Los inversores abusan de los problemas de Grecia

Grecia ha realizado hoy su segunda emisión de deuda a seis meses tras el multimillonario plan de rescate de la UE y el FMI. La operación ha sido un éxito en cuestión de demanda, que ha superado ampliamente la oferta -4,5 veces- y ha permitido a la República Helénica colocar el máximo de dinero previsto con 1.170 millones. No obstante, por lo que se refiere al precio, no ha sido tan positiva ya que se ha visto obligada a aumentar del 4,65% al 4,82% el interés de sus títulos pese a que, en teoría, está cumpliendo con los planes de reducción del déficit y en vías de solucionar los problemas financieros que estuvieron a punto de provocar su bancarrota.

Las emisiones de Grecia tienen, por así decirlo, algo de trampa. Mientras por un lado vuelve a recurrir al mercado como cualquier otro Estado para financiarse, por el otro sigue recibiendo los fondos del plan de rescate dotado con 110.000 millones de euros para los próximos tres años de la UE y el FMI, lo que garantiza que tendrá dinero para cumplir con los vencimientos de su deuda. Sobre este punto, Atenas acaba de recibir la segunda parte de la ayuda, que asciende a 9.000 millones.

Atenas acaba de recibir 9.000 millones del segundo tramo del plan de rescate de la UE y el FMI

Desde que se puso en marcha el rescate, ha cobrado ya 29.000 millones que deberá devolver religiosamente con un interés del 5%. La comparación entre ambos tipos deja un escueto margen -de 0,18 puntos porcentuales por lo que respecta a la emisión de hoy o de 18 céntimos por cada euro colocado- al Gobierno de Yorgos Papandreu, que junto a la presión de los inversores internacionales debe hacer frente a las crecientes protestas sociales en el interior del país.

La red de seguridad que le aportan los fondos europeos y del FMI sumado al hecho de que los intereses que los inversores le exigen a Grecia son altos, en concreto multiplican por nueve los que, por ejemplo, abona Alemania por su deuda a un año, explican la alta demanda que registran sus emisiones. Por este motivo, aunque los inversores mantienen sus recelos, no han dudado en pedir cuatro veces más de títulos de lo que ofrecen al mismo tiempo que le siguen apretando las tuercas con los tipos de interés.