La presión sobre la deuda de Bélgica marca nuevos máximos
El sobreprecio exigido a los bonos belgas frente a los alemanes supera por primera vez los 180 puntos básicos por el frenazo de su economía
La presión de los inversores sobre la deuda de Bélgica ha alcanzado hoy niveles desconocidos desde que el país entró en el euro por el decepcionante dato de crecimiento del segundo trimestre. El Producto Interior Bruto del país avanzó un 0,7% entre abril y junio, lo que supone una desaceleración frente al avance del 1% registrado en el trimestre anterior. Este frenazo, en opinión de los analistas, complicará los esfuerzos para lograr reducir el déficit público, que según las últimas previsiones actualizadas del Ejecutivo interino debería cerrar el año en el 3,3%.
Las dudas sobre las metas de consolidación fiscal de Bélgica, la sexta economía de la eurozona, han tenido un reflejo inmediato en los mercados, que hoy están viviendo una nueva jornada de castigo para el conjunto de los periféricos. Así, la principal Bolsa del país ha caído un 1,18% mientras, en la deuda, su prima de riesgo, que es el diferencial entre sus bonos a 10 años y los alemanes, de referencia por su estabilidad, ha llegado a rebasar los 184 puntos básicos, cerca de 14 más que ayer. La prima de Bélgica no había tocado nunca este nivel. No solo desde que el país entró en el euro (1999), sino también desde que Bloomberg empezó a recoger estos datos en 1993.
Hasta hoy, la prima de riesgo, que está considerada como el mejor indicador sobre las confianza en las finanzas de un determinado país, de Bélgica mantenía el récord de 179 puntos básicos que marcó el pasado día 12 de julio en paralelo al repunte hasta máximos que también sufrieron las primas de España o Italia. No obstante, si desde entonces estos otros dos países han podido mantenerse por debajo de sus niveles de récord, Bélgica no ha tenido la misma suerte. Eso sí, ninguno de los tres se ha librado del correctivo con el que los inversores han respondido a la incertidumbre sobre la capacidad de la UE en caso de que tenga que salir en rescate de algún otro país. A diferencia de los ya rescatados Grecia, Irlanda o Portugal, España, Italia y Bélgica representan economías importantes para el conjunto de la euro zona.
Bélgica cierra el grupo de los llamados periféricos del euro a cierta distancia de España e Italia por sus problemas de déficit y, en su caso concreto, por las dudas derivadas de la falta de Gobierno. Suyo es el triste récord de ser el Estado de la eurozona que más tiempo -por encima de 400 días- ha estado sin formar Ejecutivo ante las fuertes discrepancias entre los partidos francófonos y flamencos. No obstante, ahora que se abre una luz para solucionar la crisis política, la economía no ha respondido a las expectativas.
Pese a ello, su situación de momento no es tan grave como la de España o Italia, cuyas primas rondan los 350 y los 330 puntos básicos, respectivamente. Sin embargo, tras el correctivo que ha registrado hoy su prima de riesgo, el más severo de las últimas tres semanas, se ha multiplicado por 4,5 veces desde que se desbordaron los problemas de Grecia al inicio de 2010, con lo que más le vale no dormirse en los laureles para reducir el déficit.
Junto al incremento de las dudas sobre Bélgica, el grupo de los periféricos del euro ha visto como esta semana aumentaba la incertidumbre en torno a Chipre, país al que los inversores consideran como el que tiene más probabilidades para ser el siguiente rescatado. Dentro de esta espiral, hoy la agencia de calificación Standard & Poor's ha recortado la nota sobre su calidad crediticia en un escalón de A- a BBB+, lo que equivale a un suficiente alto. Este nivel está tres peldaños por encima del bono basura, lo que limita la inversión en la deuda de Chipre a los especuladores. Moody's también rebajó el rating del país a un nivel similar el pasado miércoles.
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