El 'WSJ' advierte de que las teorías conspirativas asustan más a los inversores que los editoriales
El diario acusa al Gobierno de malgastar el dinero en investigar supuestos ataques
El diario The Wall Street Journal ha advertido hoy desde sus páginas de opinión a los gobiernos de España y Grecia de que las teorías que achacan a una conspiración los problemas en los mercados de deuda no gustan a los inversores. En un editorial titulado La teoría conspirativa europea, el periódico afirma que los "argumentos paranoicos asustarán a los inversores más y más deprisa de lo que podría hacer cualquier editorial crítico de un periódico".
Un día después de celebrar que el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, haya encontrado "su lado Reagan" a raíz de la campaña contra los controladores, hoy el rotativo fija su crítica en las acusaciones de un presunto ataque de los inversores y medios de Reino Unido y EE UU contra la solvencia de España.
Tras recordar que "la paranoia suele ser un síntoma, si no una causa, de la decadencia de las civilizaciones", el WSJ se hace eco de la información revelada por EL PAÍS de que el CNI ha abierto una investigación sobre este asunto y de las palabras del ministro y vicesecretario del PSOE, José Blanco, en las que apuntaba a los medios extranjeros para denunciar que estas actuaciones tienen un "desagradable tufillo" a la teoría del ex primer ministro malayo, Mahathir Mohamed, de que eran los "especuladores judíos" los responsables de la depreciación de su moneda en 1998. El Gobierno español, añade el diario, está "malgastando los euros que cada vez le cuesta más pedir prestados en inventar conspiraciones".
En el caso de Grecia, afirma que las palabras del Gobierno de la República helena de que "fuerzas oscuras" o "vampiros extranjeros" están detrás de los problemas que ha sufrido su deuda en los mercados, "quieren convertir a las víctimas de esta situación, los inversores que compraron bonos griegos, en culpables". El rotativo también incluye en sus críticas al ejecutivo del BCE, Jurgen Stark. En este caso, recuerda sus palabras de que con esta pretendida campaña contra los países con una situación financiera más delicada "parece que estén tratando de ocultar sus propios problemas" para advertirle de que este tipo de argumentos asustan más que cualquier editorial.
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