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La Cámara de Representantes aprueba inyectar 10.700 millones al sector del motor de EE UU

El acuerdo debe superar ahora la oposición de la minoría republicana del Senado

La Camara de Representantes estadounidense ha dado luz verde este miércoles (madrugada del jueves en España) el plan de rescate presentado por la Casa Blanca para inyectar 15.000 millones de dólares (10.720 millones de euros) a la industria automovilística del país. El proyecto, que ha sido aprobado por 237 votos a favor y 170 en contra, aún debe ser ratificado por el Senado, donde debe hacer frente a la oposición de la minoría republicana.

La votación se ha producido tras haberse alcanzado ayer un principio de acuerdo entre la Casa Blanca y los demócratas. El texto aprobado contiene la creación de la figura de un supervisor que nombraría la Casa Blanca, que vigilaría por el cumplimiento de los planes de viabilidad e incluso podría forzar a las empresas del motor a ir a la bancarrota si no cumplen con su reestructuración.

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La ayuda del Congreso estadounidense dará a General Motors y a Chrysler un respiro financiero para seguir con sus operaciones, lo que les evitará tener que ir a la bancarrota este mes o a principios de 2009. Ford se encuentra en una situación algo más desahogada y podría no necesitar la ayuda del Gobierno. Sin embargo, también pone un plazo de tres meses para que la industria dé pasos en pos de adaptar su modelo de negocio a la nueva realidad competitiva. Si no lo hacen, se verán forzadas a seguir las directrices que les marquen desde Washington, incluida la temida suspensión de pagos.

Podrán seguir operando hasta marzo

Con esta ayuda, las empresas automovilísticas podrán seguir operando hasta marzo, fecha en la que tendrán que pactar con el nuevo Congreso y el Gobierno de Barack Obama -que toma posesión el 20 de enero- unos nuevos planes de viabilidad. También dará a las empresas tiempo para poder renegociar las prestaciones sociales y laborales con sus sindicatos, así como sus obligaciones con sus propios acreedores. Aunque el paquete de rescate no se acerca a los 34.000 millones de dólares que pidieron la semana pasada las tres empresas, sí es suficiente para que éstas eviten el despido de millones de trabajadores.

Además, los demócratas han accedido a que el dinero salga de un fondo a cargo del Departamento de Energía para la fabricación de autos más eficientes y ecológicos. En una rueda de prensa, el subjefe de Gabinete de la Casa Blanca, Joel Kaplan, ha dicho que aunque las empresas del motor reciban ayudas, ello "no es licencia para que continúen con una mala gestión y malos planes de negocios".

Una vez aprobado por el Senado, el proyecto de ley sería enviado al despacho presidencial, con el objetivo de que las empresas reciban el salvavidas la próxima semana y puedan mantenerse a flote al menos hasta marzo de 2009.

A cambio de este dinero las empresas tendrán que rendir cuentas al supervisor designado por la Casa Blanca, y el Gobierno se convertiría en el principal acreedor y accionista de las compañías. Ese supervisor tendrá plenos poderes para supervisar el manejo de los fondos y la reforma del sector.

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