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Propiedades

Rivero, por la puerta grande

El ex presidente de Metrovacesa vende, junto con Soler, un 49% de Bami a la francesa Gecina

Joaquín Rivero -el que fuera accionista de referencia y presidente de Metrovacesa hasta 2007- y el empresario valenciano Bautista Soler acaban de vender por 107,8 millones de euros un 49% de Bami, que aglutina su cartera de inmuebles españoles, a la inmobiliaria francesa Gecina, de la que también son accionistas, con lo que resuelven deudas, simplifican sus participaciones accionariales y preparan el camino para un posible intento de resucitar la gran inmobiliaria europea. Aunque sea francesa.

Tanto Gecina como Bami están controladas por Joaquín Rivero y su aliada empresarial, la familia valenciana Soler. De paso, la venta supone la salida de Bautista Soler del capital de Bami, la sociedad que se creó en 2007 para aglutinar los inmuebles y suelos de oficinas procedentes de Metrovacesa y resultado del proceso de escisión entre esta última y su filial francesa Gecina. Esta compañía ha comprado las acciones fundamentalmente a Soler, que hasta ahora controlaba un 42,2%. La hija del empresario valenciano, Victoria Soler, ocupa sendos puestos en el Consejo de Administración de Gecina y Bami.

Bautista Soler, presidente del grupo valenciano que lleva su nombre y patriarca de la familia con 80 años, máxima accionista del Valencia Club de Fútbol, está inmerso ahora en otras batallas ajenas a Rivero, en las que tener liquidez inmediata puede resultarle muy útil. En este mes, su hijo Juan Soler necesita cerrar su relación accionarial y comercial con el club. El vencimiento de un pagaré de 26 millones de euros, que entregó al Valencia como parte del pago de 90 millones por la compra de 18.000 metros cuadrados de edificabilidad en el solar de Mestalla, es lo más urgente. Se trata de la torre que le compró al club, por la que entregó 13 millones y 26 en un pagaré que el club sólo puso descontar, dada la precaria situación de sus cuentas. En paralelo, los Soler están negociando dar una salida a su participación en el club.

Qué compra Gecina

En lo que respecta a la operación, Rivero ha vuelto a hacer encaje de bolillos financiero para dar satisfacción a todas las partes y también en lo que al negocio inmobiliario se refiere. Bami cuenta con 12 activos, 5 ya alquilados a empresas con contratos a cinco o diez años, y el resto está en construcción o es suelo. A pesar del convulso ciclo económico, es una buena cartera de oficinas, con posibilidades de desarrollo, que Rivero no ha podido acrecentar a lo grande, como era su deseo inicial, aunque la empresa facturó 19 millones el pasado año y prevé alcanzar los 50 millones a plena explotación. Con la incorporación de Bami a Gecina, no sería de extrañar que Rivero intentase reproducir el modelo de negocio y de expansión que diseñó para Metrovacesa: inversiones en logística, edificios asistenciales, oficinas y una clara vocación internacional.

El empresario gaditano incluso contemplaba en 2007 la posibilidad de sacar Bami a bolsa y repetir su estrategia de crecimiento inicial con compras y fusiones de otras empresas. Pero el momento empresarial no acompaña y los bancos y cajas, sus grandes aliados en los planes de expansión, tampoco: la integración de la cartera de Bami en una gran estructura consolidada y cotizada como Gecina le permitiría acceder con músculo al gran mercado de inmuebles y empresas en venta que se avecina, con descuentos importantes a la hora de negociar, una estrategia para la que podría estarse preparando, según fuentes del mercado. La sociedad francesa cuenta con activos, fundamentalmente de oficinas, en Francia por valor de 12.437 millones de euros, frente a los 785 millones en que ha sido valorada la cartera de Bami, que cuenta con una deuda neta de 441 millones de euros.

¿Sobrevivirá el pacto de escisión de Metrovacesa y Gecina?

A Gecina le toca ahora, además, iniciar nuevos contactos con el nuevo accionista de control de Metrovacesa, el pool de bancos que controla un 65,53% del capital español tras el abandono de Román Sanahuja. El pasado mes de diciembre, la compañía francesa suspendió el último fleco del acuerdo de separación a la espera de conocer la opinión de BBVA, Santander, Caja Madrid, Sabadell, Popular y Banesto sobre si Metrovacesa vendería finalmente su 26,9% del capital que posee en Gecina a cambio de un paquete de 37 activos valorado en cerca de 2.000 millones de euros. La compañía mantendría adicionalmente un 5% en Gecina.

El mercado no ve claro si a Metrovacesa le interesaría seguir con el acuerdo de separación, puesto que la inmobiliaria tendría que elegir entre recibir los dividendos de Gecina, que este año ascenderán a 80 millones de euros, o gestionar a través de Medea, una sociedad francesa comprada para este fin, las rentas de los 37 inmuebles franceses. Pero lo que está claro es que el acuerdo inicial firmado está tocado de muerte, toda vez que los términos estaban supeditados a que no hubiese cambios accionariales. La cesión de las acciones de Sanahuja a los bancos deja sin efecto el citado texto.

Joaquín Rivero, la semana pasada en las oficinas de Gecina en Madrid.
Joaquín Rivero, la semana pasada en las oficinas de Gecina en Madrid.LUIS SEVILLANO

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