entre los ministros de Finanzas no había sido confirmada.
Sobre lo que sucederá este miércoles por la tarde, Bruselas ha insistido en que se avanza para conseguir un acuerdo sobre el funcionamiento del Fondo Europeo para la Estabilización Financiera (FEEF), aunque una simple frase amenaza con hacer encallar el consenso. "Apoyamos plenamente al BCE en sus acciones para garantizar la estabilidad de los precios en la zona euro, incluyendo las medidas no convencionales en un entorno excepcional de los mercados financieros en la actualidad", recoge el borrador que servirá de punto de partida a la reunión. Sin embargo, la expresión "medidas convencionales", que en realidad hacen referencia al programa de compra de deuda de los países bajo presión, no gusta nada en Alemania. Y si Berlín, principal financiador del fondo, no da su visto bueno, no hay acuerdo.
"Esa frase no se acordó con nosotros", reveló este martes la canciller, Angela Merkel, en unas declaraciones a los medios antes de agregar que Alemania no quiere una declaración de los políticos que dicte al BCE cómo debe actuar.
En cuanto a lo que está por venir a partir de este nueva reunión, el partido alemán CSU, socio de Gobierno de Merkel, advirtió que en la cumbre no se decidirán aún las líneas definitivas y maestras del fondo y que solo se fijarán las bases para un incremento de su eficiencia. Según afirmó la líder parlamentaria de la CSU, Gerda Hasselfeldt, posteriormente se desarrollarán negociaciones con otros países y posibles inversores para seguir cerrando posiciones, aunque no ha querido hablar de plazos para esta operación.
"No durará unos pocos días, sino que se necesitará más tiempo", vaticinó Hasselfeldt antes de matizar que, por lo que respecta a Alemania, no será necesaria su aprobación por el pleno del Bundestag, el parlamento germano. Tal y como explicó, bastará con el visto bueno de su Comisión Presupuestaria.
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