Mi casa es un coladero de energía
La nueva inspección técnica estudiará el comportamiento térmico y la accesibilidad de los edificios madrileños
De cara al año que viene todas las inspecciones técnicas periódicas que se realicen en los edificios madrileños serán un poco más exhaustivas.
Las nuevas actas de inspección deberán contener información sobre las instalaciones térmicas del edificio (agua caliente sanitaria, calefacción y refrigeración) y sobre el comportamiento térmico de la envolvente del inmueble, tal y como recoge la nueva Ordenanza de Conservación, Rehabilitación y Estado Ruinoso, cuyo proyecto está a la espera de ser aprobado por el Pleno.
Este informe térmico, que además incluirá un cuadro comparativo de las pérdidas energéticas en los muros, suelos, huecos y cubiertas, servirá para fijar y recomendar medidas para fomentar la eficiencia energética. En ningún caso tendrá efectos para el resultado, favorable o desfavorable, de la inspección, según el Ayuntamiento de Madrid.
Aunque sí para el bolsillo. "Puede requerir un análisis de coste elevado, que podría multiplicar por diez el importe medio de las inspecciones actuales", señala Enrique Fernández, asesor de arquitectura del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid.
La nueva ITE recordará a los vecinos que emprender cualquier reforma en el edificio (goteras, grietas...), puede ser el mejor momento para mejorar el aislamiento. "Ya que se meten en obras, pueden incorporar aislamiento térmico en cubiertas y muros, cambiar las ventanas por otras más eficientes o aislar térmicamente las tuberías. Estas medidas suponen un sobrecoste mínimo y conllevan unos ahorros importantes durante muchos años", explica Luis Mateo, director general de Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (Andimat).
Una rehabilitación térmica supone un ahorro de energía de entre el 20% y el 50%. O más. "En Madrid una vivienda antigua en la que se efectúen intervenciones que vayan más allá del Código Técnico de la Edificación (CTE) genera ahorros del 70%", según Josep Solé, responsable europeo de sostenibilidad de Ursa, la división de aislantes de Grupo Uralita. Las obras se suelen amortizar en un plazo de uno a cinco años.
No hay que olvidar que muchos edificios son auténticos depredadores de energía. "Las viviendas tienen un nivel de aislamiento muy deficiente. Hasta 2006 los edificios se regían por una reglamentación térmica de 1979, muy obsoleta", indica Solé. Lo más sencillo es cambiar las ventanas; luego rehabilitar la cubierta (la zona más expuesta del edificio); y por último, la fachada, la actuación más cara. "Cualquier rehabilitación que no contemple los aspectos energéticos es una rehabilitación mal hecha que, tarde o temprano, precisará de una nueva intervención", explica el representante de Ursa.
Además, las comunidades de propietarios que realicen algún tipo de mejora térmica estarán más preparadas para las exigencias del nuevo CTE, cuya actualización debería estar lista este año. Todo parece apuntar que no será así. El texto no verá la luz hasta 2012 y más con las elecciones generales de por medio. El Ministerio de Fomento dice que no hay previsión sobre la fecha.
El nuevo CTE será más exigente con las viviendas que se construyan en los próximos años, pero también con el parque existente. Antes o después los vecinos tendrán que aumentar la eficiencia energética de sus fincas. La Unión Europea no dará tregua.
Con el nuevo código, los propietarios de viviendas existentes que se vendan o alquilen estarán obligados a entregar a sus compradores e inquilinos un certificado de eficiencia energética, como ocurre con los electrodomésticos.
Otra novedad de la nueva ITE es que revisará el estado de los elementos de accesibilidad existentes. "El resultado de la inspección solo será favorable si los sistemas mecánicos han pasado las inspecciones periódicas en el plazo reglamentario", dicen en el Consistorio.
El control de accesibilidad se centra en los accesos, escaleras, pavimentos, barandillas, pasamanos, elementos de señalización y comunicación sensorial (como braille o altorrelieves) y ascensores existentes, explica Francisco Javier Méndez, director del gabinete técnico del Colegio de Aparejadores de Madrid.
La incorporación de la accesibilidad y el comportamiento térmico en la ITE no es arbitraria. "Están reflejados en la Ley de Economía Sostenible", dice Méndez.
Cuando se trata de convertir la finca en accesible hay que recordar que la Ley de Adaptación Normativa a la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad obliga a realizar las obras de accesibilidad cuando el importe no exceda doce mensualidades, recuerdan en la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA).
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