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Japón interviene para debilitar su moneda por primera vez en seis años

El Gobierno reacciona, aunque tarde, a la subida de la divisa hasta sus niveles más altos en 15 años para defender sus exportaciones

Japón ha intervenido en el mercado de divisas, por primera vez desde 2004, para frenar la apreciación del yen frente al dólar, que se cotizaba en niveles récord en más de quince años. Con la decisión de vender millones de yenes, que según los analistas del país llega tarde y podría no ser suficiente sin la implicación de otros Estados, el Ejecutivo del superviviente primer ministro Naoto Kan pretende defender las exportaciones japonesas, motor de su economía, y que estaban perdiendo competitividad porque el alza de la divisa encarecía sus productos en el resto de mercados.

Para encontrar un antecedente de la medida, llevada a cabo durante esta madrugada (hora española), según han comunicado el ministro de Finanzas, Yoshihiko Noda, y el Banco de Japón (BOJ); hay que remontarse a 2004, cuando el instituto emisor vendió billones de yenes cuando el dólar se cambiaba a 109 yenes. Ayer, la moneda estadounidense cotizaba a 84,87 yenes, su nivel más alto desde mayo de 1995, aunque gracias a la intervención unilateral por parte del banco central en el mercado internacional, cuyo importe se dará a conocer en un futuro próximo, ha bajado a 82,88.

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La decisión también ha disipado los temores de los inversores en Japón, agobiados por la reducción de las exportaciones y su impacto en los beneficios de las principales empresas japonesas como Canon o Toyota. Gracias a ello, el principal índice bursátil del país -el Nikkei- ha repuntado un 2,34%.

Reelección de Kan

Según ha destacado el titular de economía, el nivel de los 82 yenes por dólar sería el correcto para el Gobierno, aunque otras fuentes del Ejecutivo citadas por Bloomberg aluden que más que la cotización, lo que preocupaba era la volatilidad de su cambio. La intervención es una medida a contracorriente del mercado, por lo que supone un cierto riesgo. La causa de la revalorización de la divisa, en franca escalada desde agosto, hay que buscarla en el traslado de los inversores desde el dólar o el euro por la incertidumbre sobre la recuperación de estas dos economías al yen, considerado al igual que el franco suizo como una moneda segura.

Asimismo, en las últimas sesiones también se había visto impulsado por la llegada de especuladores al calor de las dudas políticas sobre la figura del primer ministro, que ayer superó una arriesgada votación por el liderazgo de su partido, el gobernante Partido Democrático de Japón (PDJ), que le permitirá seguir en el cargo. Frente a Kan, que representaba una línea de continuidad en la política de los últimos tres meses, el oponente Ichiro Ozawa apostaba abiertamente por una política más agresiva, incluyendo una depreciación forzada de la divisa como en 2004. Al final, Ozawa ha perdido, pero sus argumentos han ganado, ya que la primera decisión del reelegido primer ministro, contra todo pronóstico, ha sido la defendida por el aspirante. Durante la campaña, Naoto Kan, aunque no descartaba algún tipo de actuación sobre el yen, sí se había mostrado remiso a una intervención.

Desde la pasada primavera, el yen ha subido un 11%. Frente a ello, las autoridades del país han optado por aumentar las inyecciones de fondos a su economía pero no han querido actuar en el mercado de divisas, tal y como le reclamaban los empresarios. Aunque la decisión de hoy podría no ser suficiente ante la situación interna de Japón, que con una deflación endémica y en pugna contra una recuperación más lenta de lo esperado lucha por superar el agujero en el que entró hace dos décadas y del que aún no ha visto la salida. Por ello, el propio ministro de Finanzas ha admitido que la venta masiva de yenes podría ser la primera de una serie de medidas para forzar el debilitamiento de su moneda.

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