Con China y frente a China
Las compañías europeas apuestan por la multilocalización y la asociación con firmas asiáticas, unas alianzas no exentas de riegos
¿Hacia dónde deben caminar las empresas europeas? 400 directivos y economistas tratan de responder desde hoy a esa pregunta en Valencia, que acoge la 35 conferencia anual de la Academia Europea de Negocios Internacionales (EIBA), fundada en 1974. El gran cambio, afirma el catedrático José Pla Barber, presidente del congreso, se está produciendo en los límites de las compañías: "Hay que decidir qué actividades de la cadena de valor debo hacer solo, y qué actividades debo hacer con otros; cuáles tengo que hacer dentro de mi empresa y cuáles fuera, qué cosas es mejor hacer en mi país y cuáles en el extranjero". El signo de cada respuesta conlleva una decisión: fusión, cooperación, outsourcing (subcontratación), establecimiento de filiales, multilocalización...
"Los asiáticos aprenden demasiado, y nosotros no lo suficiente", asegura un experto
España tiene la oportunidad de ser la gran base empresarial para Latinoamérica
Estrategias todas ellas que superan el escalón anterior (centrado en la inversión en marketing, I+D y diseño), y en las que las empresas españolas se encuentran, afirma Pla, retrasadas. "El camino es la multilocalización: distintos centros localizados en diferentes lugares del mundo, cada uno de los cuales aprovecha la ventaja comparativa que ofrece el país".
El catedrático del departamento de Dirección de Empresas Juan José Renau de la Universitat de València, pone el ejemplo de Geox. La empresa de calzado mantiene en Italia la gestión de la calidad, la I+D y el diseño. Dispone de filiales de producción en Rumania y otros países del Este. Cuenta con subcontratas en Asia. Y ha desplegado un importante número de tiendas en Europa, lo que le permite controlar el canal de distribución. Empresas españolas de éxito, como Zara, han puesto en práctica políticas similares.
Por la mañana, Alain Verbeke, profesor de la Universidad de Calgary (Canadá), advirtió sobre los riesgos que conllevan las, por otra parte, cada vez más indispensables alianzas con empresas asiáticas. En esa asociación, afirma, "ellos aprenden demasiado, y nosotros no aprendemos lo suficiente".
El proceso es el siguiente: Las compañías europeas buscan el conocimiento local que pueden proporcionar las compañías asiáticas ("entrar por tu cuenta en China es muy duro", afirma Pla). Las empresas asiáticas buscan, por su parte, conocimientos tecnológicos, de diseño y de marca. "A menudo, una vez que han absorbido esos conocimientos rompen la relación y se convierten en un competidor más en el mercado", señala el catedrático valenciano. Una buena política, añade Verbeke, consiste en establecer adecuadamente de entrada qué se está dispuesto a compartir yguardar bajo siete llaves el resto.
El fenómeno asiático resulta, sin embargo, considerablemente más profundo. De momento, opina Pla, sólo alcanzamos a ver la punta del iceberg. "Están desarrollando patrones de internacionalización nuevos y muy agresivos. En los últimos años, la compañía china Lenovo ha comprado la unidad de negocios de PC de la estadounidense IBM, y la también china TLC se ha hecho con la francesa Thompson. Su presencia en África y en Latinoaméricaes impresionante. Y es sólo el principio".
La gran oportunidad de España en el contexto europeo, señala el catedrático, consiste en convertirse en el trampolín para empresas europeas y asiáticas camino de Latinoamérica. Establecer centros de decisión en España no sólo por la ventaja que ofrecen los lazos culturales, sino por la muy intensa relación económica que ya se ha establecido: "De las 10 mayores empresas latinoamericanas, cinco (Telefónica, Santander, BBVA, Endesa y Gas Natural) son españolas".
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