Los trabajadores de Opel en Alemania claman contra GM
Miles de trabajadores secundan el paro en las plantas de Rüsselsheim, Eisenach, Bochum y Kaiserlautern.- Los länder y el Gobierno se reúnen para diseñar una estrategia común.- Mañana está previsto que las movilizaciones se extiendan a otras factorías europeas
El anuncio de General Motors (GM) de romper el acuerdo para la venta de su filial Opel a Magna no ha sentado nada bien entre los trabajadores alemanes. Miles de ellos han secundado hoy los paros convocados por los sindicatos del sector en protesta por el golpe de timón dado por los responsables del gigante de Detroit. Está previsto que las movilizaciones se extiendan mañana y el lunes próximo a otras factorías europeas, aunque en Alemania, donde Opel emplea a unos 25.000 trabajadores en cuatro plantas -Rüsselsheim, Eisenach, Bochum y Kaiserlautern-, la decisión se ha interpretado como una auténtica declaración de guerra .
El comité de empresa de Opel en Alemania convocó el martes una jornada de huelga que ha comenzado hoy con paros selectivos de la producción a partir de las 13.00, hora peninsular española. "GM ha perdido el valor más importante de una empresa: la credibilidad. La perdió ante la opinión pública y ante quienes hacen posible la empresa, nosotros, los trabajadores", ha afirmado el presidente del comité de empresa de Opel, Klaus Franz, ante una marea de pancartas y el ruido ensordecedor de silbatos. Desde un primer momento, ha recordado, apostó por la venta de la filial de GM a Magna. Ahora pide que la empresa estadounidense "dé la cara" ante el Gobierno alemán y los trabajadores del país europeo.
Franz ha explicado, en tono desafiante, que las concesiones que estaban dispuestos a hacer los empleados quedan a partir de ahora "fuera de toda consideración". El sindicato IG Metall, que representa a los trabajadores de Opel en Alemania, se había comprometido con Magna a hacer renuncias económicas por valor de 230 millones de euros a cambio del 10% de la propiedad de la empresa que saldría de la operación fallida.
La participación en las protestas celebradas hoy en las otras tres plantas de Opel en Alemania ha sido igual de masiva y en ellas también se ha podido comprobar el desencanto de los trabajadores con GM.
Tras la conmoción causada en el país teutón, los dirigentes de los länder (estados federados) donde hay plantas de Opel se han reunido a última hora de la tarde con miembros del Gobierno de Merkel para planificar una estrategia común ante el nuevo escenario. Tras la reunión, que en realidad estaba prevista para mañana, el primer ministro de Hesse, Roland Koch, ha pronosticado semanas de intensas y duras conversaciones a varias bandas.
Descontento alemán
La decisión de GM de quedarse con Opel ha provocado indignación en Alemania, principal valedor del acuerdo de venta, que fue celebrado en su día como un éxito por el Gobierno de Angela Merkel. En términos económicos, el país centroeuropeo había adelantado 1.500 millones de euros para facilitar las negociaciones y había prometido otros 3.000. Ahora, el ministro alemán de Economía, Reiner Brüderle, ha exigido a GM devolver el crédito puente dado a Opel para evitar que se hundiera.
De momento se desconoce como será el nuevo reparto de despidos en Europa. Este jueves, el presidente de GM, Fritz Henderson, ha anunciado que presentará "en breve" el plan de reestructuración a los gobiernos de Alemania y de los otros países europeos con presencia de la multinacional, sin concretar la magnitud del recorte de puestos o si la compañía pretende cerrar alguna planta. Opel cuenta con 50.000 trabajadores en el continente. Los trabajadores alemanes, que salían relativamente bien parados en el fallido acuerdo con Magna, podrían enfrentarse ahora a un escenario menos favorable.
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