En lucha por dos nóminas
45 albañiles reclaman desde hace 15 días el sueldo de dos meses que su empresa les adeuda
Decenas de albañiles han hecho cola durante toda la tarde de hoy ante un barracón de las obras de 132 viviendas de protección oficial que se están construyendo en la avenida del Estatut de Barcelona, en el distrito de Horta-Guinardó. Esperaban ser llamados para negociar con representantes de OHL, la empresa constructora del proyecto, el pago de las nóminas de los meses de diciembre y enero y los primeros cuatro días de febrero. Aseguran que la empresa para la que trabajaban, Mizart 98, subcontratada por OHL, les despidió el pasado 4 de febrero después de dos meses de retraso en los pagos y que ahora es OHL la responsable del desembolso íntegro de esas cantidades. El número de afectados son 45, según los propios trabajadores.
"Empezaron ofreciéndome 1.670 euros, muy lejos de lo que me corresponde, pero es que van bajando y ¡ya van por 1.440!", se queja Matías Chaparro, ex trabajador de Mizart 98 al que el cierre de la empresa le ha dejado sin ninguna prestación económica y compartiendo casa con su madre y con su hermano y cuñada que tienen dos hijos.
Los afectados llevan dos semanas manifestándose a las puertas de la obra y se quejan de que OHL, después de múltiples reuniones, se hace cargo solo de una parte de lo que se les adeuda. "En casa solo hay dos fuentes de ingresos, la pensión de mi madre y lo que cobra mi cuñada y con eso tenemos que tirar adelante seis personas", se lamenta Matías. Salvador Hernández, otro ex trabajador le responde: "Están dejando pasar el tiempo porque saben que cuanto más pasa, más hambre tenemos."
OHL asegura a través de un correo electrónico que ya había comunicado a los sindicatos que pagaría "la nómina del mes de diciembre, que parece que Mizart 98 adeuda a los trabajadores" a pesar de que los compromisos de OHL "están completamente al día", sostiene.
Juana Arenas, de UGT valora como buena la predisposición de OHL para hacerse cargo de lo que le correspondiera y asegura que las diferencias se deben a que tienen que definir con exactitud qué días estuvo cada trabajador en la obra, para determinar la cuantía de la que es responsable solidario la constructora.
Pero para los trabajadores, como Daniel Benítez, de 19 años, que dejó de estudiar para contribuir económicamente en casa después de que su padre perdiera el trabajo, la buena predisposición tiene que traducirse en cifras que, de momento "están muy lejos de lo que nos corresponde". Daniel empezó a trabajar hace tres meses y desde entonces solo ha cobrado un anticipo. El resto del tiempo ha estado trabajando sin percibir sueldo alguno.
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