Salgado resta importancia al acoso contra la deuda de España y afirma que es puntual

Los mercados financieros están atravesando una jornada de calma tensa tras el duro correctivo de ayer provocado por el temor a una reestructuración de Grecia. A media mañana, las principales plazas de referencia europeas mantenían las subidas de la apertura mientras el parqué madrileño se sumaba al verde tras unas horas de cotización. Para el Gobierno, sin embargo, no toca disparar las alarmas, ya que el repunte de las tensiones contra la deuda España es un hecho puntual. Por este motivo, confía en que no afecte a los intereses que paga el Estado para financiarse.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, cree que no hay que dar demasiada importancia a los "picos" puntuales de subida de la deuda (respecto al bono alemán), porque para el conjunto de la confianza en economía española son poco significativos. Además, en tanto en cuanto es puntual tampoco tiene una gran incidencia sobre el coste de la deuda. Aunque, ha admitido, eso dependerá de su duración y de su intensidad. "No tendríamos que estar tan atentos a un pico en una semana en la que los volúmenes negociados son menores" porque en el conjunto de emisiones de deuda no tienen demasiada importancia, ha añadido.

En una entrevista en la Cadena SER, Salgado ha insistido en que las reformas de la economía que se han llevado adelante han sido bien recibidas por los mercados, recordó que incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) las ha puesto como ejemplo, y ha anunciado que este trimestre habrá más reformas.

En los mercados secundarios de deuda, donde se intercambian los títulos emitidos por los Estados entre agentes privados una vez emitidos por los Estados, los bonos españoles se mantenían en los mismos niveles que al cierre de ayer. Solo aumentaban su interés, esto es, empeoraban, los bonos a 10 años y los títulos a dos. En cuanto al resto de países periféricos del euro, aquellos con problemas por sus altos niveles de déficit, Grecia, Irlanda y Portugal prorrogaban la tendencia al alza de ayer, aunque de forma mucho más moderada, ante la persistencia de las informaciones que apuntan a que el Gobierno griego ya está preparándose para negociar una quita con sus acreedores. En el caso de la deuda lusa, solo el bono a 10 años se mantenía por debajo del 10%.

Afortunadamente para Grecia, el resultado relativamente positivo de la subasta que ha realizado esta mañana el Tesoro del país ha dado algo de aire a su deuda. Así, aunque no mejoraba, al menos no empeoraba.

Para España, la mera posibilidad de una reestructuración de Grecia se ha traducido en una subida de la rentabilidad exigida a sus bonos en las últimas jornadas. No porque la situación del país o de la economía española haya cambiado en las últimas jornadas, ya que hay que recordar que el miércoles de la semana pasada, tras los espaldarazos del Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea o la OCDE, registró una importante mejora, sino por la reaparición de las dudas sobre el final de la crisis.

Ante este panorama, los inversores buscan refugio y deshacen sus apuestas en aquellos países considerados como los más débiles frente a las turbulencias, un grupo en el que tras Grecia, Irlanda y Portugal va España. Por su culpa, el interés del bono a 10 años ha tocado a primera hora el 5,57%, un nivel desconocido desde verano de 2000, aunque ha frenado su subida a medida que avanzaba la sesión. A media jornada se movía en torno al 5,56%.

Gracias a este frenazo y el aumento de la rentabilidad de los títulos de ayer para corregir el fuerte descenso que registraron ayer, la prima de riesgo, que es el diferencial entre este interés y el de los bonos alemanes al mismo plazo, se reducía a 224 puntos básicos, unos seis menos que ayer. En su caso, mantiene las distancias con respecto al récord que marcó en enero sobre los 280 puntos básicos.