La banca española eleva en un tercio el dinero que pide prestado al BCE
El recurso a la barra libre de liquidez del instituto emisor pone de relieve el incremento de las dificultades de las entidades para financiarse por las vías tradicionales. -Es el dato más alto en 11 meses
La desconfianza ha regresado a los mercados financieros y una de sus consecuencias es que los bancos son más reacios a prestarse dinero entre sí. Por este motivo, las entidades españolas, lastradas a su vez por el peaje que supone llevar la marca España en estos tiempos de crisis, han disparado el recurso a la barra libre de liquidez del Banco Central Europeo. Según los datos que ha publicado hoy el instituto emisor, la banca española aumentó en agosto en un 34% el dinero que han pedido prestado al organismo presidido por Jean-Claude Trichet, que en contraste con esta evolución ha reducido el total de capital entregado al conjunto de las entidades europeas.
En total, las entidades españolas solicitaron 69.918 millones de euros al BCE en agosto, lo que supone la cifra más alta en los últimos 11 meses. Frente a los bancos del resto de países, el volumen de dinero pedido al BCE desde España supone el 21% del total, también su nivel más alto desde septiembre de 2010. Este porcentaje supera por mucho el peso relativo del sistema financiero de España en el conjunto de la eurozona, que está en torno al 12%. Bajar a este nivel significaría una vuelta a la normalidad. En cuanto a los datos de todo el eurosistema, el dinero facilitado a la banca europea se redujo en un 8% en agosto hasta los 326.635 millones de euros. En este sentido, si el caso de España es llamativo, el de Italia es aun más sangrante. Los bancos italianos solicitaron 85.100 millones, un 26% del total y un importante salto frente a junio, ya que la cifra de agosto duplica a la de hace dos meses.
El BCE puso en marcha al inicio de la crisis medidas extraordinarias de liquidez con vistas a ayudar a las entidades de los países bajo presión en los mercados a seguir financiándose. Gracias a esta decisión, los bancos españoles han podido afrontar el cierre del grifo del crédito interbancario y evitar el sobrecoste que le exigen para captar capital por las vías tradicionales. Desde el arranque de 2010, la apelación del sistema financiero español a la ventanilla de liquidez del instituto emisor alcanzó un máximo en julio de 2010, cuando los bancos del país acapararon hasta el 29% del total de dinero que prestó el BCE a todo el eurosistema con 130.209 millones. El motivo fue el desbordamiento de la crisis en Grecia y el contagio de sus problemas a los llamados periféricos del euro ante las divisiones en el seno de la UE sobre las fórmulas para afrontar las turbulencias.
Sin embargo, tras este pico, la banca española logró moderar el recurso al BCE como prestamista de último recurso en los meses posteriores al calor del buen resultado que obtuvieron en las pruebas de resistencia. No obstante, la alegría duró poco. Con la primavera, coincidiendo con el repunte de las dudas sobre la crisis del euro y el paso de España e Italia al centro de la diana de los inversores, regresaron las tensiones. Entonces, la racha positiva se rompió y la banca española tuvo que volver a pedir apoyo a Trichet para mantener la máquina en marcha. La tendencia al alza ha seguido aumentando hasta este agosto y, si no se pone freno a las turbulencias, amenaza con no detenerse en los próximos meses.
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