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Marina d'Or naufraga en su 'lujo' vacacional

Jesús Ger, fundador de la Ciudad de Vacaciones, pasó de vender colchones a levantar 20.000 viviendas en la costa virgen de Castellón

En tiempos de crisis, los más grandes pueden ser los que más sufren. No corren buenos tiempos para Marina d'Or. En menos de un año, el grupo ha prescindido de más de mil trabajadores, un tercio de su plantilla. Los últimos, más de doscientos empleados de administración, hotelería y construcción, están en el paro desde hace una semana. Mientras la empresa enfoca su atención en el exterior, las promociones de Oropesa del Mar (Castellón) están prácticamente paralizadas y sobrevuela el miedo de que la Ciudad de Vacaciones acabe convirtiéndose en una ciudad fantasma.

Un destartalado puente sobre un canal de agua daba acceso a Marina d'Or, cuando no era más que unos pequeños edificios de apartamentos y un hotel, que hoy quedan prácticamente al margen del complejo.

En menos de un año, el grupo ha prescindido de mil trabajadores, un tercio de su plantilla

El presidente del grupo, Jesús Ger, se inició vendiendo colchones y, a finales de los ochenta, se fijó en esta porción de Oropesa, en el único pedazo de litoral virgen que quedaba en la provincia de Castellón. Comenzó a construir. Tras el poblado Ciudad de Vacaciones se han ejecutado cerca de 40 promociones, con más de 12.000 apartamentos, además de una docena que aún están activas. Servicios de ocio familiar, comercios, oficinas bancarias, correos, restaurantes e incluso una gasolinera, hacen que la salida de este entorno no sea imprescindible.

Por cada promoción, el Ayuntamiento se queda una porción de suelo destinado a dotaciones. Estas parcelas también han sido ocupadas por supermercados, minigolf o parques infantiles. La Ciudad de Vacaciones se asienta en un espacio de apenas un millón de metros cuadrados, a los que se unirán otros tantos cuando se desarrolle la zona contigua, conocida como Torre la Sal. En cualquier caso, serán la hermana pequeña de la macrourbanización prevista, aunque aún no aprobada, que se extenderá sobre 180 hectáreas para acoger más de 20.000 viviendas unifamiliares y apartamentos, 6 hoteles diseñados para concentrar más de 7.000 plazas (el de Los Alpes prevé una pista de esquí artificial y el de París tendrá reproducciones de la Torre Eiffel, del Arco del Triunfo y de los jardines de Versalles), 34 locales, 6 discotecas con diferentes ambientes, pubs y restaurantes. Todo ello alrededor de tres campos de golf, tres parques infantiles y uno temático, impulsado por la Generalitat Valenciana. Pero no son buenos tiempos para la construcción, y el grupo ya ha admitido que, cuando llegué la aprobación definitiva, comenzará por los campos de golf y dejará el resto, apartamentos, hoteles, servicios y ocio, para cuando vuelvan los tiempos de bonanza.

Socializar el lujo

"Nosotros socializamos el lujo", argumenta uno de sus directivos, mientras Ger, en sus iniciativas de expansión internacional, es recibido por dirigentes y embajadores ante los que exhibe en la solapa un barco de oro y brillantes con el logotipo de la empresa.

El complejo vacacional se ha hecho a su imagen y semejanza. La calle de los hoteles de mayor categoría parece la feria de abril, con miles de bombillas que simulan un arco y pasillo de luz. Sus empleados van uniformados de un amarillo chillón que los identifica desde lejos y algunos de sus establecimientos están saturados de detalles dorados y mármol falso. En la publicidad el grupo echa el resto, con campañas que bombardean al espectador y un centenar de teleoperadoras que atienden las llamadas a la Ciudad de Vacaciones. Los datos no sirven sino para calibrar el impacto que este boom urbanístico ha tenido en dos pueblos en los que un gran número de personas dedicadas hasta hace poco a la agricultura han pasado de preocuparse por la climatología a decidir adónde van de viaje o la decoración de su nueva casa con lo que les ha reportado la venta de sus huertos.

Los vecinos de Marina d'Or, los habitantes de los pequeños pueblos de Cabanes y Oropesa que vendieron a Ger su suelo para que construyera su imperio, reciben, en muchos casos, cajas de Navidad y regalos para los niños. El grupo patrocina las fiestas patronales y ofrece visitas gratuitas al balneario con meriendas de canapés.

Viajes pagados a China

La mayoría de ellos defienden los proyectos ante lo que consideran la llegada del progreso a sus pueblos. Miss España y Míster Mundo se han paseado por los pueblos y los cachés de personajes del papel cuché como Sofía Loren, Naomi Campbell, Mark van der Loo, Mar Flores o Ana Obregón no han sido impedimento para que Marina d'Or consiguiera fotografiarlos en las instalaciones del complejo vacacional.

Los concejales de los ayuntamientos han viajado a París y Londres y, en el caso del alcalde de Oropesa, Rafael Albert (PP), también a China, donde logró una concentración de famosos a golpe de talón. Mientras, el grupo empresarial y el propio Jesús Ger se enfrentan a decenas de contenciosos por las expropiaciones de terrenos en favor de Marina d'Or a través de Programas de Acción Integrada (PAI), e incluso ante la posible comisión de un presunto delito de tráfico de influencias.

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