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La crisis del euro

El Gobierno afinó la puntería en el PIB de 2010

Las previsiones del Ministerio de Economía, en el pódium de las más acertadas, según un análisis de la escuela de negocios Esade

El Gobierno fue uno de los mejores profetas del PIB en 2010. A diferencia de lo que ocurrió en los dos años anteriores, cuando el Ejecutivo minimizó el impacto de la crisis económica, el vaticinio que hizo el Ministerio de Economía en otoño de 2009 estuvo entre los más certeros, según refleja la segunda edición de la Diana Esade. Con este "indicador de fiabilidad", la escuela de negocios pretender seguir el rastro a las predicciones de 17 instituciones públicas y privadas, españolas e internacionales. El contraste con el dato real -el INE publicó hace unas semanas que el PIB de 2010 bajó un 0,1%-, revela que solo los servicios de estudios de La Caixa (que predijo un 0%) y Ceprede, de la Universidad Autónoma de Madrid (-0,3%) se acercaron tanto como el Ministerio de Economía (-0,3%).

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La Diana de Esade

"En general, las previsiones se desviaron mucho menos que en 2008 y 2009", ha sintetizado Fernando Trias de Bes, uno de los autores del estudio. El profesor de Esade ha destacado que esta vez "las equivocaciones se produjeron por un exceso de pesimismo". El Instituto Flores de Lemus, el servicio de estudios de Caja Madrid y el Instituto de Estudios Económicos se situaron en el extremo más pesimista (-1,1%). Solo pecó de optimismo Intermoney (vaticinó un avance del 0,6% en 2010), que había sido la más certera en los dos años anteriores por hacer justo lo contrario: ser el más pesimista(y aún así, quedarse corto).

En promedio, la desviación de las 17 predicciones respecto a lo que finalmente pasó con el PIB fue de 0,6 puntos porcentuales. Es un margen de error muy similar al que se incurría antes de que estallara la crisis. Porque, como es sabido, los pronósticos que se hicieron antes de la irrupción de la crisis (2008) y de la fase más virulenta de la Gran Recesión (2009) se quedaron muy lejos de anticipar la realidad. "Cuando vienen curvas, todos los modelos de predicción derrapan", ha acotado Trias de Bes. Y los servicios de estudios y centros de investigación se pasaron de frenada en la curva del bienio 2008-2009, tan cerrada como la del Grand Hotel en el circuito de Mónaco.

En 2009, la desviación se transformó en error de bulto, con una divergencia promedio de más de cuatro puntos porcentuales sobre la evolución final (-3,7%). Y, en contraste con lo que ocurrió en 2010, las instituciones públicas fueron las que salieron peor paradas: no solo el Gobierno español, también el FMI y la OCDE. En el último ejercicio el Ministerio de Economía afinó la puntería más que los organismos internacionales, aunque volvió a subestimar el aumento del desempleo, una laguna difícil de justificar: mientras casi todos los analistas situaban la tasa de paro cerca del 20%, Economía auguró un 18,9%, de nuevo lejos de dato final (20,1%).

La utilidad de los pronósticos

Inevitable volver a una de las preguntas más repetidas en lo más duro de la crisis: vista la diferencia entre predicción y realidad ¿sirven de algo los pronósticos económicos? "Las predicciones son esenciales para que los empresarios y las administraciones hagan sus planes", ha defendido Trias de Bes, quien ha enfatizado que suelen ser bastante certeras (apenas 0,5 puntos porcentuales de desviación en promedio), excepto en tiempos tumultuosos. Pero el profesor de Esade ha asumido que los modelos de predicción fallan cuando más se les necesita, cuando hay que anticipar el terremoto. "Es muy difícil que un modelo pueda decirnos cuando estalla una burbuja", ha concedido.

Para 2011, el pronóstico medio de las 17 predicciones, recogidas por la Fundación de Cajas de Ahorros, equivale a un avance del 0,7% del PIB, con el Gobierno de nuevo entre los más optimistas (1,3%). El alza del petróleo y la intensidad de los ajustes en el sector financiero y el sector público son, en opinión de Trias de Bes, las variables que pueden estrechar o ampliar este año las diferencias entre predicción y realidad.

"La predicción económica tiene mucho de ciencia, pero también de arte", ha añadido el autor del análisis. Entre los 17 servicios de estudios y centros de investigación hay una gran disparidad en los recursos y la complejidad de herramientas estadísticas empleados. Y, por ahora, solo unos pocos (el Instituto Flores de Lemus, Catalunya Caixa y AFI, entre ellos) han recogido la invitación de Esade de hacer públicos sus métodos de predicción. "Como me recordaba un experto, si vas de excursión, puedes hacer caso a lo que te diga un pastor, o puedes consultar a la Agencia de Meteorología. Los dos pueden decir que va a llover, pero no es lo mismo", ha ejemplificado. Lo que también ha evidenciado esta crisis es que cuando se desata una tormenta financiera, pastores y meteorólogos tienen las mismas posibilidades de acertar que economistas, políticos y periodistas: muy pocas.

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