EE UU, Alemania y Francia sostienen la recuperación en los países avanzados

El G-7, que aglutina a las principales economías desarrolladas (Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá), crecerá a un ritmo cercano al 3% hasta el verano. Esa es la última previsión de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club que reúne a una treintena de países industrializados. Los expertos de la OCDE concluyen que, con este ritmo de crecimiento, la recuperación de los países avanzados, los más vapuleados por la crisis financiera, empieza a fortalecerse.

Las previsiones globales de la OCDE, que se limitan a los países del G-7 y a la primera mitad del año, enmascaran comportamientos dispares. Para empezar, los expertos del club de países avanzados renuncian a establecer un pronóstico para la economía japonesa, ante la dimensión de los daños ocasionados por el seísmo que sacudió el noreste del país el mes pasado. La OCDE, en sus últimas estimaciones completas, elaboradas el pasado noviembre, vaticinaba para Japón un crecimiento del 1,7% en 2011. Ahora, da por seguro que el PIB japonés retrocederá en los dos primeros trimestres, con lo que según la definición técnica más extendida, Japón volvería a entrar en recesión. Y da pábulo a una idea también muy extendida entre los economistas: que las tareas de la reconstrucción del desastre más costoso de la historia propulsarán el PIB japonés a partir del tercer trimestre.

Con Japón volcado en atender las consecuencias del terremoto, son Estados Unidos, Alemania, Francia y Canadá los que mantienen encendida la llama de la recuperación en los países avanzados. Como ya venían reflejando sus indicadores adelantados, el arranque del año en estos países ha sido mejor de lo esperado, con avances trimestrales que oscilarían entre el 0,7% y el 1,3%. Un vaticinio que podrá corroborarse en muy pocos días, cuando se difundan los primeros datos de contabilidad nacional en cada país sobre el primer trimestre.

La senda de la recuperación es mucho más difusa en el caso de Italia y Reino Unido. Los expertos de la OCDE no varían su previsión para la economía italiana, con un crecimiento que apenas alcanzará el 1% en tasa interanual. Sí hay revisión al alza para Reino Unido en el arranque del año, aunque engañosa. El servicio de estudios de la OCDE vaticina un crecimiento notable en el primer trimestre, pero solo porque se retomará la actividad interrumpida en el tramo final de 2010 por el mal tiempo. Para el segundo semestre, la recuperación británica vuelve a mostrar un perfil plano, con avances interanuales cercanos al 1,5%.

Aún con un crecimiento más sólido en el G-7, la OCDE corrobora que la recuperación seguirá debiendo más al avance de los países emergentes. Y que es la aceleración del comercio internacional, ya por encima de los niveles que había antes de la crisis, lo que extenderá esa recuperación por todo el mundo. Descartado un impacto del terremoto japonés en la economía mundial, la OCDE mantiene que los principales focos de incertidumbre se sitúan en el repunte del precio de las materias primas, la inacabable crisis fiscal en la zona euro y en la debilidad de mercados inmobiliarios y entidades financieras en varios países. Riesgos que afectan de lleno a la economía española.