Las dudas sobre Grecia castigan a la deuda española y tumban las Bolsas
El Tesoro rompe la buena racha y sube la rentabilidad de las letras - Alemania niega negociaciones con Atenas para una reestructuración
El Banco Central Europeo (BCE) deja su dinero al 1,25% de interés. Pero a Grecia, la primera víctima de la crisis fiscal del euro y con una deuda que alcanza el 140% de su producto interior bruto (PIB), le cuesta un 20% financiarse a dos años, un nivel desconocido en toda la historia del euro. Estos intereses, en opinión de los inversores, hacen muy difícil que salga del bache sin que se vea obligado a devolver menos dinero a los acreedores de lo que en su día le prestaron. Esto es, optar por la temida reestructuración de deuda, lo que ha reavivado las dudas en los mercados y ha vuelto a demostrar que España, aunque mantiene las distancias con respecto al grupo de cola de las economías bajo sospecha, no es inmune a las turbulencias.
La misión del FMI, el BCE y la Comisión es negociar el rescate con Portugal
Francia dice que sería una catástrofe la renegociación de la deuda griega
Las letras a 18 meses rozan el 3,5%, un punto más que en la subasta previa
La prima de riesgo española se eleva con velocidad hasta 230 puntos
Por primera vez en las últimas seis subastas de deuda, el Tesoro se vio obligado ayer a elevar la rentabilidad de sus títulos para superar la mayor aversión al riesgo de los inversores. El organismo dependiente del Ministerio de Economía vendió en letras a 18 meses y un año 4.660 millones de euros, en el rango bajo del objetivo previsto. En el primer caso, el Tesoro aumentó su tipo marginal -el último antes de cortar la emisión- en un punto porcentual hasta el 3,496%. En los títulos a un año el repunte fue de 0,7 puntos, hasta el 2,9%. Además, ni a costa de pagar más -ya que hacía cuatro meses que no abonaba intereses tan altos- logró mantener la demanda de la anterior operación a estos plazos de marzo.
"No era el día ideal para la subasta", admitió Sean Malone, analista de Nomura en Londres. Desde España, la opinión de los expertos no es muy diferente. En opinión de Miguel Arregui, de AFI, los temores sobre Grecia, agravados por el ascenso de la ultraderecha finlandesa contraria a pagar el rescate a Portugal, han llevado a los inversores a evaluar el riesgo que afronta la eurozona en su conjunto y España en particular. El país, pese a que se mantiene lejos del rescate, sigue siendo el siguiente en la fila de afectados, recuerda. Y la forma de hacer frente a estos riesgos es actuar con más cautela y pedir más dinero.
El recrudecimiento de las dudas también quedó patente en el mercado secundario de deuda, donde se negocian los títulos de los Estados una vez emitidos. La menor demanda por el bono español a 10 años incrementó su interés hasta el 5,69%, niveles de récord que ya rozó en enero. Por su culpa, la prima de riesgo, que es el sobreprecio exigido a estos títulos frente a los alemanes -que ayer registraron a su vez un importante descenso por el apetito de los inversores hacia los valores considerados refugio-, subió con fuerza en 30 puntos básicos hasta los 230. "Asusta más la rapidez del ajuste que la intensidad", añadió Aguirre con referencia a que para encontrar un repunte diario similar hay que retrotraerse hasta junio, cuando la caída de Grecia disparó la alarma en los mercados. "España tiene asuntos pendientes como la negociación colectiva, el déficit de las comunidades y la reestructuración financiera", destacó José Carlos Díez, analista de Intermoney con referencia a lo que puede hacer el Gobierno para atajar el acoso.
En cuanto al resto de países bajo sospecha, el interés exigido a los títulos de Grecia, que hace días cruzó el punto de no retorno, y Portugal, que coincidiendo con el inicio de las negociaciones para su rescate vio cómo sus bonos a corto y medio plazo superaban el 10% por primera vez, tocaron niveles desconocidos desde su entrada en el euro. En paralelo, sus primas, que muestran la evolución de la confianza en las finanzas de un país marcaron nuevos récords.
Bajo este pésimo escenario los equipos de la Comisión Europea, del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del BCE se reunieron ayer con una delegación del Gobierno portugués encabezada por el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, para empezar a fijar las condiciones del rescate, según informa Francesc Relea.
La alarma por el recrudecimiento de la crisis también pasó factura a las Bolsas, donde la posibilidad de una reestructuración de la deuda de Grecia produce escalofríos. "Sería catastrófico", reconoció ayer la ministra francesa de Finanzas, Cristine Lagarde, al admitir veladamente que esta opción demostraría que los esfuerzos de Bruselas y de los países miembros por frenar la crisis han sido inútiles. Aunque el castigo se centró en los periféricos, Alemania, que centró las informaciones del fin de semana sobre la reestructuración, también se llevó lo suyo porque su banca está entre las principales acreedoras de la deuda griega. La amenaza de S&P de recortar la triple A a EE UU agravó los recortes.
Tras pasarse todo el fin de semana negando con vehemencia las informaciones de que el Gobierno alemán trabaja en un modelo de reestructuración para Grecia, ayer, la agencia Reuters volvió a la carga citando "fuentes gubernamentales" que daban por segura la renegociación. El desmentido de Hacienda a este periódico fue tajante. Desde Atenas, el gobernador del Banco de Grecia, George A. Provopoulos, también negó las informaciones de los medios locales que apuntaban a que el país ya había pedido iniciar las negociaciones para la quita en junio. "No es ni necesario ni deseable", aseguró.
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